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Así se calienta un coche eléctrico para aumentar su autonomía

El proyecto Jospel consigue un ahorro energético del 57%

¿Cuántas veces se ha repetido el argumento en contra de una más rápida adopción de los coches eléctricos, debido a que estos vehículos están dotados de una autonomía demasiado escasa? Los 14 socios de nueve países de la Unión Europea, que durante los últimos cuatro años han participado en el llamado proyecto Jospel, han aceptado el reto y se han puesto manos a la obra.

El resultado de su investigación y posterior puesta a prueba, que ha sido financiada por la Comisión Europea (CE), se conoció a finales del año pasado y es un ahorro de energía del 57% en los sistemas de calefacción del coche eléctrico, lo que redunda en un aumento de su eficiencia.

La constatación de la que partieron estas grandes empresas, pymes y centros de investigación aplicada es que, si el objetivo primario es la mejora de la calidad del aire de las ciudades a través de un uso masivo del automóvil eléctrico, era necesario eliminar uno de los obstáculos que –junto con el precio del vehículo y la falta de infraestructuras– lo hace poco apetecible: la limitación de la distancia que se puede recorrer con una recarga.

“Un automóvil eléctrico puede consumir hasta el 40% de la energía en el confort térmico del pasajero y, en condiciones extremas, incluso más”, señala Lamberto Salvan, director general de la italiana Alké, una de las firmas que participaron en la iniciativa Jospel. Por ello, el sistema de climatización del habitáculo es clave para mejorar su autonomía.

El calor radiante y las TIC son las claves del éxito

“En vez de calefactar todo el aire de la cabina, que es lo que se había hecho hasta ahora, buscamos un sistema radiante por el que solo calentaríamos las superficies cercanas al pasajero”, explica Begoña Galindo, de la española Aimplas y coordinadora técnica del proyecto.

Los datos clave

30% de ahorro energético se logra gracias a las superficies que rodean al pasajero e irradian calor.

40% de la carga de una batería de un coche eléctrico se puede gastar en el confort térmico.

Es el efecto Joules, que se da cuando un metal se calienta por el paso de la corriente eléctrica. Pero, ya que casi todas las superficies de un coche son de plástico, ¿cómo calentar un material que es más bien un aislante eléctrico? “Es la razón por la que lo modificamos añadiéndole nanopartículas conductoras”, contesta Galindo.

Paneles conductores

De esta forma, la compañía Aimplas obtuvo unos paneles de plástico rígido y calentamiento homogéneo aptos para la producción industrial de cualquier modelo de coche eléctrico, que la pyme alicantina Durplastics empezará a comercializar este año. El Centro Tecnológico de Automoción de Galicia, por su parte, trabajó en los elementos hechos con plástico flexible. El resultado es la posibilidad de calentar la puerta, el suelo, el techo, la parte del asiento frente a las piernas y el reposabrazos, entre otros componentes.

Las pruebas a las que se sometió este sistema de calefacción fueron muy concluyentes. Expuesto a distintas condiciones de temperatura y humedad en una cámara climática, el coche eléctrico que lo llevaba consiguió ofrecer un mayor confort térmico que el vehículo que tenía instalado el sistema tradicional. Y el ahorro de energía fue del 30%.

A este porcentaje se tiene que añadir otro 24%, fruto de las TIC incluidas en el proyecto y desarrolladas por Atos Spain. Esta empresa lideró la analítica de grandes volúmenes de datos procedentes de los sensores instalados en el vehículo y necesarios para optimizar el consumo energético. Entre otras funciones, su sistema brinda recomendaciones prácticas de conducción ecológica en situación real como, por ejemplo, ahorrar energía en climatización si se tienen que recorrer 50 kilómetros con solo un tercio de la carga de la batería. Un trabajo que el responsable de energía de Atos, Juan Rico, define “de vital importancia para la finalización exitosa del proyecto”.

Finalmente, un 3% adicional de ahorro energético se obtuvo a través de un acristalamiento más ligero en plástico transparente de muy buena calidad, y que contiene nanopartículas que reflejan la radiación solar. Producidos por la empresa francesa Arkema, impiden que el habitáculo se caliente demasiado, por lo que habrá que refrigerarlo menos.

Datos clave

Ayuda europea. La Comisión Europea apoyó el proyecto Jospel a través de los fondos Horizonte 2020, otorgando 6,7 millones de euros.

Estados involucrados. Participaron 14 socios de nueve países: Alemania, Croacia, Dinamarca, España, Francia, Italia, Luxemburgo, Portugal y Reino Unido.

El futuro. “El siguiente paso es ofrecer estas tecnologías a las productoras de vehículos eléctricos para avanzar hacia una sociedad más sostenible”, dice la directora de Jospel, Itziar Carracedo.

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