Santander: el reto de liderar en un entorno cada vez más complejo
Axesor otorga a la entidad un rating de A+ con tendencia estable
Santander es una de las mayores entidades europeas por capitalización bursátil; su volumen de activos es de 1,4 billones de euros; es líder del sector en España, con una cuota de mercado de créditos y depósitos del 20%, y es la única entidad española considerada de importancia sistémica global.
Ahora, el banco afronta el desafío de mantener este liderazgo en un entorno económico de desaceleración global, con una política monetaria menos expansiva, una presión regulatoria cada vez más severa y la creciente competencia de empresas tecnológicas que empiezan a conceder créditos, pero que, al no ser entidades financieras, pueden jugar además con unas reglas de mercado diferentes y menos exigentes en términos de capital.
Ante este escenario, las armas con las que cuenta Santander son: elevada recurrencia y capacidad de generación de ingresos, sólida generación orgánica de capital; alto grado de diversificación internacional y de negocio, una amplia base de depósitos (por encima de los 731.400 millones de euros) como principal fuente de financiación y una equilibrada relación entre este volumen de depósitos y el de préstamos concedidos. Desde Axesor consideramos que Santander tiene una robusta capacidad para cumplir con sus obligaciones frente a terceros y le otorgamos un rating de A+ con tendencia estable.
En Axesor consideramos que el perfil de riesgo de Santander es bajo, ya que, si bien su vocación es principalmente minorista, la compañía también tiene una fuerte presencia en otras actividades, como banca corporativa, gestión de activos y banca digital que le otorgan solidez, respaldada por un amplio posicionamiento geográfico, representado por 10 principales regiones entre Europa y América Latina (España supone el 17% del beneficio neto atribuido).
En España, a pesar de la destacada concentración del sector (cinco entidades copan más del 60% del activo) predomina la fuerte competencia de precios y, pese a ello, Santander ha sido capaz de incrementar el margen de intereses, gracias fundamentalmente al menor coste del pasivo. En el plano internacional destacan los desafíos presentes en Brasil (26% del beneficio neto atribuido) ante la debilidad económica que ha mostrado este país; en Reino Unido (14% del beneficio neto atribuido) ante la situación desencadenada por el Brexit; y, por último, la mora de Portugal, que llega la 7% tras la integración de las carteras de Banco Popular.
En todo caso, hemos de destacar la continuada mejora de la calidad de los activos del grupo. Así, a cierre del tercer trimestre (último dato disponible) el volumen de activos improductivos (Non Performing Loans) se situó en 36.332 millones de euros, un 3,4% por debajo del cierre de 2017. La cartera de inversión crediticia representa el 60% del balance consolidado de Banco Santander. Y, si bien las hipotecas representan la partida más voluminosa de los préstamos, con un 37% del total, el 85% de los créditos con garantía hipotecaria ostentan un loan to value inferior al 80%. La previsión es que la ratio de morosidad esté actualmente en el entorno del 4%, por debajo del promedio nacional.
Asimismo, vemos una política de cobertura prudente, en línea con sus comparables europeos, con unos niveles muy elevados (por encima del 100%) en países como Argentina, México, Brasil y EE UU, en este caso por la elevada exposición a consumer finance. En definitiva, consideramos que los niveles de capital que ostenta el banco son adecuados, dado el bajo perfil de riesgo asociado a su actividad. Vemos razonable el objetivo del 11% en CET1 fully loaded y calificamos de robusto el nivel exhibido de LCR (Liquidity Coverage Ratio) del 154%.
En conclusión, aunque los retos de gran magnitud de cara al próximo ejercicio, con una mayor inestabilidad en un entorno de mayor exigencia regulatoria y, por tanto, más costes para el sector financiero, Santander se encuentra idóneamente posicionado para afrontarlos con éxito.