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Los cambios geológicos avisan del gran deterioro de la biodiversidad

El planeta se enfrenta a la sexta extinción masiva de especies

Beneficios de la Naturaleza
Belén Trincado / Cinco Días

“Quedan 742 días” para poner freno a la merma de biodiversidad que sufre nuestro planeta. Esta cuenta atrás se va realizando en la confederación Ecologistas en Acción como recordatorio del compromiso suscrito por España, como parte del Convenio sobre Diversidad Biológica de Naciones Unidas. El reto, mundial y comunitario, es llegar a 2020 con los deberes cumplidos, es decir, según la ONU, “[...] detener la pérdida de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas y restaurarlos, en la medida de lo posible”.

Sin embargo, Theo Oberhuber, coordinador de campañas de dicha organización ecologista, considera que “ningún Gobierno ha adoptado medidas extraordinarias para ello, cuando es un objetivo que consiste en mejorar nuestra calidad de vida. El plan estratégico, que en breve culmina, lo va a hacer con un 80% de sus contenidos sin tocar. En la mayoría de las comunidades autónomas no hay una ruta definida. Una pena, porque lo puesto en marcha ha funcionado bien”.

El daño es entre 100 y 1.000 veces superior al de épocas anteriores

Para Oberhuber, no somos conscientes de que somos “una especie más y encima biodependiente, por lo que se ha invisibilizado todo lo concerniente a la biodiversidad, que ha quedado, además, a la sombra del tema que protagoniza las agendas políticas, el cambio climático”.

Una opinión en gran medida constatable. Bastaría con tantear quién conoce el Protocolo de Kioto sobre cambio climático y cuántos saben qué son las 20 Metas de Aichi, los objetivos que definen la estrategia para la diversidad biológica. O bien, si le suena más, la Conferencia celebrada el mes pasado en Egipto (COP14) sobre el tema o la Cumbre del Clima (COP24 2018).

Paradoja

“Es una situación muy paradójica, porque se ha calculado que en 2030 el 30% de las soluciones para el clima podrían provenir de las mejoras en el medio natural. La naturaleza no nos necesita, pero nosotros sí a ella, y nos permitimos un desapego digno de estudio. Incluso, a veces, una relación de supremacía absoluta”, opina Sonia Castañeda, directora de la Fundación Biodiversidad, entidad pública que forma parte del Ministerio para la Transición Ecológica y que se encarga “de procurar que cada euro se convierta en vida”.

Ecologistas en Acción lamenta que la mayoría de autonomías en España no cuente con un plan de conservación

“Algo que hemos cuantificado ahora”, continúa Castañeda, “puesto que estamos celebrando nuestro vigésimo aniversario. Hemos trabajado con más de 200 especies contribuyendo a mejorar su hábitat, canalizado 77 millones para conservación en 11 proyectos europeos, conseguido la declaración de 49 espacios de la Red Natura 2000 marina en España, y consolidado los programa Emprendeverde y Empleaverde y, por supuesto, nuestro voluntariado ambiental, que se esmera en el cuidado de nuestro entorno. Muchos logros y mucho por hacer, claro. Hay que cambiar de forma urgente y contundente el modelo, pues nos enfrentamos a la sexta extinción masiva de especies”, defiende.

Menos vida silvestre

De ello da buena cuenta el recién presentado Informe Planeta Vivo 2018 de la organización conservacionista WWF. “Desde 1978 realizamos este estudio, que se ha convertido en referente y termómetro. No es un censo de toda la vida silvestre, pero informa de cómo ha cambiado el tamaño de las poblaciones –16.704 de 4.005 especies de vertebrados–”, precisa Enrique Segovia, director de conservación de WWF España.

La población mundial de peces, aves, mamíferos, anfibios y reptiles ha disminuido un 60% desde 1970 debido a las actividades humanas, concluyen en esta edición número 12. “La naturaleza nos da de todo: comida, medicinas, oxígeno, agua, energía, y el consumo desmedido ha provocado que su deterioro sea de 100 a 1.000 veces mayor al de épocas de extinción anteriores”, denuncia.

“Se vive en la actualidad la gran aceleración –un evento singular en los 4.500 millones de años de historia de nuestro planeta– […], es tan fuerte el fenómeno que muchos científicos creen que estamos entrando en una nueva época geológica, el Antropoceno. Pero los beneficios para la humanidad de la gran aceleración han sido posibles gracias a la naturaleza”, reza el documento de WWF.

Cifras

30% de las soluciones para el clima podrían provenir de las mejoras previas en el medio natural.

60% se han reducido las poblaciones de peces, aves, mamíferos, anfibios y reptiles desde 1970 debido a la actividad humana.

77 millones de euros ha canalizado la Fundación Biodiversidad a 11 proyectos europeos de conservación.

El experto cree que se necesita un gran pacto mundial que reconcilie a la naturaleza y a las personas. “Estamos a tiempo, la capacidad de regeneración del medio natural es asombrosa, siempre que no llegue a un estado crítico. Se han recuperado ya varias especies”, asegura.

Ana Carricosa, coordinadora de programas de conservación de SEO BirdLife, sostiene que salvar y proteger a las especies más emblemáticas es importante y una gran ayuda, pero sin perder de vista al resto.

“Es fundamental el seguimiento de especies comunes, junto al del buitre y el águila imperial. Y en el caso de las aves más, ya que son indicadores ambientales: nos dan la medida de cómo están la flora o el estado de ciertos invertebrados como los insectos, sus alimentos”, explica. “Todo está interrelacionado y, por eso, es complicado de separar, como se ha hecho en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Se debería ampliar la dimensión de la biodiversidad puesto que es la víctima del cambio climático y, en paralelo, su solución”, indica.

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