_
_
_
_
Entrevista al fundador de Bridgewater

Ray Dalio: “La próxima crisis se parecerá mucho a la de los años treinta”

Cree que podría llegar en 2020, tras las elecciones presidenciales en EE UU Presenta en España su libro ‘Principios’, en el que detalla lo aprendido en 40 años en Wall Street

Álvaro Bayón

Quizás es por influencia de su mujer española, pero a Ray Dalio (Nueva York, 1949) le gusta el jamón serrano y el queso manchego. No parece sin embargo tener tanto apego con los clásicos españoles empresariales. A principios de año, Bridge­water –el mayor hedge fund del planeta, fundado por Dalio en los años setenta– elevó por encima de los 1.000 millones de euros las posiciones cortas contra los pesos pesados del Ibex: Santander, Telefónica, Iberdrola y BBVA. Preguntado por la toma de estas posiciones bajistas, Dalio homenajeó también a otro clásico español, Francisco Umbral, y se limitó a responder por su libro, Principios, que ha venido a presentar estos días a España. En él desgrana las lecciones aprendidas a través de los errores cometidos en su larga trayectoria en Wall Street. En 2017 anunció que daba un paso atrás al frente de Bridgewater, sin que aún se sepa quién será su sucesor.

R. ¿Cómo se consigue levantar el mayor hedge fund del planeta?
R. Llevo enamorado con el juego de invertir desde que tenía 12 años. Cuando abandoné la Escuela de Negocios de Harvard en 1973, trabajé durante dos años y luego quise hacerlo por mí mismo. Nunca pensé en construir una empresa, sino jugar al juego y adquirir la experiencia necesaria para hacerlo bien. Hemos tenido éxitos y fracasos y he aprendido a sacar lo mejor de mis errores para transformar esas lecciones en unos principios que he escrito en este libro.
R. ¿Cuáles son esas lecciones?
R. La principal lección que he aprendido es tomar el riesgo a equivocarme. Los errores pueden ser una experiencia muy dolorosa, pero muy valiosa. Reducir las barreras para tomar las ideas de otros y desarrollar estrategias inteligentes son soluciones para cuando estás equivocado y para diversificar así tus apuestas. He escrito mis principios para incluso convertirlos en algoritmos para mejorar nuestra toma de decisiones. Quiero tener una compañía que esté basada en la meritocracia, donde tengamos un trabajo y unas relaciones con significado a través de la confianza y la transparencia radical.
R. ¿El mercado ha aprendido lo suficiente para afrontar la próxima crisis?
R. No creo. Hemos aprendido algo, pero la siguiente crisis es siempre diferente a la anterior. Siempre hay una nueva versión de la crisis financiera. Hemos aprendido algunas buenas lecciones, pero creo que hay que estudiar las crisis bien. Por ejemplo, entre 1980 y 1982 estuve completamente equivocado, pero en las crisis posteriores lo hemos hecho bien. Y eso es porque como lo hicimos mal en 1982 pude estudiar las crisis financieras, lo que me ayudó después. Pero siempre hay algo nuevo y habrá interrogantes para el futuro.
R. ¿Qué características tendrá esa crisis?
R. Creo que la próxima crisis se parecerá mucho a la que ocurrió en los años treinta. Los grandes elementos que marcan la situación actual son unas políticas monetarias menos eficientes, con poco margen para actuar, un ciclo en la parte baja y el auge del populismo. Puestas estas tres cosas juntas, el contexto es similar a lo que ocurrió en los años treinta. Los bancos centrales no han sido demasiado efectivos y la desigualdad y la polarización que existen se refleja en el auge del populismo. Esto provocará tensiones en el futuro.
R. ¿Cuándo piensa que llegará la próxima crisis?
R. No creo que lo podamos saber con exactitud. Mi hipótesis es que llegará en los próximos dos años. Diría que en 2020, pero puede ser un año antes o después. La clave es qué vendrá después de las próximas elecciones presidenciales en EE UU.
R. Usted compara invertir con jugar a un juego. Esta opinión, ligada a su frecuente toma de posiciones cortas [en las que los fondos ganan con las caídas de una empresa en Bolsa] es tildada por algunos expertos de mera especulación, ¿qué opina?
R. Las posiciones cortas son algo que ha sido examinado por los reguladores. Todos ellos han determinado que se deben permitir porque trae eficiencia al mercado. Uno de los grandes riesgos de nuestra sociedad es hacer que todo suba y no buscar un equilibrio. Al final, el efecto neto de las posiciones cortas no impulsa ni hunde la acción. Tiene efectos temporales en el mercado, pero la pregunta es si es bueno o malo. Yo creo que beneficia a los mercados y los clientes. En 2008, gracias a las ventas en corto, ganamos beneficios para los clientes, mientras que la mayoría de los inversores no lo hicieron.
R. Algunos piden su veto en determinadas situaciones, ¿está de acuerdo?
R. Creo que en general es una mala idea. No obstante, creo que en determinadas situaciones muy malas durante periodos de tiempo pequeños es algo que se puede hacer. Prohibir la venta en corto es prohibir la venta de acciones. Y prohibir la venta de acciones a veces y en circunstancias muy extremas está bien. Pero conviene saber que poder vender te permite salir de un mercado determinado.

Sobre la firma

Álvaro Bayón
Redactor de la sección de empresas especializado en operaciones corporativas, banca de inversión y capital riesgo. Graduado en Estudios Hispánicos por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Periodismo UAM-El País, ha desarrollado toda su carrera en Cinco Días, donde trabaja desde 2016.

Archivado En

_
_