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John de Zulueta: “En España no hay tantos ricos”

Critica la desigualdad salarial que existe en las empresas, pero está en contra de la subida del 22% del salario mínimo

Pablo Monge
Paz Álvarez

Entra eufórico en una pequeña sala del Círculo de Empresarios, institución que dirige desde la pasada primavera. El entusiasmo de John de Zulueta (Cambridge, EEUU 1947) el pasado jueves obedecía dos razones. Por un lado, acababa de reunirse con Scott A. Hodge, presidente de la Tax Foundation de Estados Unidos, que el día anterior había participado en la presentación del Índice Autonómico de Competitividad Fiscal (IACF) 2018 en la Fundación Rafael del Pino, y en esa conversación habían coincidido en el desfase de los presupuestos que el Gobierno de Pedro Sánchez tiene pendiente de aprobar. Y por otro lado, la pasada semana impartió una lección a los alumnos de Schiller International University sobre cómo la multiculturalidad enriquece los negocios. Es consejero de la Universidad Europea y de Línea Directa, y previamente fue consejero delegado de Sanitas, y de USP Hospitales.

R. Ustedes son críticos con los Presupuestos para 2019 al afirmar que penalizan la economía española.
R. Ha sido un acierto decir que hay un desfase de 10.000 millones de euros hace diez días antes de que el Fondo Monetario Internacional y el BCE también lo dijeran, y acabo estar con Scott Hodge que también cree que es un disparate, como lo es el impuesto sobre los ricos, para aquellos que ganan 130.000 euros, porque al final los impuestos siempre tocan a la clase media, ya que no hay tantos ricos. La subida del 22% del salario mínimo interprofesional tiene un absurdo efecto colateral, ya que hará que las empresas contraten menos personal, que se saque a la gente de la Seguridad Social o que se les pague en negro. Y me alegra que venga alguien de Washington a decir lo mismo que pensamos nosotros, que el crecimiento del PIB va a ser inferior al 2,2%.
R. Decía que en España no hay tantos ricos.
R. El porcentaje de personas que ganan más de 130.000 euros es pequeño, y aquellos que tienen más de diez millones de euros son pocos. Un impuesto sobre patrimonio es retrógrado, como el impuesto de sociedades es absurdo. Requerir a las empresas un 15% no incentiva. Lo importante es el I+D, donde España es muy pobre. El impuesto de sociedades va en contra de las inversiones, que desde 2008 ha bajado considerablemente. Se deben pagar los impuestos allí donde se tiene la actividad, y cuando se traen los dividendos a España tener que pagar otro peaje no incentiva la inversión, no genera empleo, y tenemos el 14% de paro, y el desempleo juvenil es del 30%. Se deben tomar medidas que faciliten la contratación.
R. ¿Qué medidas pueden activar el empleo?
R. Simplificar tres contratos. El fijo continuo, el de tiempo variable y otro juvenil. Las empresas tienen que contratar a los jóvenes, y apreciar el valor de los séniors. Las empresas modernas tienen a tres generaciones trabajando a la vez. Las empresa españolas cotizan en línea con el resto de Europa, no hay impuestos más bajos que en otros países. El problema no es el impuesto de sociedades.
R. Entonces, ¿cuál es el problema?
R. Es el IVA, que ha de ir en línea con Europa. Recaudamos menos porque hay economía sumergida.Hay demasiadas partidas reducidas en comparación con otros países. Por ejemplo, los hoteles y restaurantes están en el 10%, cuando en Portugal es el 23% y en Francia, el 20%. Europa debe actuar de manera unificada en el tema fiscal, ya que hay países como Irlanda, Holanda o Luxemburgo con tasas inferiores.
R. Europa no está en su mejor momento, ¿los conflictos políticos en Francia, Reino Unido o España pueden ralentizar la economía?
R. Desde la Segunda Guerra Mundial y hasta los años setenta el mundo vivió en desarrollo, los salarios y la clase media subieron, pero después comenzaron los problemas, y empezó a no estar tan claro que los hijos fueran a vivir mejor que los padres. Antes de lo de Lehman Brothers ya se cerraron fábricas, mucha producción textil en EE UU se fue a Vietnam o a México. El efecto de la globalización ha pegado fuerte, y los que más han sufrido ha sido la gente de poblaciones pequeñas, que vivían de las fábricas. Por otro lado, hay un grupo tecnológico, el de Silicon Valley o el de la City de Londres, que no ha sufrido. La clase media ha bajado y la alta ha subido porque está en negocios que valoran el conocimiento. Las diferencias han aumentado, sufre el de la fábrica, pero no el del trabajo intelectual. Y con la globalizaron aparecen las respuestas populistas, con soluciones fáciles. Los inmigrantes no roban puestos de trabajo, cubren trabajos que los españoles no se prestan a hacer. Hay 130.000 puestos sin cubrir.
R. Durante la crisis ha habido importantes ajustes salariales para los empleados, pero el bonus de la alta dirección se ha mantenido, creciendo las desiguales dentro de las empresas.
R. El populismo nace de las desigualdades. En EE UU se está poniendo énfasis en obligar a las empresas cotizadas a revelar las diferencias del primer ejecutivo y el salario medio. Y hay empresas en las que esa diferencia es de más 200 veces, y eso es preocupante. El Estado de Oregon ha creado un impuesto especial si el ratio es de 100 veces. Hay que frenar todas estas diferencias. España ha subido en exportaciones por haber bajado tanto los salarios. Se ha cuidado el salario de los primeros ejecutivos, que se ha disparado, y se han congelado los salarios bajos. Hay que arreglar esta distorsión. El hecho de que EE UU tenga poco paro se debe a razones del mercado y al hecho de subir salarios.
R. Sin embargo, están en contra de la subida del salario mínimo interprofesional.
R. No tenemos nada en contra de que se gane 900 euros, pero la subida de un 22% en un año es excesiva. El sector textil no puede sostenerlo, y hará que crezca la economía sumergida.
R. Acaba de ofrecer una conferencia a los alumnos de Schiller University, ¿qué les aconsejó y qué aprendió de ellos?
R. Sobre todo que se centraran en el mundo digital, que estudiaran sobre inteligencia artificial, marketing digital, blockchain...También les hablé del cambio de oficinas, de las nuevas formas de trabajar, más horizontales, en equipo, con menos jerarquía. Los jóvenes quieren bienestar y beneficios sociales, no les preocupa tanto el salario. En mi época no preguntábamos el horario, solo cuánto nos iban a pagar.

Sobre la firma

Paz Álvarez
Periodista especializada en gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un programa de desarrollo directivo por el IESE. En 1993 comenzó a escribir en la sección de Madrid y, en 1997, se incorporó al diario CincoDías, donde creó la sección de Directivos y ha sido jefa de la sección de Fortuna hasta 2022.

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