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Las empresas familiares alimentan al capital riesgo

Las compañías ligadas a las familias de tamaño medio suponen dos de cada tres compras de fondos de ‘private equity’

Empresas familiares fondos capital riesgo
Belén Trincado / Cinco Días

No es ningún secreto que el apetito de los fondos de capital riesgo por las empresas españolas está en su mejor momento. Su inversión en el país hasta septiembre ya pulverizó su máximo de todo 2017 hasta superar los 5.000 millones de euros, según los datos de Ascri, la asociación del sector.

Los expertos, sin embargo, apuntan que estas cifras deben analizarse bien para sacar las conclusiones adecuadas. Solo hay unas pocas operaciones de más de 1.000 millones de euros (big deals, en la jerga) entre fondos y grupos industriales, que adulteran el cómputo final. Solo la venta del 20% de Repsol en Gas Natural a un consorcio formado por CVC y Corporación Alba, el brazo inversor de la familia March, por más de 3.800 millones supone más de la mitad del montante total. A esta operación hay que sumar, entre otras, la compra de la productora Imagina por el fondo chino Orient Hontai o la venta por Cinven de Ufinet.

José Epalza, Ramón Peláez y Jaime Fernández-Pita, socios de Altamar Advisory Partners.
José Epalza, Ramón Peláez y Jaime Fernández-Pita, socios de Altamar Advisory Partners.

Unas operaciones que disparan la cifra de inversión pero que esconden el día a día del sector. Según los datos recopilados por el grupo español independiente de inversión alternativa global Altamar, dos tercios de las inversiones de los fondos de capital riesgo desde 2017 han ido a empresas familiares. No en vano uno de los problemas reiterados sobre el tejido empresarial español, donde reina aún la pyme, es su dificultad para romper el techo de cristal de la internacionalización. Y los fondos de capital riesgo aseguran ser los socios ideales para conseguir romperlo.

“Todavía quedan muchas compañías familiares en España con un tamaño interesante. Más en el segmento del mid market [operaciones medianas] que en operaciones de más de 1.000 millones. Aún quedan algunas empresas grandes en manos de familias, pero donde está todo el tejido es en compañías de tamaño más pequeño”, explican desde Altamar Advisory Partners, la división de banca privada del grupo. Entre las grandes compraventas firmadas este año solo hay una entre un fondo y una familia. Se trata de la adquisición por Blackstone del gigante del juego Cirsa. Su fundador, el empresario Manuel Lao, obtuvo casi 1.300 millones (la venta incluyendo la deuda fue por 2.200 millones) y retuvo el negocio en Argentina.

Altamar destaca que todavía hay muchas pequeñas y medianas empresas que necesitan socios para salir fuera

“Nosotros dedicamos mucho tiempo a conectar el mundo de las compañías familiares y del capital riesgo. El private equity está ya despuntando en España gracias al tejido de fondos nacionales que se han creado en los últimos 15 años, pero todavía hay muchas pymes con necesidades de internacionalización. Dado el gran número de fondos que operan actualmente en el país, es importante saber cómo buscar el socio idóneo para cada situación y nosotros, desde Altamar, creemos que aquí es donde más valor podemos aportar a nuestros clientes”, aseguran los socios del área de asesoría de la firma.

Desde el punto de vista de la inversión, las compañías familiares de tamaño medio se han revelado como un talismán para que los fondos españoles den un salto de gigante y atraigan a inversores internacionales con múltiplos atractivos. Casos de éxito son los de Portobello, propietario de empresas como Iberconsa, Angulas Aguinaga o IAN Conservas y que consiguió el año pasado levantar el mayor fondo de capital riesgo español tras la crisis.

También destacan casos como los de Magnum —que ha entrado en la teleco Aire Networks, en la empresa de tecnología sanitaria Indiba y en la de serigrafía Roq—, Alantra (que invirtió en esta última) o ProA, que compró en 2009 Embutidos Palacios. Esta última ha acabado en manos de dos gigantes internacionales: Ardian y Carlyle. El éxito de los fondos nacionales ha ayudado a que los extranjeros se fijen en este tipo de empresas.

Además de la operación de Blackstone con Cirsa, Cinven adquirió en 2017 la empresa agrícola Planasa y a inicios de 2018 HIG tomó el control del fabricante de ginebras Puerto de Indias. Además, se ha desarrollado un tejido de fondos patrio especializado en operaciones de tamaño más pequeño. Entre ellos, los de Avior Capital –en plena captación de fondos— o Nexxus Capital, que busca inversiones tras haber entrado en la firma de ingeniería Fuertes Gimeno y en las clínicas de estética Dorsia.

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