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Javier Latasa: “Un buen ambiente de trabajo es algo absolutamente necesario”

Montó la consultora con 3.000 euros, hoy facturan 90 millones Asegura mirar más el potencial de las personas que sus conocimientos

Manuel Casamayón

Detrás de toda gran empresa siempre hay una historia personal, y en este caso, mi relato tiene que ver con la vinculación de mi familia a la tecnología”, confiesa el fundador y director ejecutivo de la consultora Vass, Javier Latasa (Madrid, 1971), desde su amplio y luminoso despacho en Alcobendas (Madrid).

La tradición familiar hizo que, aunque también recibiera una oferta de Lehman Brothers, se decantara por IBM para comenzar su trayectoria profesional, lo que le hizo adquirir los conocimientos tecnológicos necesarios para montar Vass en 1999. El hecho de que su hermano hubiera creado una empresa antes también actuó como catalizador. “Cuando ves que él ha podido, ese miedo escénico se supera. Para mí emprender fue natural”, reconoce.

Por su parte, de su abuelo materno tomó el apellido, Vassalo, y la firma que este utilizaba en sus esculturas como logo de un proyecto que emprendió con 500.000 pesetas (3.000 euros) y que hoy factura 90 millones de euros. “Lo monté humildemente, con el capital mínimo para crear una sociedad en aquella época, pero pensando en grande”, explica rodeado de las fotografías y regalos que le han hecho sus cuatro hijos y que ejercen como decoración para su oficina. “He viajado muchísimo y trabajo igual de bien en el AVE, en un hotel o en la cafetería de un aeropuerto, pero al final el despacho es el sitio en el que te reúnes, un punto de encuentro”, apunta.

No obstante, es de los pocos que cuenta con una habitación propia en la consultora, que sigue la corriente de las oficinas abiertas. “En el trabajo pasamos muchas horas y creo que tanto el ambiente como que el espacio sean agradables son condiciones fundamentales”, justifica. Por ello, cuentan con varias cafeterías, gimnasio y salas de descanso. “Si no tienes una sede atractiva, la gente preferirá trabajar en un sitio más amable. No es un capricho, sino algo absolutamente necesario”, comenta.

Algo indispensable en medio de la encarnizada lucha por el talento sufre el sector tecnológico, donde “lo más importante es el atractivo de la compañía”, asegura. El ejecutivo es consciente de que, en este sentido, las nuevas generaciones han cambiado las reglas del juego. “Venimos de una época en la que lo único que importaba era el balance de resultados, no la cuenta social”, defiende, mientras comenta que por ello se preocupa de que Vass sea una empresa responsable y aboga por la igualdad de oportunidades. Por su parte, cuando una persona quiere incorporarse a su equipo, “siempre miramos más el potencial de desarrollo que los conocimientos o la red de contactos que tenga”, insiste, “prefiero a una persona que venga con ilusión a alguien que ya esté de vuelta de todo”.

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