Las criptomonedas: ¿burbuja por pincharse o divisa del futuro?
Las monedas virtuales han perdido más de la mitad de su valor desde diciembre de 2017 Los expertos destacan que la variación del precio se explica por el interés especulativo
Criptomoneda y volatilidad tienden a ser sinónimos. El bitcóin, la criptomoneda más conocida, ha visto cómo su valor pasaba de los 19.200 dólares en diciembre de 2017 a los 6.500 dólares actuales, lo que representa un retroceso del 66%. Otras monedas virtuales, como ethereum, la segunda divisa digital de mayor cotización, tocó su máximo histórico en enero de este año en los 1.380 dólares, pero en la actualidad se sitúa en los 220. Una depreciación que va más allá de estos ejemplos y que afecta a todo el sector. Según cálculos de Coinmarketcap, las criptodivisas llegaron a tener un valor cercano a los 800.000 billones de dólares en enero, cifra que se ha visto reducida hasta los 218.000 billones en diez meses.
"Es una corrección natural, todas las correcciones históricas han sido así. Todo lo que sube mucho, muy rápido, también baja mucho", asegura Alex Preukschat, coordinador de Blockchain España. Preukschat sostiene que al igual que sucede en el sistema financiero, el afán de querer especular con activos de inversión con la intención de obtener ganancias siempre va a estar presente.
Una afirmación que UBS pone en cifras. Según el banco suizo, la oscilación de las monedas digitales se debe en un 70% a la especulación. La entidad destaca con todo que el bitcóin todavía está en lo que define como “infancia” y que es muy difícil determinar aún si satisface la definición de un activo válido y sostenible como medio de pago, al uso de una divisa tradicional, o si bien se trata de una clase alternativa de activo financiero, con los altibajos inherentes a la Bolsa.
Por lo pronto, la esencia de las criptodivisas, como activos desregulados y no vinculados a ningún banco central que se encargue de respaldarlas, están expuestas a cualquier fluctuación de la cotización provocada por la demanda, que en algunas ocasiones es brusca, y una oferta limitada por definición.
Manuel Pingarrón, director de la consultora Simon-Kucher, introduce el concepto de “moda” para referirse a la valoración que se tiene de las criptomonedas. Y sostiene que su depreciación no quiere decir que se deje de operar con este tipo de monedas, ni que dejen de estar “de moda”. Más allá, el experto dice que es “arriesgado” comparar al bitcóin con burbujas como la inmobiliaria o la de las puntocom.
“El crecimiento de las monedas virtuales se debe simplemente a una cuestión de oferta y demanda: la oferta es escasa, ya que las criptomonedas están limitadas, mientras que la demanda es alta, por lo tanto, el activo se revaloriza”, explica Pingarrón. El experto añade que la inversión en divisas virtuales seguirá aumentando en los próximos años, aunque continúen perdiendo valor.
Una de las mayores críticas que reciben las criptodivisas por parte de los analistas es su sistema de seguridad. La firma española Consilio, dedicada al asesoramiento financiero, cree que “quizás el mayor desafío para la proliferación de las criptomonedas sea que existen otros mecanismos alternativos y seguros para la transferencia del dinero al instante”. En esa línea, un estudio de Barclays mencionaba recientemente que el uso de las monedas digitales está abocado a países en los que los consumidores y las empresas manifiestan una gran desconfianza en las monedas emitidas por sus propios Gobiernos.
“El futuro de las criptomonedas es incierto, pero cada día lo es menos”, manifiesta Pingarrón y recuerda que grandes bancos ya están investigando y trabajando con este tipo de activos.
El futuro revelará si las monedas digitales se convierten en una divisa a la par de las tradicionales o si se trató –en el caso de que ocupen un papel marginal en las finanzas o incluso desaparezcan– de un activo que vivió su momento de esplendor.
Los Estados, entre la regulación y la prohibición
Las primeras reacciones de las autoridades gubernamentales hacia las divisas digitales fueron de escepticismo, pero luego algunos países, como Japón -país donde más se utilizan las criptomonedas- comenzaron a regular su uso.
El país asiático estableció en 2017 que las criptomonedas son un método de pago, pero no las reconoce como una divisa de curso legal. Al tiempo que Japón regulaba las criptodivisas, Corea del Sur, el tercer país que más utiliza monedas virtuales, anunciaba, por el furor que había despertado en la ciudadanía, que restringiría las transacciones. El Gobierno, en su momento, incluso se planteó prohibirlas por ley. Pero, finalmente, cambió su posición y hace dos meses la comisión de servicios financieros aseguró que iba a comenzar a proyectar una regulación de las monedas digitales.
En Estados Unidos, segunda nación de mayor intercambio de monedas virtuales, se presenta un vacío legal y hay posturas encontradas de distintos institutos públicos. Por un lado, el Departamento de Crímenes Financieros de EE UU (FinCen, por sus siglas en inglés) alerta que las criptomonedas se utilizan para el lavado de dinero y diversas actividades ilícitas y no recomienda su uso. Por otro lado, la Agencia Tributaria acepta que las divisas digitales operen como medio de intercambio a pesar de no ser legales. Y hace cuatro años estableció que debían pagar impuestos al igual que tributan el resto de las transacciones.
En el caso de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y el Banco de España advirtieron en un comunicado conjunto a principios de 2018 que "existe un alto riesgo de fraude" en las operaciones con monedas digitales. Ambas instituciones aseguraron que las operaciones de intercambio no son autorizadas ni verificadas por ningún organismo supervisor de España. Pero como sucedió con Corea del Sur, la postura tuvo modificaciones. La CNMV anunció en julio que adaptaba las normas para que las empresas de inversión se queden en España y no migren a otros países. La entidad informó de que las entidades solo deberán supervisar y validar de manera general la oferta inicial de monedas virtuales.
¿Y la Unión Europea? Hace meses la UE plantea regular las monedas digitales, pero no será hasta después de la reunión del G-20 en noviembre que decidirá qué medidas tomará. El vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis, declaró el pasado mes que las criptomonedas "han llegado para quedarse".