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Falciani: “A veces es mejor no hacer público el nombre de los defraudadores”

El exinformático de HSBC tiene una petición de extradición por parte de Suiza Ha presentado Taboow, un proyecto de criptomoneda ética para luchar contra el fraude

Falciani, el martes, a la salida de la Audiencia Nacional.
Falciani, el martes, a la salida de la Audiencia Nacional.Getty Images
Pablo Sempere

En 2012, Hervé Falciani (Mónaco, 1972), sobre el que pesaba una orden de extradición emitida en Suiza tres años antes, fue detenido en España. La Audiencia Nacional, en 2013, aceptó la petición de la Fiscalía y rechazó entregarle. Falciani, exinformático del banco HSBC, saltó a la escena pública en 2008, tras desvelar la identidad de cerca de 130.000 evasores fiscales que ocultaban más de 100.000 millones de euros en la rama suiza de la entidad. A pesar de disfrutar de la figura de testigo protegido en España por su colaboración con la Justicia, a la que ha ayudado a investigar a más de 600 defraudadores y a recuperar unos 300 millones de euros, parte proveniente de la familia Botín, Falciani volvió a ser detenido el pasado mes de abril. Tras su condena en Suiza, en 2015, a cinco años de cárcel, el país helvético lanzó una nueva orden de detención. El martes, en la vista de la Audiencia Nacional, la Fiscalía rechazó por segunda vez la extradición. Falciani, que recientemente ha presentado el proyecto de criptomoneda ética Taboow, atiende a CincoDías por teléfono desde Valencia.

R. ¿Está tranquilo? ¿Cómo acabará todo?
R. Tranquilo no es la palabra, porque hay muchas fuerzas y choques de intereses detrás de todo el proceso, y nunca se sabe cómo terminará. Pero sí confío. La lógica y los hechos van en la buena dirección, y todo hace pensar que acabará bien. Hay más pruebas y más hechos a nuestro favor que hace cinco años. Francia ha pactado 300 millones de euros de multa a la banca, y Bélgica investiga 3.000 millones de dinero del mercado de diamantes. Hasta en Suiza está habiendo investigaciones que han puesto a los bancos a negociar para pagar multas millonarias. Y todo ha salido gracias a la investigación. Eso, sumado a que ya nos dieron la razón tiempo atrás, hace que confiemos.
R. ¿Hasta dónde cree que llegará Suiza?
R. Es difícil de saber. Pueden estar persiguiendo y molestando todo el tiempo que quieran y pedir más órdenes de extradición. Los obstáculos no faltan, y tenemos enemigos, es normal. Quienes se dedican al fraude y al blanqueo ponen obstáculos en el camino. Pero no me importa. Aunque queda mucho por hacer, he contribuido en parte a luchar contra algo que me parecía insoportable y que gozaba de una impunidad tremenda.
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R. ¿Qué ha significado para el país helvético que miles de datos de defraudadores hayan salido a la luz?
R. Podemos simplificar y ver al banco como un cajón cerrado con llave que permanecía sellado y que nadie se atrevía a abrir. Ahora que sabemos parte de lo que hay dentro, somos conscientes por fin de cómo se puede luchar en gran medida contra el blanqueo. Y quienes facilitan esa estructura a los defraudadores quieren evitarlo. Por reducir un poco todo, sabemos que cuando se habla de las actividades bancarias, se hace de forma vertical, separando las áreas, por ejemplo, la comercial de la de inversión. El cambio que se tendría que aplicar sería cortar de forma horizontal. Es decir, externalizando parte del cumplimiento y separándolo del negocio. Pero esto, que parece muy fácil sobre el papel, necesita de la participación política y del resto de actores involucrados.
R. Usted, junto a la asociación de derecho Tactical Whistleblower, propone la tecnología blockchain para tejer esa red.
R. El proyecto Taboow explica cómo, de modo sencillo y con recursos razonables, se puede poner en marcha un sistema que cambie el paradigma del cumplimiento financiero. Si yo soy un defraudador y quiero blanquear 10 millones y en cada banco solo puedo justificar uno, voy a 10 entidades diferentes y en cada una deposito una cantidad. Es el mecanismo más eficaz. Pero si uno de esos bancos emite una sospecha, los nueve restantes no entrarían en juego. Si eso se hace de modo colaborativo, protegiendo la privacidad, se puede lograr mucho.
R. ¿Cómo definiría el concepto de blockchain?
R. Como una comunidad que replica la información que le parece importante para que alguien que quiera modificarla o destruirla no pueda hacerlo. Ni siquiera aunque tenga todos los recursos para ello, porque la comunidad es más fuerte. El blockchain es una máquina que, gastando mucha energía, evita que algo se borre. Si esa comunidad está formada por diferentes entidades comerciales, por empresas, por pymes y por la Administración, si se tejen esos puentes, los defraudadores lo tendrían mucho más difícil.
R. Taboow está en fase ICO. ¿A qué tipo de inversores se dirigen?
R. Es una falsa ICO porque no queremos inversores en criptomoneda, sino en euros o en dólares. El objetivo es orientar el proceso a verdaderos inversores, no a especuladores o a gente que tiene criptomonedas sin saber de dónde han venido. Hace unos días, por ejemplo, se descubrió una cuenta de bitcóin relacionada con un sitio de deep web donde se podía comprar droga y contratar sicarios. Estaba valorada en 800 millones de dólares. Ese es el peligro actual de la criptomoneda, que no se puede controlar totalmente. El blockchain no siempre es fiable. Pero es un veneno que tiene la cura contra el fraude fiscal si se utiliza de forma correcta. Esto último es lo que propone Taboow: dotar a los usuarios de una herramienta que les asesore y les permita protegerse, garantizando el cumplimiento de los requisitos legales y las buenas prácticas. Es una forma de cambiar las estructuras financieras y tecnológicas, para que no sigan siendo propiedad de los agentes tradicionales.
R. ¿No le asusta que los defraudadores se modernicen y hagan suyas estas tecnologías?
R. Lo harán, o al menos lo intentarán. Sin embargo, contamos con la ventaja de que este sistema otorga mucha más seguridad que las finanzas tradicionales. Suiza, que está en la punta de la innovación en criptomoneda, ha duplicado en 10 años el volumen de dinero en cash. Parece paradójico, pero no lo es, porque las transacciones tradicionales no están rastreadas. No digo que todos los que pagan en efectivo defrauden, pero esto sí nos da una pista de lo que está ocurriendo.
R. Pedro Sánchez, que prometió publicar la lista de los defraudadores que se acogieron a la amnistía fiscal de Montoro, se ha echado para atrás. ¿Qué opina?
R. Es un debate interesante, y sería lógico que la ciudadanía conociese los nombres de quienes defraudan. Pero a veces se nos olvidan algunas cosas que son importantes. Los defraudadores trabajan en manada, y si sale a la luz que alguien de su grupo o red ha sido investigado, puede echarse por tierra cualquier investigación. A veces es mejor que estas identidades no se hagan públicas. Lo que sí veo prioritario es que Anticorrupción tenga acceso privilegiado a los datos de Hacienda.
R. A día de hoy, ¿qué es lo más complicado en la lucha contra el fraude?
R. Saber el origen del capital, algo que el blockchain ataca. Podemos asegurar que hoy las grandes empresas tienen dificultad para saber qué inversores hay detrás, sobre todo muchos fondos de inversión, que operan en la sombra. Poca gente habla de eso, pero el verdadero problema del blanqueo se sitúa en los fondos de inversión más que en los bancos. O en los fondos de los fondos, o en los fondos de los fondos de los fondos..., así como en los intermediarios.
R. ¿Qué hará cuando todo esto acabe?
R. Si todo acaba como debería, yo como profesional seguiré asesorando y trabajando con empresas, partidos políticos y Administración. Siempre en asuntos de antifraude, anticorrupción y asesoría. Creo que estamos por el buen camino, y mi objetivo es seguir ayudando a los supervisores.

Sobre la firma

Pablo Sempere
Es redactor en la sección de Economía de CINCO DÍAS y EL PAÍS y está especializado en Hacienda. Escribe habitualmente de fiscalidad, finanzas públicas y financiación autonómica. Es graduado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid.

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