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Siete recetas para estimular las ideas

El creativo Agustín Medina defiende la imaginación como uno de los motores del progreso Pensar en positivo y cuestionárselo todo son algunas de sus claves

GETTY IMAGES

La creatividad y la imaginación son los principales motores de la innovación. En el lado opuesto, la experiencia es la mayor barrera para desarrollar nuevas ideas, ya que esta obliga a hacer siempre lo mismo, sin explorar nuevas opciones. Estas son las dos premisas del publicista Agustín Medina, quien en su libro Ideas para tener ideas. Cómo ser creativo sin tener una pizca de imaginación (Pirámide, 8,49 euros) ahonda en la importancia de la creatividad para el desarrollo. En el texto, el experto hace hincapié en que las ideas no aparecen de manera completamente espontánea y menciona algunas recetas para estimular su aparición:

  1. Partir de una premisa abstracta que no sea demostrable experimentalmente. Hay que atreverse a imaginar que el problema ya está resuelto, sin necesidad de tener que probarlo. Es una manera de mantener el camino abierto a muchas posibilidades. Soñar con los planteamientos más utópicos, como que el ser humano puede volar, respirar debajo del agua o fusionarse con una máquina, hace que estos se vean de forma más accesible.
  2. Cambiar la formulación de los problemas. Para no constreñir el pensamiento, conviene olvidarse de las ideas preconcebidas. Un camino es acudir a las raíces más primitivas y profundas de la cuestión. Por ejemplo, si se quiere crear un nuevo bolso, en lugar de pensar en todos los modelos que ha habido en la historia, es mejor plantearse el reto de diseñar un recipiente para transportar cosas, guardarlas y tenerlas a mano.
  3. Pensar en positivo. Es recomendable enfocar el problema tratando de mejorar la situación actual, en lugar de buscar solo eliminar lo negativo. Muchos hospitales, por ejemplo, incorporan líneas de diferentes colores en los suelos de sus pasillos para guiar a los pacientes hacia cada uno de los servicios que tienen. Una solución muy creativa a la que Medina entiende que se ha llegado pensando maneras de mejorar la circulación en el edificio y no solamente en formas de evitar las aglomeraciones.
  4. Cuestionárselo todo. Olvidarse del miedo a hacer preguntas por miedo a quedar en ridículo. Este ejercicio invita a adoptar el comportamiento de los niños, pues la innovación siempre surge de las preguntas atrevidas, no de las discretas.
  5. Convertir en imagen los pensamientos. Los mensajes del inconsciente son de carácter efímero, de manera que en ocasiones es fácil que su presencia pase inadvertida. Para aprovechar al máximo estas ideas, se debe escribir o dibujar todo lo que se pase por la cabeza cuando se reflexiona sobre un problema, ya sean palabras o simplemente garabatos. Al terminar toca buscar el vínculo entre lo que se ha plasmado en el folio y la cuestión a resolver.
  6. Realizar conexiones al azar. Un truco para exprimir al máximo la imaginación consiste en enumerar objetos que no guardan relación aparente y ver qué características podrían aportar los mismos al problema a tratar. Por ejemplo, al vincular un bolso y una nevera se podría desarrollar un complemento con luz para ver mejor en el interior del mismo en lugares con poca iluminación.
  7. Ponerse en otra piel. Esta técnica consiste en tratar de enfrentarse a los problemas de la misma manera en la que se comportan muchas especies animales o vegetales en la naturaleza. La aviación, por ejemplo, bebe en gran medida de la observación del vuelo de las aves.

Creatividad en el mundo de la empresa

 

El publicista Agustín Medina, en su libro Ideas para tener ideas, considera que “el progreso de cualquier actividad empresarial viene determinado por la investigación creativa de nuevos productos y servicios”

No obstante, el experto va un paso más allá y hace hincapié en que para la consecución del éxito, el desarrollo de estos nuevos servicios es tan importante como la comunicación efectiva de los mismos. Una fase en la que también es muy necesaria la creatividad.

En este sentido, Medina recomienda basar los mensajes en las necesidades comunes de la mayoría de las personas, ofrecer sueños y eliminar problemas, explotar el humor de lo absurdo, mostrar la historia desde dentro y hacer demostraciones de los puntos fuertes del producto.

 

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