Más presión para Bankia y Liberbank
El retraso en la subida de tipos de interés puede desembocar ya en más fusiones El Gobierno puede ampliar la fecha para privatizar la entidad que preside Goirigolzarri ante la caída del valor
Otra semana de sobresaltos informativos. Salida de un ministro, Máxim Huerta. El ya exministro de Cultura tuvo que dimitir tras el escándalo por haber defraudado a Hacienda. Ha sido el ministro con la trayectoria más corta de la historia de un Gobierno, apenas ha durado seis días en el cargo. Además, ha tenido que cerrar su cuenta en twitter, agobiado por las críticas. De la salida por sorpresa de Julen Lopetegui como entrenador de la selección española de fútbol para fichar por el Madrid, o de la contratación de Fernando Hierro como seleccionador de la Roja en pleno torneo ya ni hablamos.
Todo un cúmulo de acontecimientos que parece convulsionar nuestras vidas diarias, aunque al final, no sea para tanto. Quien sí parece que ha alterado los planes de algún que otro banco español y, por qué no, de otros países de la zona euro, ha sido Mario Draghi.
El presidente del Banco Central Europeo lanzó dos mensajes decisivos en la última reunión del BCE celebrada el jueves, y que alteraron también el valor de las entidades financieras, al cotizar a la baja tanto ese día como el viernes. El más perjudicado ha sido Bankia.
Según explicó Jorge Sicilia, economista jefe de BBVA Research, el BCE realizó “dos anuncios que encuentran un buen equilibrio entre ser agresivo y ser prudente”. El primer anuncio fue que el programa de compra de activos que inició en 2015 se termina en diciembre. El segundo fue un mensaje de cautela, “porque si todo va como espera, seguramente no necesite subir tipos hasta verano de 2019, un periodo algo más largo que el que se estaba contemplando”.
Así las cosas, la reacción de la Bolsa a este último anuncio no se hizo esperar, y los títulos de los bancos comenzaron a caer.
BBVA y Santander se salvan del castigo que supone mantener unos tipos de interés bajo mínimos unos meses más de lo previsto. Su diversificación en mercados como Latinoamérica, o en el caso de Santander, también Reino Unido, vuelven a salvar de una caída en picado a sus títulos.
No ocurre lo mismo con Bankia o Liberbank, sobre todo. Estos dos bancos que son los que más dependen de una normalización de los tipos de interés al contar con una importante cartera de hipotecas, y operar solo en España. Sabadell, CaixaBank y Bankinter también están expuestos a los tipos cero, pero tienen más mimbres para resistir la presión de sus márgenes unos meses más.
En el caso de Bankia, la caída de su valor puede suponer, según coinciden prácticamente todos los expertos, un retraso en su privatización, prevista para diciembre de 2019. En la actualidad el Estado controla el 61% de su capital, tras recibir en 2012 unos 22.424 millones de euros, a los que habría que sumar otros 1.600 millones de BMN, ahora integrado en la firma que preside José Ignacio Goirigolzarri.
El PSOE ha defendido en los últimos años que Bankia debería privatizarse solo cuando el contribuyente pudiera recuperar las ayudas públicas concedidas a esta entidad. Y parece que por ahora no solo no va a ocurrir, sino que se complica que pueda suceder también el próximo año. A ello se suma el hecho de que Podemos, socio de los socialistas tras la moción de censura del pasado 1 de junio, es partidario de que Bankia se consolide como un banco público. Por ello, no sería extraño que una de las próximas medidas de la actual ministra de Economía, Nadia Calviño, sea retrasar nuevamente la fecha de privatización de Bankia por ley.
La consecuencia de este retraso en la subida de los tipos de interés puede acarrear también otras consecuencias para los bancos medianos españoles. Forzar nuevas fusiones bancarias. La presión sobre los márgenes de unos tipos de interés al 0% o incluso, como hasta ahora, negativos, solo puede compensarse con un recorte de costes y menores provisiones, y/o con un aumento de los ingresos.
Ante la dificultad de que algún que otro banco mediano pueda seguir aplicando estas recetas, solo queda una cirugía drástica, más fusiones. Hace un par de meses se apuntaba a la fusión entre Liberbank y Unicaja, pero parece que si lo hubo se paró, aunque dadas las circunstancias, todo es posible. Cosas más raras se han visto en las últimas semanas en todos los sentidos.
Unicaja, de hecho, estuvo negociando con Santander una fusión justo antes de salir a Bolsa. Pero, al final fue la entidad de origen malagueño la que decidió apostar por el parqué, y Santander por Popular.
La digitalización, mientras, se ha convertido en la panacea del sector para justificar más ajustes. Sin embargo, según un estudio de BBVA Research publicado la semana pasada, la contratación de productos financieros por internet es aún incipiente en España, pese a que esta estrategia es compartida por toda la banca. Solo un 9,8% de los internautas compran algún producto financiero en la red. Los retos de la industria están condicionados por la confianza (digital) del cliente, la concienciación del uso de datos y la transparencia en la información, explica su autor, Alfonso Arellano.
Mientras, y solo como dato para terminar, el crédito a actividades productivas -empresas- pasó de 2007 a 2017 de 943.000 millones de euros a 591.000 millones, lo que supone un decremento del 37%, según un estudio realizado por la consultora AIS Group.