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Contante y sonante
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Calviño, Cos y ¿Vegara?, el triunvirato económico

Guindos fuera del Gobierno, los bancos dejan morir el ‘banco malo’ de empresas Sareb pone la casa patas arriba en busca de la rentabilidad y en espera de las intenciones del Gobierno

La ministra de Economía Nadia Calviño
La ministra de Economía Nadia CalviñoEFE

Desde el pasado 31 de mayo parece que en España no se habla de otra cosa. La política se ha hecho dueña de las conversaciones de las calles, de los bares, de todas las tertulias, de las familias, además, como es lógico de los empresarios y de la prensa internacional. El triunfo el pasado 1 de junio de la moción de censura del PSOE a Mariano Rajoy ha sobrepasado todas las previsiones, lo mismo que la constitución del nuevo Gobierno.

Y entre este recién estrenado Ejecutivo, destaca para el mundo económico el tándem de Nadia Calviño, ministra de Economía, y Pablo Hernández de Cos, desde hoy gobernador del Banco de España en sustitución de Luis María Linde.

Calviño y Hernández de Cos ya habían coincidido en Europa en varias ocasiones. Pero es a partir de ahora cuando compartirán ideas o no, fórmulas para mejorar las pensiones, las rentas de la población, y en general las grandes recetas macroeconómicas con el mismo fin, incrementar el crecimiento económico del país y de todos sus habitantes.

De momento, Cos ya estuvo el pasado jueves en la toma de posesión de Nadia Calviño como ministra. En ese acto, la ministra recibió su cartera arropada por quienes fueron sus antiguos jefes y maestros. Además, de su antecesor, Román Escolano, estuvieron presentes Pedro Solbes, ex vicepresidente y ministro de Economía, y David Vegara, ex secretario de Estado de Economía, así como Joaquín Almunia, que fue comisario europeo. Trabajó con los tres trabajó, y a los tres dedicó palabras de reconocimiento.

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Pero alguno de ellos, como David Vegara, volverá a compartir proyectos económicos. Calviño como ministra, Vegara como subgobernador del Banco de España, según apuntan varias fuentes.

En común también tienen que Pedro Sánchez pensó, o eso dicen, en los dos como ministros de Economía. Se lo propuso a Jordi Sevilla, pero no aceptó. Vegara también rechazó la invitación, ya que se había hecho a la idea de ser el número dos del Banco de España.

Hace solo 15 días, aunque parezca ya una eternidad tras lo ocurrido, un destacado banquero me comentó no busques más, el puesto de gobernador está entre Hernández de Cos y Nadia Calviño. Aún no se había ni planteado una moción de censura, que quizá si hubiese estado ya sobre la mesa hubiera acertado de pleno. Y no sería la primera vez.

Fuentes financieras mantienen que la imagen que proyecta al exterior este previsible triunvirato económico (Calviño, Cos y Vegara, si finalmente se le nombra subgobernador) está a los niveles de los más exigentes de Europa.

Linde, mientras. comenzó la semana pasada a despedirse de sus más estrechos colaboradores en el Banco de España, incluidos sus escoltas y secretarias. En estos días se encuentra en Paraguay en una reunión internacional.

La banca, que también considera muy positiva la elección de Calviño y Cos para Economía y el Banco de España, respectivamente, también ha decidido renovar proyectos aprovechando los cambios, sobre todo ministeriales.

Una vez que Luis de Guindos, ex ministro de Economía (al que le sucedió Román Escolano, pero solo ha durado 89 días en el cargo), decidió dejar el Gobierno para convertirse en vicepresidente del BCE, los principales bancos españoles han enterrado el denominado Phoenix. Este proyecto pretendía ser el banco malo para salvar a empresas medianas muy endeudadas, pero que podían ser viables. Era un proyecto ideado por Guindos en el que las entidades financieras nunca creyeron.

El objetivo era salvar entre seis a 10 empresas y posteriormente venderlas. Se creó en 2015, y desde entonces solo han entrado cuatro: GAM, Chivite y Condesa y Sten. Y de ellas solo han logrado salvar y vender una, Chivite.

Ahora, Santander, BBVA, CaixaBank, Bankia y Sabadell han decidido ir liquidando la sociedad, lo que esperan que suceda a finales del próximo año. Como ejemplo de su objetivo de liquidación, la banca que controla la mayoría del capital de GAM ha aprobado en el orden del día de la junta de esta compañía, que se celebrará el 27 de junio, ofrecer incentivos a los accionistas si se logra vender antes de finales de 2019.

La banca considera que Phoenix no es una solución idónea para las empresas, y menos en el momento actual, en el que ya no hay problemas para obtener créditos, y el cíclo económico está en alza. Creen que es mejor soluciones individuales, sin necesidad de salvar a una empresa bajo un banco malo, que, además, tiene un alto coste, el de las comisiones que perciben sus gestores: Alantra y McKinsey.

Y también vinculado al cambio de Gobierno. Sareb, este sí es un verdadero banco malo, pero inmobiliario, ha puesto la casa patas arriba. Ha puesto en revisión sus acuerdos con las plataformas que gestionan la venta de sus inmuebles y créditos; analiza la venta de una cartera que gestiona Haya (cuyo contrato finaliza en diciembre de 2019) por unos 30.000 millones de euros de valor, que se reducen a 12.000 millones en valor neto; tiene en venta otras carteras de menor tamaño; experimenta con la socimi Témpore de 175 millones (podría crear otras); y busca socios promotores. El objetivo es acelerar sus desinversiones para ser rentable y porque tiene fecha de caducidad, finales de 2027 (en cinco año ha cancelado 13.000 millones de su deuda, el 25,4%).

Ahora falta que el Gobierno que acaba de aterrizar dé el visto bueno a su proyecto, ya que el FROB controla el 49% de su capital. Puede que Jaime Echegoyen, presidente de Sareb, pretenda vender en bloque 30.000 millones, pero puede que Calviño decida que la operación no es lo suficientemente rentable para devolver el dinero público que recibió. O puede que sí.

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