Vía Célere ve alejarse su salida a Bolsa después de los fracasos de Testa y Azora
La inestabilidad financiera cercena la OPV de la firma de Värde La compañía busca planes alternativos como su alianza con Sareb
Los planes de los fondos accionistas de la promotora de viviendas Vía Célere, liderados por Värde Partners, se han complicado. La prevista salida a Bolsa de la promotora inmobiliaria se ha enfriado por la inestabilidad financiera y política de los últimos días y por la escasez de apetito de los inversores por más ladrillo español, según confirman fuentes del sector y de entidades financieras. El fracaso en sus respectivas ofertas públicas de venta (OPV) de Azora y Testa Residencial en los últimos días confirma que el mercado está cerrado a cualquier estreno y abre la vía a un plan alternativo.
El pasado año Cinco Días avanzó que los fondos accionistas de Vía Célere pretendían lanzar una OPV con la que cotizar a la promotora de viviendas y vender en el mercado parte de su capital en el primer semestre de 2018. Para ello, la empresa contrató a Lazard como asesor y a JP Morgan y Credit Suisse como bancos coordinadores. Pero el proceso se ha dilatado porque la inmobiliaria no estaba lista para ser atractiva a los inversores internacionales y, en las últimas semanas se ha terminado de complicar tras la inestabilidad política en Italia y España y las turbulencias en la Bolsa.
Su rival Metrovacesa, una empresa mucho mayor y con el respaldo de Santander y BBVA como accionistas, ya encontró dificultades en febrero para debutar. Tuvo que reducir el precio de la acción y retrasar un día el estreno. El propio consejero delegado de Metrovacesa, Jorge Pérez de Leza, reconoció la pasada semana en una entrevista en este diario, las dificultades actuales tras la saturación de ladrillo por la incorporación previa de Neinor, Aedas y Metrovacesa. “A día de hoy la ventana para salida a Bolsa está cerrada a los promotores”, apuntó. “Tras nuestra salida a Bolsa la puerta se cerró”.
La nueva Vía Célere surgió en 2017 cuando Värde y otros fondos compraron la compañía para fusionarla con la recién creada promotora Dospuntos. La OPV y la cotización sirven para que estos fondos salgan de la empresa y hagan caja tras años de comprar oportunidades de suelo a buen precio y apostar por la recuperación de la vivienda de obra nueva.
Desde principio de año, directivos del sector inmobiliario y del financiero daban por casi imposible el debut de Vía Célere, por la falta de tamaño y la complejidad accionarial, ya que comparte socio mayoritario —Värde— con Aelca, otra promotora que también pretende salir a Bolsa en 2019.
Pero en este momento es incluso más complicado porque el mercado está cerrado a cualquier OPV. Azora ya fracasó a inicios de mayo al ver que no tenía demanda a dos días del toque de campana. Este martes, Testa Residencial, una socimi propietaria de viviendas para el alquiler, decidió no arriesgarse en su estreno previsto para junio por la inestabilidad política y de los mercados, a pesar de ser una empresa estable en la generación de rentas y muy apetitosa inicialmente para los inversores.
La salida a Bolsa “es una opción más del análisis que estamos haciendo y en todo caso saldremos cuando estemos preparados para ello”, explica Juan Antonio Gómez Pintado, presidente de Vía Célere.
Alternativas
Las alternativas a la OPV son varias. La primera de ellas pasa por engordar la compañía con compras corporativas para ganar tamaño y ser más atractiva en un futuro para los inversores. Por eso, la inmobiliaria es uno de los candidatos finalistas, tal como avanzó Cinco Días, para dejar entrar en el capital a Sareb, el banco malo, a cambio de una aportación de suelo de 800 millones de euros como máximo.
Las otras opciones, con menores posibilidades en la actualidad, es que la compañía negocie una fusión con alguna de las grandes cotizadas (Neinor, Aedas y Metrovacesa, algo que de momento el sector descarta), o que compre alguna pequeña inmobiliaria ya cotizada (quedan algunas supervivientes de la crisis del ladrillo) para estar en Bolsa y hacer líquido su capital.
“El escenario era muy complaciente a comienzos de ejercicio. Hay compañías, como Testa, que tendrán que salir a cotizar sí o sí para poder beneficiarse del régimen fiscal de las socimis, pero con otra valoración”, apunta Pablo Fernández de Mosteyrín, analista de Renta 4 Banco. “Pero las promotoras, como Vía Célere, que tenían prevista su salida al mercado este ejercicio pueden buscar otras alternativas, como una venta privada o esperar antes que salir ahora a Bolsa a precios de derribo. Sí es cierto que si las incertidumbres en Italia y España desaparecieran, pero es muy difícil, podrían intentarlo”, añade el experto.
La nueva Vía Célere
Origen. Vía Célere fue fundada en 2007 por Juan Antonio Gómez Pintado tras haber vendido un año antes la inmobiliaria familiar Agofer a Sando por 220 millones de euros. Ha sido de las pocas que ha levantado viviendas durante la crisis, una época en la que salió también a los mercados de Polonia y Brasil.
Operación. A inicios de 2017, Gómez Pintado vendió la compañía a los fondos propietarios de Dospuntos, una promotora recién creada con, entre otros activos, suelos adquiridos al grupo San José. Las dos empresas se fusionaron y los accionistas confiaron en la experiencia de Gómez Pintado.
Accionistas. Vía Célere fue adquirida por Värde Partners –con el 51% en el capital–, Attestor (20%), Marathon (20%) y como minoritarios con JP Morgan, Barclays y Bank of America Merrill Lynch.
Tamaño. La inmobiliaria tiene una cartera de 1,44 millones de metros cuadrados de suelo y una capacidad productiva de 12.300 viviendas. En 2017 realizó una inversión de 227 millones en nuevas parcelas.
Aelca. El principal accionista, Värde, también controla el 80% de la promotora Aelca (el restante pertenece a José Juan Martín y Javier Gómez, que mantienen el poder de veto en este tipo de operaciones), por lo que en el mercado se ha llegado a hablar de una posible fusión. Pero ambas empresas han descartado la posibilidad.