Negocios de familia, grandes multinacionales
Las empresas tradicionales se han transformado para competir fuera
España ha destacado siempre por ser una potencia agroalimentaria y hace 40 años ya existían empresarios pioneros que anticiparon la capacidad de esta industria para generar riqueza.
"Competitividad, internacionalización y eficiencia consolidan la alimentación como el primer sector industrial", señala Mauricio García Quevedo, director general de la Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (FIAB). Una actividad que hasta en las peores crisis ha sido motor de la economía, alcanzando en 2016 máximos históricos en producción, empleo y exportaciones.
En cifras, se traduce en una producción de más de 96.400 millones de euros, da empleo a 480.000 personas, exporta por valor de 27.500 millones (el 11% de los bienes españoles) y supone el 3% del PIB. Tradicionalmente, la alimentación ha tenido una gran capacidad de adaptación.
En un momento en el que el consumo interno se frenó en seco por la crisis, las empresas vieron en el comercio exterior una oportunidad. La internacionalización ha transformado el modelo empresarial, caracterizado por empresas familiares de gran tradición, en multinacionales. Echando la vista atrás, la entrada en la CEE en los años ochenta abrió nuevas posibilidades de expansión.
"El acceso a los programas de financiación impulsó la renovación tecnológica de las empresas, haciéndolas más eficientes y competitivas", recuerda García Quevedo. En esa misma década fue también pionera en instaurar medidas de seguridad alimentaria. La implicación de la industria en el proceso de elaboración de la ley de la ciencia permitió que "hoy podamos ver un sector que lleva la voz cantante en innovación alimentaria".
La I+D+i es el motor que permite que hoy encontremos en los lineales de los supermercados toda una completa y variada gama de productos, que lleguen a todos los rincones en perfectas condiciones y con sus cualidades intactas.
En la cima del mundo sin complejos
El camino de empresa familiar a grupo multinacional ha tenido sus luces y sus sombras, pero hoy las compañías españolas compiten sin complejos. El grupo cárnico Campofrío es líder internacional, con 67 plantas en 17 países en Europa, México, EE UU y Latinoamérica; sus productos se venden en 80 países y su portafolio de marcas es uno de los más fuertes en la industria.
Otro adalid mundial –del sector olivarero–, el grupo Deoleo, vive con optimismo su particular travesía del desierto envuelto en un plan de futuro. Con una cuota de mercado del 10,4% (11% en España) y ventas de 173.000 toneladas (50.000 en España) su cifra de negocio es de 700 millones de euros.
La historia de ElPozo Alimentación se remonta a más de 60 años atrás, hoy está presente en 82 países, da empleo a más 4.200 trabajadores y en 2016 rebasó los 1.000 millones de euros en facturación.
Una responsabilidad que se traduce "en el contacto directo con los ciudadanos a través de los más de 120 millones de raciones de comida diarias que la industria pone a disposición del consumidor, dentro y fuera del hogar, y que va más allá de un envase o del marketing".
¿Los retos futuros? Una mayor integración de políticas en I+D+i para ayudar a las pymes a ser más competitivas y alimentar a una población creciente.