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La gestión activa de fondos pugna con la pasiva por el cliente

Los fondos indexados ofrecen mayor diversificación y menores costes Los gestores tradicionales defienden su capacidad de selección

Marta Campello (Abante Asesores), Martín Huete (Finizens), Grabriela Orille (Myinvestor) y Unai Ansejo (Indexa Capital).
Marta Campello (Abante Asesores), Martín Huete (Finizens), Grabriela Orille (Myinvestor) y Unai Ansejo (Indexa Capital).Pablo Monge
Miguel Moreno Mendieta

¿Cuál es la mejor forma de invertir? Buscar a los mejores gestores de fondos o apostar por una selección de fondos índices que repliquen la evolución de los mercados. Talento o máxima diversificación. Gestión activa o gestión indexada.

El debate lleva tres décadas abierto en Estados Unidos y, poco a poco, se va trasladando a España. Allí, cerca del 40% del dinero que tienen los particulares en fondos está depositado en fondos cotizados (ETF, por sus siglas en inglés) y fondos índice, con un nivel de gastos bajísimo (menos del 0,2%). Y la proporción sigue creciendo.

Para debatir sobre la cuestión más candente en la industria de gestión de activos, CincoDías ha reunido a dos fundadores de firmas de gestión pasiva (Unai Ansejo, consejero delegado de Indexa Capital, y Martín Huete, cofundador de Finizens) junto con dos especialistas en gestión activa (Marta Campello, socia de Abante Asesores, y Gabriela Orille, directora de innovación de Myinvestor).

Las implicaciones del auge de la gestión pasiva

 

Creadores de índices. Los fondos indexados y los ETF solo tienen una tarea: seguir fielmente y con costes bajos la evolución de un índice bursátil o un índice que monitorice la evolución de los bonos. A medida que aumenta la parte del mercado de gestión de activos que está indexada, el poder de los creadores de índices aumenta. “Hemos visto cómo algunas grandes gestoras crean un índice determinado sobre un mercado o una tipología de inversión, y a los pocos meses generan ellas mismas un ETF para seguirlo”, apunta Marta Campello. Esto puede ser peligroso.

Inercia. El hecho de que cada vez haya más dinero invertido a través de fondos índice es que las empresas que entran en un índice importante reciben un impulso muy fuerte. Algunos expertos consideran que el largo periodo de subidas bursátiles en Estados Unidos (casi nueve años consecutivos) se explica en parte por el incesante flujo de dinero de fondos indexados al S&P 500. Los gestores activos advierten que cuando lleguen las correcciones, habrá muchos particulares que han invertido en empresas de baja calidad, por la simple inercia del mercado y los índices.

Desvirtuados. El auge de la gestión pasiva ha provocado que surjan cientos, miles de índices diferentes. De hecho, ya hay más índices que acciones cotizadas en Estados Unidos. Hay índices que invierten en compañía pequeñas, índices que invierten en empresas con un perfil más expuesto al ciclo económico, índices sectoriales. Algunos expertos consideran que esta proliferación está desvirtuando la figura inicial de los ETF, basados en la sencillez, la diversificación y los bajos costes. Algunas firmas han llegado a lanzar ETF de gran complejidad, que invierten en índices que suben cuando cae la Bolsa (posiciones cortas) y que, además, están endeudados, lo que aumenta los riesgos.

 

En España, las primeras plataformas especializadas en inversión indexada surgieron en 2015. Indexa Capital, Finizens, Finanbest, inbestMe... En sus tres años de vida han ido ampliando la gama de productos y llegando a acuerdos de distribución.

Mientras, las gestoras de fondos tradicionales buscan adaptarse a la nueva competencia y defienden la solidez de la gestión activa. Andbank, especialista en banca privada, ha lanzado recientemente Myinvestor, una plataforma que ofrece a cada perfil de inversor una cartera de los mejores fondos de inversión seleccionados por sus expertos.

Abante Asesores, por su parte, combina un puñado de grandes gestores de fondos españoles, junto con un trato muy cercano hacia los clientes y un equipo que selecciona fondos de inversión de terceros.

Gabriela Orille, responsable de innovación de MyInvestor (de Andbank).

Gabriella Orille (MyInvestor)

"La gestión activa ‘boutique’, de nicho, con gestores muy buenos en un determinado activo, tiene un futuro prometedor. Su actividad es compatible con invertir en otros mercados a través de ETF o fondos índice"

Unai Ansejo, consejero delegado de Indexa Capital.

Unai Ansejo (Indexa Capital)

En el largo plazo, el único factor que acaba explicando claramente diferencias de rentabilidad entre fondos es el nivel de comisiones. Los fondos más baratos acaban generando mayores retornos que los caros.

Marta Campello, socia de Abante Asesores.

Marta Campello (Abante Asesores)

El auge de la gestión pasiva acabará siendo bueno para la industria, porque terminará con los profesionales mediocres. Si no eres capaz de batir a tu índice, la gente no invertirá en tu fondo y lo hará a través de un ETF

Martín Huete, cofundador de Finizens.

Martín Huete (Finizens)

Todos los estudios académicos demuestran que ningún gestor es capaz de batir al mercado de una forma consistente, a largo plazo. Por eso es mejor tener una cartera diversificada de fondos índice baratos

Martín Huete, cofundador de Finizens, trabajó durante más de 20 años para la industria convencional de fondos de inversión: Asesores Bursátiles, Allianz, Skandia, Caja España... Ahora reniega por completo de la labor de las gestoras de fondos y califica al sector de “fraudulento”.

“Todos los estudios académicos demuestran que prácticamente ningún gestor es capaz de batir al mercado de una forma consistente, a largo plazo. Para un particular, detectar quiénes son esos gestores brillantes es muy difícil, por lo que le resulta mucho más atractivo invertir en una cartera bien diversificada de fondos indexados de bajo coste. Comprar el mundo, hacer inversiones periódicas y dejarse llevar por los mercados”, explica.

Más allá de la dificultad de estar invertido en un fondo que consiga hacerlo mejor que su índice a largo plazo (por ejemplo, superar al Ibex 35 en un fondo de Bolsa española, o al índice Standard & Poor’s 500 para un fondo de Bolsa estadounidense), la gran diferencia está en las comisiones.

Los fondos de inversión convencionales tienen comisiones de gestión que llegan al 2% para productos de renta variable. Las nuevas propuestas de gestión indexada presentan gastos por debajo del 1% (después de abonar los costes de invertir en fondos índice, la depositaría y el pago por el asesoramiento). “Al final, la mejor comparación es pensar en correr una maratón con 20 kilos más o con 20 kilos menos. Puedes ser muy bueno, pero esa diferencia de costes es crucial para explicar por qué funciona mejor la gestión pasiva”, apunta Huete.

Gabriela Orille reconoce que, para invertir en ciertos mercados, los fondos indexados son la mejor solución, pero cree que el papel de los gestores es indispensable. “La gestión activa ‘boutique’, de nicho, de gestores muy buenos en un determinado activo, tiene un futuro prometedor. Su actividad es perfectamente compatible con invertir en otros mercados a través de ETF o fondos índice”, explica.

Orille considera que más allá del debate entre la gestión activa y pasiva, la clave en los próximos años va a ser la especialización en productos y servicios. “En MyInvestor tenemos una propuesta que incluye una cuenta corriente que abona un 1% en los primeros seis meses, junto con un 2% por traspaso o suscripción de fondos. Así queremos conseguir que todo tipo de inversores se acerque a nuestras carteras de fondos, con cinco perfiles de inversión”.

Unai Ansejo proviene de un mundo completamente ajeno a la gestión. Estudió física y acabó llegando a la mesa de tesorería de un banco por casualidad. “Mi formación científica me lleva a analizar de forma sistemática las variables que determinan el éxito o fracaso de un gestor. Después de mucho tiempo tratando de encontrar las variables diferenciales he descubierto que es imposible. Para batir al mercado hay que tratar de predecir qué van a hacer los demás inversores, una tarea de adivinos. Realmente, lo único que acaba distinguiendo claramente a unos fondos de otros es si cobran comisiones altas o bajas. Esa es una única diferencia que es clave en relación a la rentabilidad a largo plazo”, apunta.

Ansejo recuerda que desde Indexa han realizado un estudio específico sobre los fondos de inversión españoles. “El 92,4% de los fondos lo ha hecho peor que su índice de referencia durante los últimos 15 años”. Desde su punto de vista, la mejor receta para el inversor es invertir en productos bien diversificados y con comisiones muy bajas.

Marta Campello, socia de Abante Asesores, reconoce que en ciertos mercados es muy difícil hacerlo mejor que el mercado y pone el ejemplo de la Bolsa de Estados Unidos. “Está demostrado que batir al índice S&P 500 a largo plazo es prácticamente imposible, por eso nosotros preferimos utilizar ETF baratos si queremos estar en renta variable norteamericana. Pero para invertir en Europa, por ejemplo, confío mucho más en el gestor de Abante Josep Prats, que ha logrado estupendos resultados en los últimos años”.

Campello considera que la gestión pasiva y la activa acabarán conviviendo sin problemas. Cada vez más gestores de fondos utilizan los ETF o los fondos índice para ciertos posicionamientos tácticos. Por ejemplo, si creen que Japón va a tener un buen año en renta variable y quieren destinar allí una pequeña parte de un fondo de Bolsa internacional, la forma más barata y sencilla es invertir a través de un fondo indexado, ya que no requiere un proceso previo de análisis de fondos y gestoras.

“El auge de la gestión pasiva acabará siendo bueno para la industria, porque terminará con los profesionales mediocres. Si no eres capaz de batir a tu índice, la gente invertirá a través de un ETF”, apunta Campello.

Otro de los factores claves a la hora de invertir es la formación financiera del cliente. “En España ha habido una baja cultura financiera, por eso han podido proliferar algunos fondos de inversión que tenían una pobre calidad”, apunta Gabriella Orille. “Creo que poco a poco esto está cambiando y que la gente no va a dejarse engañar”.

Un cambio fundamental en este aspecto será la transposición definitiva de la directiva Mifid 2, una regulación europea que aportará mayor trasparencia a la industria de los fondos de inversión. Las gestoras deberán detallar mucho más qué comisiones están cobrando a sus clientes y, además, tendrán más incentivos para ofrecer fondos de inversión de otras entidades y para mejorar el asesoramiento.

Huete es escéptico sobre el efecto que puede tener Mifid 2 o la mejora de la cultura financiera. “La industria se basa en mil mentiras. En convencer al cliente de que tu gestor es el más listo, el que sabe cuándo comprar y cuando vender acciones, pero la realidad es que muy pocos lo saben”.

En su cruzada contra el establishment, Huete ha acuñado el concepto de síndrome de Estocolmo bancario para explicar la relación entre los clientes y la entidad financiera. “Hay que recordar que, en España, la distribución de productos de inversión, como fondos o planes de pensiones, está en manos de unos pocos bancos. Esto ha hecho que controlen por completo la relación comercial y que el cliente no se plantee que tiene otras posibilidades de inversión”, se queja este veterano de la industria.

Desde el campo de la gestión activa, tanto Marta Campello como Gabriela Orille recuerdan que las propuestas de gestión indexada no son tan asépticas como proclaman. Al diseñar una cartera determinada de fondos índice o ETF para un inversor ya se están tomando decisiones. ¿Qué peso tiene la Bolsa europea? ¿Qué peso tiene la deuda corporativa americana? ¿Debe incluirse una inversión en materias primas?

Un buen ejemplo de este dilema surge al comparar las propuestas de Indexa Capital y Finizens. Esta última incluye en las carteras de sus clientes ETF que replican la evolución de activos inmobiliarios y del oro. Sin embargo, Ansejo (de Indexa) considera que este tipo de activos no reúne las características idóneas para ser incorporados en la cartera de un inversor particular.

De igual forma, en las propuestas de gestión activa también hay incorporados algunos ETF. “Nuestros expertos en selección de fondos, una vez que determinan en qué tipo de activos invertir, buscan siempre la mejor opción”, explica Orille. “Si en un determinado mercado vemos que hay un ETF que lo está haciendo muy bien y es más atractivo que los fondos tradicionales, no tenemos ningún problema por incluirlo”.

Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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