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¿Tienes un seguro de vida? Hay inversores que quieren comprártelo

Los "life settlement" permiten obtener liquidez Cuando se produce el fallecimiento, el inversor cobra la póliza

Dos personas mayores sentados en un parque de París.
Dos personas mayores sentados en un parque de París.AFP
Miguel Moreno Mendieta

Anne tiene 70 años. Su marido Roger, de 74, ha sufrido un derrame cerebral. Viven en Estados Unidos y su seguro médico se queda corto para cubrir todos los gastos sanitarios. El dinero que tenían para su jubilación se empieza a agotar y temen que les quiten su casa, ¿qué pueden hacer?. Muy fácil, vender el seguro de vida que tenía contratado Roger. Un fondo de inversión les adelantará dinero y se hará cargo de las primas futuras. Cuando Roger fallezca, el fondo cobrará la póliza.

Esta historia no es una distopía emanada de los guionistas de Black Mirror, sino el vídeo promocional que está colgado en la web de Life Insurance Settlement Association (LISA). Esta organización estadounidense agrupa a todas las firmas e intermediarios que se dedican a este mercado: comprar y cobrar pólizas de vida.

"En Estados Unidos este mercado mueve anualmente transacciones por más de 15.000 millones de dólares [13.000 millones de euros], cuando hace 15 años apenas movía 200 millones de dólares", explica José Casares, consejero delegado de Carlisle Management. Su compañía, con sede en Luxemburgo, se dedica a ofrecer a inversores institucionales, sobre todo aseguradoras, activos alternativos. Inversiones que permitan ganar algo de rentabilidad en el actual entorno de tipos cero, donde los bonos no ofrecen ningún rendimiento. Las pólizas de vida son un activo más.

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Los life settlement (acuerdos de vida, en inglés) son un activo cuyo retorno queda determinado por el precio de compra de las pólizas y por la esperanza de vida de quien vende su póliza. Los cambios en las variables económicas y políticas no afectan significativamente al retorno del activo. Esta descorrelación de los life settlements con las variables económicas y financieras tradicionales (política monetaria, la valoración de las bolsas, el PIB, las tasas de desempleo) los convierte en un activo muy atractivo para las aseguradoras, para poder amortiguar los vaivenes de la Bolsa o del mercado de bonos.

Grandes inversores como Apolo, Fortress Investment Group o Berkshire Hathaway han destinado parte de su cartera a estos fondos.

No solo recurren a la venta de su póliza de vida jubilados con problemas de salud. También es frecuente entre personas a las que les ha cambiado mucho la vida. Gente que tenía un puesto de alto ejecutivo, con un sueldo muy alto, y que perdió el trabajo. O personas que han perdido o se han distanciado de parte de sus descendientes.

Poca presencia en Europa

Cómo funciona este activo

 

Póliza. El particular contrata un seguro de vida. En caso de fallecimiento, los beneficiarios de la póliza tienen derecho a cobrar un capital determinado. Anualmente debe pagar una prima. Un joven de 30 años tendría que pagar 200 euros al año para asegurar un capital de 120.000 euros. Si tuviera 50 años la prima se elevaría hasta los 900 euros.

Compra. En Estados Unidos se ha extendido la figura de inversores que ofrecen al asegurado comprarle su seguro de vida. El fondo adelanta un dinero al particular y se hace cargo de pagar la primas en el futuro. Con el fallecimiento del asegurado, es el inversor quien cobrará el capital.

Paquetización. Los contratos de seguros en los que el fondo se ha convertido en beneficiario se incorporan a un vehículo inversor, y se distribuyen entre inversores institucionales. El vehículo va generando ingresos con las pólizas que va cobrando. El principal riesgo que asume el inversor es por un aumento no previsto de la esperanza de vida de los asegurados, o por litigios legales.

 

A pesar del rápido desarrollo que han tenido los acuerdos de venta de pólizas de vida en Estados Unidos, su implantación es escasa en Europa. Tan solo un puñado de fondos británicos y alguna firma con sede en Luxemburgo comercializa este activo. La inmensa mayoría de las pólizas que tienen como subyacente pertenecen a ciudadanos norteamericanos.

Además, los life settlement, también conocidos como bonos de la muerte, han dado más problemas de los previstos. Sobre todo por el constante incremento de la esperanza de vida, que ha roto las previsiones que manejaban los expertos en ciencias actuariales.

Hace dos años, el fondo MPL Traded Policies, especializado en comprar pólizas de vida, tuvo que cerrar después de registrar una depreciación del 60%. El vehículo tenía un patrimonio de cerca de 150 millones de euros.

“Invertí en el fondo 300.000 libras [350.000 euros] en 2009 , cuando parecía que la crisis financiera global se iba a llevar por delante a todos los bancos. Buscaba un activo seguro, y al final ha resultado que el fondo no ha parado de depreciarse”, explicaba un inversor de la Isla de Man al diario Financial Times.

Este tipo de activos llega a ofrecer retornos del 15%  anual a las aseguradoras y fondos de pensiones que los compran

Sin embargo, no todos los fondos de life settlement han tenido problemas. La clave es el precio al que se compraron las pólizas y la selección. El fondo Luxemburg Life Fund (gestionado por Carlisle) está registrado como vehículo especial de inversión en Luxemburgo y solo es accesible para inversores institucionales. Su valor se ha multiplicado por cuatro entre 2010 y 2017. Está especializado en invertir en el mercado segundario de pólizas de vida.

Para potenciar el mercado de life settlement en Europa surgió en 2009 la ELSA (European Life Settlement Association) y ya cuenta con 19 miembros, entre ellos la consultora E&Y. Su labor es dar a conocer la existencia de este tipo de inversiones y convencer a los reguladores para que favorezcan este mercado.

De acuerdo con su último informe, el nivel de rentabilidad que obtienen los inversores con este tipo de activos está actualmente en el 15%.

Sobre la firma

Miguel Moreno Mendieta
(Madrid, 1979) es licenciado en Derecho y Economía por la Universidad Carlos III. También cursó el Máster de Periodismo de El País. Se incorporó al periódico Cinco Días en 2006, tras pasar por la web de El País y Mi cartera de Inversión. Escribe sobre el sector financiero, con un foco especial en fondos de inversión y los seguros.

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