10 claves para ser más creativo descansando más
Las largas jornadas se valoran más, pero no implican mayor productividad La clave está en la correcta relación entre descanso y trabajo
Medir el tiempo es la forma más sencilla de cuantificar el trabajo, pero no la más eficaz. Para el consultor de Silicon Valley y profesor en la Universidad de Stanford, Alex Soojung-Kim Pang, trabajo y descanso no son opuestos, sino que la correcta relación entre ambos es clave para una tarea más productiva. Así lo recoge en su libro Descansa. Produce más trabajando menos (LID), donde expone la influencia del reposo en la creatividad, una capacidad que considera más disciplinada de lo que parece. El consultor insiste en que el reposo es un proceso activo y da diez claves para llevarlo a cabo.
1. Cuatro horas. Las modernas oficinas abiertas provocan ya no base solo con trabajar, sino que también haya que escenificarlo. Además, el autor cree que las jornadas flexibles son una forma de que el trabajo ocupe todo el día. A su juicio, cuatro o cinco intensas horas de dedicación al día son suficientes para hacer las tareas que se suelen alargar durante toda la jornada.
2. Madrugar. Según el experto, la rutina no coarta la creatividad, sino que la sostiene, pero suele rechazarse en los procesos creativos. Asimismo, comenzar la jornada temprano incentiva la imaginación porque el primer impulso del día es para las ideas.
3. Andar y pensar. Caminar estimula la inventiva, ya que relaja las inhibiciones creativas, permite aclarar la mente y puede aportar nuevas perspectivas ante un problema. Por eso es importarte entregarse a esta actividad sin ningún tipo de distracción, tales como leer o conversar.
4. Siestas. Una pequeña cabezada durante el día no solo recarga energías mentales, sino que también es positiva para dividir la jornada laboral, en contra de la asunción de tener que trabajar sin descanso durante todo el día.
5. Paradas. Saber cuándo detenerse también es clave para ejecutar un buen trabajo. Se recomienda parar no cuando se está estancado, sino cuando el ritmo fluye y se tiene claro el siguiente paso a seguir, porque será más fácil continuar más tarde.
Saber cuándo detenerse es clave para ejecutar un buen trabajo
6. Dormir. No se debe considerar solo un periodo de inactividad, sino que desempeña una función vital. No dormir merma la capacidad de concentración. Además, durante el sueño se revelan soluciones y se sanan infecciones y contusiones.
7. Recuperación. Es fundamental aprender a desconectar del trabajo durante los periodos vacacionales. La recuperación no consiste solo en tener tiempo libre. Este es un proceso activo en el que se deben recargar completamente tanto la energía física como la mental para volver a la vida laboral.
8. Ejercicio. La práctica deportiva mejora el cuerpo, pero también fortalece la estructura cerebral y la dota de mayor plasticidad. Suele pensarse que el ejercicio físico y la práctica intelectual son excluyentes. Sin embargo, el deporte ayuda a reducir el estrés, por lo que no debe postergarse hasta que no se tenga nada que hacer, sino que debe tener un papel importante.
El deporte mejora el juego, pero también la estructura cerebral
9. Juego profundo. Es interesante cultivar aficiones. Por un lado, son recuperadoras ya que no suponen un esfuerzo y se realizan voluntariamente, como si de un juego se tratara. Pero también son mentalmente absorbentes y plantean la oportunidad de aprender cosas que aplicar a la actividad laboral. Estas actividades presentan límites diferenciados con el trabajo, pero es interesante relacionar ambos campos para descansar a la vez que la mente sigue activa.
10. Periodos sabáticos. Tomarse un tiempo para desconectar de la rutina habitual, tanto de la laboral como de la personal, puede ser muy fructífero, se adquieren nuevas formas de entender el mundo y surgen nuevas ideas. Los largos periodos de descanso no están al alcance de todo el mundo, pero a veces, una sola semana puede resultar profundamente reparadora.