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La mejor defensa para Procter & Gamble no es ir al ataque

Podría adquirir un rival que le diera el control de una categoría de consumo Eso daría a los inversores una razón para respaldar a los gestores actuales, pero no será fácil

Sede de Procter & Gamble en Cincinnati (Ohio, EE UU).
Sede de Procter & Gamble en Cincinnati (Ohio, EE UU).

Mientras Procter & Gamble trata de defenderse del activista Nelson Peltz –que quiere entrar en el consejo–, circula la idea de que el grupo se ponga a la ofensiva. P&G, valorada en 236.000 millones de dólares, podría adquirir un rival que le diera el control de una categoría de consumo en la que pudiera reducir costes y aumentar beneficios. Eso daría a los inversores una razón para respaldar a los gestores actuales. Pero encontrar un objetivo tan seductor como lo fue Gillette en 2005 no será fácil.

Los candidatos más evidentes son Colgate-Palmolive, el gigante del papel Kimberly-Clark, y el fabricante de productos de limpieza Clorox. Ninguno encaja tanto como Gillette, que todavía domina el afeitado masculino a pesar de la competencia de empresas como Dollar Shave Club, comprada por Unilever el año pasado.

Colgate, valorada en 63.000 millones de dólares, acumuló el 26% del mercado en 2016. Las marcas de P&G, como Crest y Oral-B, son las siguientes en tamaño. Juntas, sumarían más del 40%. P&G podría tranquilizar a los reguladores antimonopolio señalando que hay competencia por todas partes, Amaozn y Costco incluidas.

Pero P&G probablemente tendría que pagar una prima del 30%. Para justificarla, tendría que conseguir más de 2.500 millones de dólares en ahorros anuales, el 10%de los gastos corporativos combinados. Aunque no es imposible, equivale a la mitad de los gastos generales de Colgate.

Los pañuelos y pañales de Kimberly-Clark encajarían muy bien con los de P&G. Para justificar una prima del 30% a la capitalización de mercado de la papelera, 43.000 millones de dólares, P&G necesitaría conseguir 1.500 millones de dólares en ahorros antes de impuestos. También es mucho pedir. P&G podría poner los márgenes de ebitda de Kimberly-Clark en línea con los suyos, pero incluso así se quedaría muy corta.

Las matemáticas de comprar Clorox, valorada en 18.000 millones de dólares, no son mejores. Y sus marcas no darían tanto poder de mercado en algún producto como Colgate, Kimberly-Clark o Gillette. El consejo de P&G tiene que considerar todas las opciones mientras pelea con Peltz. Ir de juerga compradora parece estar al final de la lista.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías.

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