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Aparente buen dato de ventas minoristas americano y Draghi

Las ventas minoristas en los Estados Unidos registraron en julio su mayor incremento de los últimos siete meses, debido principalmente a las compras de vehículos (+1,2% mensual y 5,7% interanual) y el gasto discrecional. Según los datos del Departamento de Comercio, las ventas minoristas subieron un 0,6 % mensual el mes pasado, la mayor ganancia desde diciembre de 2016 frente al alza del 0,3 % mensual en junio. El mercado esperaba que las ventas minoristas aumentarían un 0,4 % en julio.

Las ventas al por menor de junio y mayo se revisaron al alza para situarse en el +0,3% (-0,2% en la primera estimación) y en el 0,0% (-0,1% inicialmente calculado) lo que ayudaría a despejar los temores sobre una posible desaceleración del gasto de los consumidores a comienzo del año. El dato parece apoyar las expectativas de que la Reserva Federal pudiera volver a subir los tipos de interés nuevamente en diciembre.

En tasa interanual, las ventas minoristas aumentaron un 4,2%. Excluyendo las ventas de automóviles, gasolina, materiales de construcción y los servicios de alimentos (GAFO), las ventas minoristas subieron un 0,6 % el mes pasado frente al +0,1% en junio. Las ventas subyacentes (excluida las ventas de automóviles) subieron un 0,5% mensual frente al 0,1% anterior y el 0,3% esperado por el mercado. En tasa interanual las ventas subyacentes aumentaron un 3,9% frente al 2,7% en junio y el 3,8% en mayo pasado. En términos reales, descontado el efecto del incremento de los precios a través del IPC, las ventas minoristas crecieron un 0,5% mensual frente al 0,3% en junio (+0,2% en mayo) lo que sitúa la tasa interanual en el 2,5% frente al 1,7% en junio (2,3% en mayo).

Contrariamente, Wall Street a media sesión dos de sus tres principales indicadores mostraban un leve retroceso que se agravó repentinamente en los últimos minutos de la jornada. Aunque todos dan por finalizada la crisis entre EEUU y Corea del Norte, la mala jornada vivida por buena parte de las compañías de venta al por menor, algunas de las cuales llegaron a caer más del 20%, impidieron a Wall Street cerrar una jornada de claras ganancias.

Por otro lado, y a medida que se acerca la cita del Simposio de Jackson Hole, los rendimientos de los bonos europeos comienzan a dispararse. ¿La razón? El mercado anticipa que en la reunión de Jackson Hole Draghi, como en otras ocasiones, dará el "pistoletazo de salida" a la reversión de las políticas monetarias acomodaticias llevadas a cabo por el BCE desde el 2014.

Previamente, tras la última reunión del Consejo de Gobierno del BCE, éste no confirmó estas sospechas, ya que el presidente Mario Draghi mantuvo su posición equilibrada tradicional y enigmática. Los inversores fueron advertidos antes de la conferencia de prensa, pues el comunicado del organismo no contenía ningún cambio en el lenguaje, pese a que muchos analistas habían previsto un endurecimiento del discurso con el reconocimiento de los avances en la economía europea.

Draghi no hizo ninguna concesión a quienes esperaban pistas sobre una próxima retirada de los estímulos: el tapering (como se conoce al proceso de reducción gradual de las compras de venta) no se ha discutido aún, su momento llegará en otoño. No obstante, precisó que eso no anula la posibilidad de que se produzcan novedades en la reunión del próximo 7 de septiembre.

Esta mañana, sin embargo el euro tuvo un significativo viaje de ida y vuelta a cuenta de las especulaciones sobre lo que Draghi finalmente dirá en este simposio el próximo 24 de agosto. Los rumores de que Draghi no pronunciaría ninguna novedad sobre política monetaria en Jackson Hole desató las ventas de euro que, llegó a caer casi una figura y media hasta los 1,1695 USD/EUR. "La sangre no llegó al río" ya que posteriormente la divisa única se recuperó hasta los 1,1740/50.

Posiblemente es la gestión de la cotización de la divisa los que más preocupa a Draghi. Es bien sabido que es la posibilidad de un "tapering" lo que ha movido al euro al alza. desde antes del verano la divisa única se ha movido hacia una cotización más lógica que la "antinatural" cotización alrededor de los 1,10 USD/EUR (o inferiores con las que algunos fantasearon en estos últimos meses). Un euro artificialmente depreciado ha funcionado como una válvula de escape para aquellas economías, y me refiero especialmente a las menos productivas del sur de Europa, empeñadas en mantener vivo lo que debe morir.

Ello es importante porque siempre he defendido que un euro a la baja, depreciándose o por debajo de la paridad, no es sinónimo de un proyecto europeo que fracasa. Mas bien lo contrario: es el antídoto para mantener el proyecto sin reformas. La hora de la verdad del proyecto de la UME, vendrá con un euro fortaleciéndose, que ponga en videncia las diferentes (y muchas veces distantes) estructuras económicas dentro de la unión.

Un dólar desplomándose, algo a lo que tendremos que hacer frente en un futuro no tan lejano como alguno plantean, puede ser la mala noticia que el "status quo" europeo actual más teme.

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