Un imán para atraer y retener el talento en la empresa
El certificado EFR de la Fundación Másfamilia cumple 10 años
El salario sigue siendo un elemento básico en la relación laboral. Pero junto a la retribución dineraria se están imponiendo otros elementos no económicos con el fin de satisfacer necesidades personales, familiares y profesionales del trabajador, englobados en el conocido como salario emocional.
Para ayudar a las empresas a avanzar y dar respuesta en materia de conciliación, la Fundación Másfamilia puso en marcha hace ahora 10 años el modelo de gestión EFR (Empresa Familiarmente Responsable). Reconocido como Good Practice por Naciones Unidas y avalado por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, EFR responde a una nueva cultura sociolaboral basada en la flexibilidad, el respeto y el compromiso mutuo a través del esquema privado de certificación.
Modelos de certificación
La certificación es de carácter trianual para las empresas grandes, de más de 100 trabajadores. Y cada año se revisan los objetivos de mejora que establece la empresa, explica Rafael Fuertes. Para las empresas de menos de 100 trabajadores, se ha desarrollado una norma más sencilla de dos años, revisable cada año. Y para las más pequeñas, de menos de 30 empleados, “existe una norma más sencilla aún, con unos requerimientos menores, para intentar que cada año la empresa pueda mejorar”. La certificación está verificada por un auditor, que tiene tabulado el número de días que tiene que estar, en función de los centros de trabajo y del número de trabajadores de la compañía.
“Empezamos hace más de 10 años para intentar ayudar a la familia en España en el tema de la conciliación, ese balance entre la vida personal y familiar y laboral que está muy desequilibrado a favor de la laboral, para intentar cambiarlo”, señala Rafael Fuertes, director general de la Fundación Másfamilia. “Lo que hizo novedoso nuestra fundación es desarrollar un modelo de gestión con una certificación asociada en el mundo de los recursos humanos”, continúa. El objetivo era que las empresas vieran que “si se gestiona a los trabajadores de acuerdo a sus necesidades, no por presentismo, se consigue que sean más comprometidos, más felices y, por ende, mayor productividad en su empresa”, recalca Fuertes.
Hoy son ya más de 550 empresas las que han recibido el certificado EFR, que agrupan a más de medio millón de trabajadores repartidos en más de 20 países. El año pasado fueron reconocidas con esta certificación Campofrío, Kyocera, BMW Ibérica, Axa España, Renault España Comercial, Kia, Cepsa, RGA Seguros, Fundación Bancaria La Caixa, Generali España o GateGourmet España.
“Fuimos a la certificación EFR para que nos ayudasen a profesionalizar la actividad y a hacerla consistente a lo largo del tiempo”, destaca Sergio López García, director de recursos humanos de GateGourmet, proveedor de servicios de catering y aprovisionamiento para aerolíneas y ferrocarriles. “Somos una planta industrial, aquí es bastante complicado introducir políticas de recursos humanos, porque todo está muy ligado a costes, productividad y eficiencia”, reconoce. La plantilla de la compañía en España está en torno a 1.200 trabajadores.
Mutua Madrileña es veterana, lleva 10 años seguidos con el certificado EFR y en 2016 lo renovó con la calificación de máxima excelencia A+. “El certificado pone de manifiesto el apoyo decidido de la compañía en materia de conciliación y reconoce el esfuerzo que hacemos por favorecer la igualdad de oportunidades y ofrecer unas condiciones de trabajo óptimas”, asegura Rafael González-Palenzuela, director de recursos humanos de Mutua Madrileña. “Esto sin duda es una gran palanca para retener y atraer talento”, apostilla.
Las empresas, para conseguir el certificado, tienen que trabajar primero internamente en una autoevaluación que les permita verificar las necesidades y expectativas de sus trabajadores, explica Rafael Fuertes. “Segundo, pregunte a sus directivos qué orientación estratégica tienen con todo esto. Luego, haga un DAFO de fortalezas, amenazas, oportunidades y debilidades. Y cuatro, gestiónelo de tal manera que implante medidas. Porque el certificado no es un premio, es una herramienta, que además se verifica por terceros independientes”, explica el director general de la fundación.
“La certificación lo que hace al final es validar que la compañía tiene puestas en marcha políticas, procesos y beneficios en distintos ámbitos, no solo es conciliación, que mejoran lo que es el mínimo legal”, remarca Sergio López. “Creo que el binomio trabajo-salario ha quedado desfasado y hay que poner en la relación empresa-trabajador otra serie de elementos, que serían el salario emocional. Y el tema de la conciliación entra dentro de este concepto”, subraya.
“Pensamos que esto es una decisión estratégica. El talento, para atraerlo y retenerlo, cada vez es más importante las condiciones personales de los trabajadores distintas de las salariales y para eso la conciliación ejerce un imán importantísimo. Nosotros queremos cambiar esta sociedad”, concluye Fuertes.
Un ejemplo en medidas de conciliación
Mutua Madrileña ha sido la primera empresa en renovar 10 años seguidos el certificado EFR (ahora A+). La aseguradora tiene un catálogo de medidas de conciliación que supera las 70, destaca Rafael González-Palenzuela, director de recursos humanos. “Todos los años intentamos ir incorporando alguna, siendo un poco innovadores”, asegura.
Entre estas medidas destaca el descanso por maternidad de 18 semanas, dos más que las legalmente establecidas, “con el 100% del sueldo”, apostilla González-Palenzuela. El permiso de paternidad, que ya era de cuatro semanas antes de la ampliación legal, se ha incrementado ahora a seis, también con el 100% del sueldo.
“Una medida muy popular en la empresa es la ayuda por nacimiento de hijos, de 6.000 euros. El año pasado disfrutaron de esta medida 54 personas, con un total de 324.000 euros. En los últimos años han sido 228, con 1,368 millones”, explica el director de recursos humanos. También popular es la ayuda para libros de texto de los hijos de los empleados hasta bachiller incluido. 492 ayudas el año pasado (293.000 euros).
Para facilitar a las mujeres embarazadas seguir prestando servicios, si no tienen necesidad de estar de baja, a partir del sexto mes pueden teletrabajar, destaca González-Palenzuela. También tienen plazas de parking reservadas.
Otros beneficios sociales que ofrece Mutua son las ayudas de hasta 6.000 euros anuales para cubrir cuidados de ascendientes o descendientes dependientes; el horario compacto, de 8.30 a 17.00, de jornada partida; el seguro de salud con Adeslas, o la cobertura del 50% del coste de un fármaco o tratamiento, hasta 3.000 euros.