El sector apícola sobrevive a golpe de adopciones
Las empresas renuncian a parte de su margen para asegurarse las ventas
Las abejas se mueren. Y con ellas, el sector apícola. Primero fue por la llegada de un ácaro (a finales de los años ochenta), después por el cambio climático y los pesticidas. De hecho, el número de colmenas ha caído un 26% en la última década, según la última encuesta sobre actividades ganaderas del INE, que mantiene a España como uno de los principales productores de Europa. Ante esta situación las empresas dedicadas a la extracción y comercialización experimentan con nuevas vías de negocio a través de las posibilidades que ofrece internet.
Gonzalo Úrculo, fundador de Naranjas del Carmen, define esta corriente como crowdfarming, una fusión entre crowdfunding y la voz inglesa para ganadería. Si bien su empresa se inició en 2013 en la venta de las naranjas, desde este año han ampliado su oferta a la miel. Han exportado el modelo de adopción de naranjos a colmenas y en los próximos lo hará con los olivos. En cualquier caso, explica, el modelo es el mismo. El consumidor paga por adelantado una cantidad fija con la que sufragará los gastos de mantenimiento de la colmena (se le permite poner su nombre) y después recibe los lotes de productos que ha generado.
En el caso de Naranjas del Carmen los precios dependen de la cantidad de derivados de la miel que el cliente quiere recibir y la procedencia de estos. Así, varían entre los 46 euros al año por tres kilos de miel de alta montaña a los 305 por 29 kilogramos que incorporan también a la de azahar, transporte aparte. “El auge de estas iniciativas responde a que los consumidores cada vez están más preocupados sobre el origen de los productos y qué pasa en la finca”, comenta Úrculo las motivaciones de extender el modelo a otros cultivos. En tres meses, la compañía cuenta con unas 350 colmenas adoptadas –donde viven unas 60.000 abejas en cada una– y ahora estudia saltar al mercado alemán y estadounidense.
La exportación es también el principal negocio de Urzapa, de modo que su responsable, Urbano González asegura que representa el 65%. Cuatro años antes que Naranjas del Carmen, la compañía radicada en Sueros de Cepeda (León) ya comenzaba a experimentar con este modelo. La compañía, que en 2008 obtuvo en galardón de Mejor Miel Ecológica del Ministerio de Medio Ambiente, cuenta con unas 140 colmenas apadrinadas –de un total de 8.000– que abonan una cantidad fija de 55 euros al año por cada una.
González reconoce que en este modelo “sacrifican” parte de su margen, pero a cambio se garantizan antes de la recogida de la miel que tenemos una gran parte ya vendida y que así se ahorran las partidas de publicidad y márketing. “En definitiva nos ayuda a poner más colmenas en el campo gracias a una fuente de financiación externa”, cuenta.
Más allá de los motivos económicos, en Apadrina Una Colmena citan la función social de esta iniciativa. En opinión de su responsable, Jesús González de la Cruz, el crowdfarming mejora las perspectivas del sector apícola porque aumenta el vínculo entre los consumidores y los productores. A pesar de que hace seis años que implantaron la adopción de abejas, su apuesta es más modesta (cuentan con unas 40 unidades) y el precio está en los 60 euros.
Los sindicatos de agricultores y ganaderos también ven con buenos ojos esta práctica. El responsable del sector apícola del COAG, Ángel Díaz, considera estas iniciativas como un buen acicate y una forma de “dar publicidad” a los problemas de la miel en España. Sin embargo, considera que el grueso de los agricultores –muchos, explica, muy enfocados en el autoconsumo y fuera de las vías industriales– se encuentra todavía lejos de incorporarse a ellas. Mientras tanto, señala que un buen indicador del desgaste del sector es la caída en el número de explotaciones. A un ritmo del 50% al año, aleja las cerca de 8.000 actuales del millón al que el varroa comenzó a atacar a finales de los 80.
La cosecha del 2016 se reduce un 40%
La sequía del último verano no ha hecho sino agravar los problemas del sector apícola en esta temporada. El presidente de la Asociación Española de Apicultores, Marcos Negrete, cuantifica las pérdidas entre un 20% y un 30%. Es uno de los ejemplos, en su opinión, de cómo el calentamiento global afecta al sector. El responsable de estos números rojos no es el cambio climático sino la entrada de productos procedentes de China. Esta es la opinión de Ángel Díaz, repsonsable del sector agrícola de COAG, que señala que mientras los productos importados de Asia bajan el precio, en España suben los costes por colmena. Negrete considera en este sentido que estos productos foráneos “no son miel”. En su opinión, las altas temperaturas a las que los someten (más de 60 grados) destruye la humedad de la miel y los convierte en edulcorantes.