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Entrevista con Alberto Martínez Cepero Gerente Regional en Madrid de Volkswagen Group Retail Spain y Director Gerente de Audi Retail Madrid.S.A

El requisito básico para la supervivencia de una empresa a largo plazo es el resultado y su enfoque principal, la orientación a conseguirlo de una manera ética y responsable. El resultado empresarial debe ser un elemento imprescindible en el comportamiento diario de los máximos dirigentes de cualquier compañía e interiorizado, valorado y aceptado por todos los trabajadores.

Sin embargo, una empresa debe tener una clara cultura corporativa donde existan una serie de valores que salgan a la luz en todos los ámbitos de actuación del negocio. El desafío de cualquier empresa es conjugar la consecución de los objetivos con los valores esenciales que deben imperar en el enfoque de negocio. Trabajar en una organización transparente, justa y con capacidad de hacer equipos de alto compromiso y talento asegura hacer frente con éxito a cualquier ciclo económico.

Nuestra misión como empresa es la satisfacción de nuestros clientes partiendo de la base que la empresa debe apoyarse en las personas que trabajamos en ella. La cultura de empresa, alineada al objetivo de gestión de satisfacción y lealtad al cliente, está impregnada de un fuerte componente comercial que nos exige ser embajadores de la empresa y, por tanto, coherente con los valores que conlleva.

La profesionalidad, entusiasmo, creatividad y compromiso de nuestros colaboradores es la visión transversal que tenemos como empresa. La perseverancia en estas cualidades permiten que nuestros clientes disfruten con el servicio y el trato recibido en cada contacto con nuestros equipos redundando en ampliar nuestra ventaja competitiva y alcanzar unos resultados satisfactorios.

La clave del éxito de una compañía es el trabajo y esfuerzo de todas las personas que forman parte de ella. Un directivo tiene la responsabilidad de influir como persona en el carisma de la organización mediante la transmisión de valores y la coherencia con lo que predica.

Personalmente, me apasiono con proyectos arriesgados donde puedan surgir fuerzas y oportunidades inimaginables, sueño con propuestas que impulsen un crecimiento más fuerte y duradero pero siempre dentro de un entorno favorable y un respeto al espíritu empresarial basado en valores económicos, morales y éticos.

No confío en el éxito duradero de un directivo que intenta lograr sus objetivos a cualquier precio. Una empresa debe tener una estrategia orientada a la generación de resultados (fin) con un equilibrio en sus valores (medios). La integridad y el trabajo en equipo son dos cualidades esenciales para alcanzar el éxito profesional

El estilo de dirección es clave. El liderazgo de un directivo con sentido humano provoca el entusiasmo y compromiso de las personas a su alrededor que actúan conscientemente de manera positiva en la consecución de los resultados.

El aspecto humano de un directivo permite crear entornos plenos de vitalidad y energía con capacidad para generar y fidelizar el talento dentro de las empresas. Un directivo debe trabajar con pasión para conseguir el bienestar de sus colaboradores. La autoridad motivadora de un líder basada en valores humanos permite lograr aspectos únicos de éxito: creación de equipos de alto rendimiento, estímulo a hacer las cosas de manera excelente, reconocimiento acorde al esfuerzo y un compromiso a prueba de fuego.

Una persona que dirige a otras debe vivir motivada. La motivación personal e intrínseca de un líder debe contagiar a todos los niveles de la empresa, activando las conductas de los demás sin que pueda aparecer el desfallecimiento en alcanzar el éxito de un proyecto. Mi trabajo es vocacional y vivo apasionadamente, comprometido con mis obligaciones y responsabilidades.

La clave de mi desarrollo profesional ha sido el trabajo y esfuerzo de todas las personas que han trabajado conmigo a lo largo de mi carrera. Una constante en mi experiencia profesional es el establecimiento de objetivos desafiantes que han permitido generar un espíritu de trabajo en equipo y un alto grado de motivación. Me gusta rodearme de personas positivas, proactivas y capaces de actuar sin miedo responsabilizándose de sus éxitos y fracasos.

Mi meta personal es conseguir no sólo resultados excelentes, sino crear entornos plenos de vitalidad donde exista una cultura de desarrollo humano organizacional donde el talento se premie con oportunidades de crecimiento personal y profesional.

Un líder efectivo encuentra la manera de hacer las cosas de forma mejor y novedosa. Su labor debe focalizarse en mantener las ventajas competitivas y fomentar los aspectos difíciles de igualar de una organización. Sin embargo, una empresa no progresará sin un gran equipo humano donde las actividades en grupo son más fructíferas que los esfuerzos individuales.

Un directivo debe exponer su talento y esfuerzo en los objetivos prioritarios de la empresa y en la búsqueda de soluciones y nuevas ideas. La innovación con imaginación en hacer las cosas de manera diferente, una clara orientación comercial gestionando relaciones, un excepcional servicio para satisfacer y fidelizar a los clientes y usuarios, un clima social acorde a la cultura empresarial son parte innata de la dirección de una empresa.

La eficiencia de un líder se acrecienta cuando delega de manera efectiva y se focaliza en los temas importantes. La delegación con autonomía hace crecer a las personas y genera una gran dosis de ilusión, energía y creatividad fomentando el talento.

En toda mi experiencia empresarial, siempre he buscado rodearme de los mejores profesionales, conseguir equipos de alto rendimiento, compromiso y talento. Me gusta delegar labores a las personas que realmente dominan temas desconocidos para mí, potencio las decisiones asumiendo los posibles errores y alabo ante mis superiores los éxitos ajenos.

Sin esta particular manera de compartir tareas y decisiones, no tendría energías suficientes para concentrarme en los temas realmente importantes. Considero que es el único camino existente para establecer entornos de confianza y desarrollar empresas excelentes.

Desde que tenía sentido de la razón, mi sueño era ser un alto directivo de una gran compañía. Mi vocación permaneció durante mi etapa de estudiante con una carrera destinada a la Administración de Empresas. Mi carrera laboral transcurre como directivo con el objetivo de dar resultados a la compañía en la cual desempeño mis funciones.

Muchas personas nacen con cualidades innatas para ser un líder y poder ser un referente para los demás. No creo que sea mi caso. Mis virtudes profesionales surgen producto del esfuerzo personal aunado con la fortuna de haber podido compartir experiencias con profesionales de gran valía. Las personas oportunas, en el momento oportuno y en los sitios adecuados me han permitido adquirir las habilidades necesarias para tener un reconocimiento en mi profesión.

Respondiendo a la pregunta y analizando mi propio mapa personal, destacaría entre mis cualidades visión estratégica, ambición por nuevos retos y orientación a resultados.

Las capacidades de un directivo deben ser muchas pero nadie es excelente en todas. Es necesario trabajar en equipo y se incurre en un coste de oportunidad el no desarrollar al máximo las capacidades en la que los demás son sobresalientes.

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