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Entrevista

David Ardura: “Duraciones cortas y bonos de bancos, las opciones más atractivas”

Pablo Monge
Gema Escribano

Con la resaca de las reuniones de los bancos centrales, David Ardura, subdirector de Gesconsult, desentraña las estrategias para continuar obteniendo rentabilidades en el mercado de renta fija sin perder de vista la actitud conservadora que rige las decisiones de inversión de la gestora. El experto considera que los actuales niveles del mercado de deuda no reflejan la realidad y son fruto de la distorsión generada por la intervención del BCE. Ardura advierte de que el inversor debe acostumbrarse a unas bajas rentabilidades en rentan fija y variable.

En un entorno de tipos como el actual ¿Cómo consiguen obtener algo de rentabilidad?

Respuesta. El momento se complica para el inversor más conservador ahora que los tipos están en cero o incluso en terreno negativo. Para obtener algo de rentabilidad llevamos a cabo una gestión activa. Los activos que componen nuestra cartera se caracterizan por el corto plazo y por no haber aumentado el perfil de riesgo.Es decir, seguimos teniendo la misma volatilidad que hace un año y disponemos de mejor perfil de crédito sin abandonar la prudencia que caracteriza a la gestora.

¿Cuáles son los activos que componen su cartera?

R. Tenemos una parte muy importante en cupón flotante tanto en EE UU como en Europa. Esto se completa con deuda subordinada de ciertos bancos porque somos conscientes del esfuerzo de recapitalización que han hecho las bancos en Europa aunque muchas veces el mercado no discrimina. Nosotros compramos bonos de bancos con ratios de capital altos pero que se encuentran penalizados por la situación del sector. Por último, también destinamos una parte de los fondos conseguidos a otros activos como las titulizaciones que tienen una vida media muy corta y una tasa de mora muy pequeña.

¿Es posible encontrar algo de valor en la deuda corporativa europea?

Sigue habiendo oportunidades, pero cada vez son más limitadas. Fuera del sector financiero para obtener algo de retorno es necesario acudir a compañías concretas, una tendencia que se repite también en la renta variable. Consideramos un error ampliar las duraciones o incrementar el perfil de riesgo con la esperanza de que el BCE estará detrás para respaldar al mercado. Esta estrategia es muy cortoplacista.

¿Qué criterios tienen en cuenta a la hora de seleccionar compañías?

Como inversor prudente y de perfil conservador lo primero que miramos es la calidad del crédito.Es decir, que sean compañías capaces de generar recursos, empresas con caja, cuyas inversiones reporten rentabilidad y sobre todo, que garanticen la devolución del capital. Esto limita mucho el ámbito de actuación, pero nos evita muchos sustos.

Si pensamos que los tipos no tienen recorrido a la baja, ¿cómo afectaría el repunte de los intereses?

Depende de las razones que justifiquen la subida.La idea final del BCE es generar inflación para elevar el precio del dinero. Si la inflación viene porque tenemos más crecimiento será bien recibida por las economía. Inevitablemente al mercado de renta fija le afectará de forma negativa, pero en Europa para esto todavía queda un tiempo.En la actualidad el mercado de deuda vive una distorsión y el mejor ejemplo es el bono a diez años alemán que está en negativo o las subastas a tipos negativos que siguen registrando una fuerte demanda. Esto nos lleva a pensar que los niveles de burbuja sean elevados.

¿Cómo afecta el riesgo político a la deuda corporativa?

El impacto del riesgo político por ahora ha sido muy limitado. En el caso de España llevamos nueve meses sin Gobierno y el bono con vencimiento en 2026 se sitúa por debajo del 1%. Tanto en renta variable como en renta fija no nos han puesto en precio la situación que estamos viviendo. Por su parte, la deuda de Italia cotiza por encima de la española, pero esto se debe tanto al factor político como a las dudas que genera sus sistema bancario.

¿Esperan que se superen los volúmenes de emisión de 2015?

Tendría bastante lógica que así fuera porque los tipos están en niveles mucho más bajos y ese apetito por emitir sigue ahí. Pero todo va a depender de la situación del mercado y los riesgos políticos. De mantener una situación de cierta tranquilidad posiblemente se superen los volúmenes.

¿Qué previsiones manejan para 2017?

En los primeros meses del próximo año se presentan varios frentes entre los que destacan la formación de Gobierno y las medidas que adopte las cuales deberán ir encaminadas a reducir el déficit. Además, desde el punto de vista macro el próximo año no contará con palancas que han jugado un papel protagonista este ejercicio como es la caída de los precios de la energía o la rebaja adicional de los tipos de interés. Esto deja entrever que será difícil repetir un año tan bueno como el actual. Respecto a los mercados, estamos en un mundo en el que los retornos que podemos esperar son bajos. Con unos tipos en mínimos y las Bolsas muy ajustadas por valoración, el catalizador sería el repunte de los beneficios. El próximo año volverá a repetirse la tendencia de oportunidades individuales en el mercado de bonos y acciones.

"La Fed está midiendo mucho los tiempos"

Una semana después de que la Reserva Federal advirtiera que antes de final de año subirá los tipos, David Ardura, subdirector de Gesconsult, considera que se dan las condiciones necesarias para haberlos incrementado. “Se están manejando los tiempos con mucho cuidado entre otras cosas porque tienen unas elecciones a la vuelta de la esquina”, apunta. Cuando miras los datos macroeconómicos en los que se fija la Fed (inflación y mercado laboral), desde la gestora creen que no tiene mucho sentido que Janet Yellen continúe tan cauta. Con la vista puesta en la recta final de año, Ardura apunta a diciembre como el mes para incrementar las tasas. Para asistir a nuevas alzas “habrá que esperar a ver cómo evoluciona la economía”, afirma.

Las medidas de otros bancos centrales, como el Banco de Japón, son valoradas de manera positiva por el experto al estar encaminadas a reflotar el sector financiero en un momento en el que las alternativas para obtener ingresos se han visto limitadas.

El BCE continúa con su fuerte apuesta por llevar la inflación al objetivo del 2%.El gestor no descarta cambios en el programa de compra de deuda tanto en plazos como en los límites fijados para las emisiones, ahora que los bonos alemanes empiezan a escasear.

Ardura se muestra escéptico con los efectos del brexit y califica la actitud del Banco de Inglaterra de cautelosa, que no de impasible. “Más allá de la devaluación de la libra –cae un 12% en el año– no se aprecian más efectos y lo acontecido en el mercado obedece más al nerviosismo que a la realidad. Habrá que esperar a ver cómo se desarrollan las negociaciones”, sentencia.

Sobre la firma

Gema Escribano
Periodista económica, con 13 años de experiencia como redactora. Formó parte de la web de Cinco Días desde 2010 hasta 2017 cuando pasó a integrar la sección de Mercados. Especializada en información bursátil y mercado de deuda. Estudió periodismo en Universidad Carlos III.

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