El forzado ‘apagón’ de los halógenos consolida al led

La Comisión Europea impone a partir de este jueves el cambio de luces de uso empresarial

Desde este jueves los focos halógenos de uso comercial son historia en la Unión Europea. La razón es la aplicación de la normativa de la Comisión Europea de 2009 que ya acabó en septiembre de 2012 con la bombilla incandescente y que hará lo propio con los halógenos domésticos en 2018. Frente a estos, se refuerza la producción de unas luces que aumentan su vida útil hasta las 75.000 horas, los leds, con los que el sector de la iluminación pretende sobreponerse a los 6.800 puestos de trabajo perdidos que prevé la Comisión.

“Al principio la transición será un problema importante por requerir de tecnologías totalmente nuevas”, reconoce Alfredo Berges, presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Iluminación (Anfalum). Por ello, esta organización reclamó a las autoridades europeas una moratoria, que no fue atendida, para retrasar el fin definitivo de los halógenos a 2020 en lugar de 2018.

La patronal del sector de la iluminación calcula que las lámparas halógenas representan menos del 10% de las ventas en el sector doméstico. Frente a ellas se impone con claridad una alternativa: el led. En concreto, en 2016, copa más del 60% de la cuota de mercado. “El sorpasso se ha producido con bastante adelanto”, afirman.

Ni tan siquiera la propia Anfalum, que agrupa 87 fabricantes que facturan 1.300 millones, esperaba tal atracción en España de esta nueva generación de luces. En 2009 –cuando admiten que las bombillas led eran todavía muy caras– esta asociación aspiraba a alcanzar el nivel actual de penetración en el mercado para 2018. Por entonces, los leds tan solo representaban el 10%.

Desde entonces, este tipo de iluminación ha crecido en España un 410% hasta alcanzar una cuota de mercado del 51% en 2015, según los datos de Anfalum. El mayor incremento, de 13 puntos porcentuales, se produjo entre el 38% de 2014 y el dato del año pasado. Con estas cifras, la industria de la iluminación se muestra “tranquila” ante la prohibición comunitaria y prevé una correcta eliminación de los halógenos en España y su sustitución por luces led.

En el caso de Philips Lighting (compañía desgajada de Philips dedicada a la iluminación), el 72% de sus ventas en 2015 correspondieron a productos de eficiencia energética, según los datos de la propia compañía. En concreto, más del 50% de su cuota de mercado representa productos con tecnología led.

La compañía líder en el sector sostiene que llevan años invirtiendo un 5% de las ventas anuales en I+D+i para desarrollar soluciones más eficientes –en 2015 fueron 254 millones de euros– que les permitan salvar este tipo de prohibiciones. Además, Philips considera que estas nuevas tecnologías de eficiencia energética “generarán puestos de trabajo y potenciarán la actividad económica gracias a que España ahorrará un 25% de energía”.

Tampoco su principal competidor, Ledvance (escisión de Osram centrada en la distribución de lámparas, luminarias y soluciones de hogares inteligentes para profesionales y consumidores), teme por el cierre de plantas a consecuencia de la prohibición sobre los halógenos y calcula que el impacto económico en el negocio se reducirá al 10%. Alfonso Canorea, director comercial de la compañía, apunta que sus fábricas aún podrán producir este tipo de lámparas fuera de la Unión Europea y que buena parte de la sustitución por leds ya ha tenido lugar. “El último año por cada bombilla vendida una era led y otra halógena”, comenta.

Junto a estos focos se mantiene la venta de los tubos fluorescentes que, a pesar de consumir tanta energía como las anteriores, contienen contaminantes como el mercurio. Cada bombilla led gasta un 90% menos de la energía que consume una halógena, según los cálculos de Philips, y alargan su vida útil entre 10.000 y 75.000 horas. De hecho, la CE calcula que cada usuario ahorra una media de 115 euros, a lo largo de la vida de la bombilla, gracias a sustituir un tipo de lámpara por el otro.