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Los efectos del referéndum

El Ibex y la libra se llevan lo peor de dos meses de 'brexit'

Facundo Arrizabalaga (Efe)
Nuria Salobral

Hoy se cumplen dos meses de la celebración del referéndum que ha sacudido los cimientos de la Unión Europea y que abre una nueva etapa histórica para el Reino Unido, desvinculada de sus socios europeos. La decisión mayoritaria de los ciudadanos británicos de abandonar la UE cayó como una bomba en los centros del poder de toda Europa y desató una fuerte oleada de ventas en los mercados que, dos meses después, se ha suavizado notablemente. Tras aquella tempestad vino la calma, pero el desafío económico para Reino Unido, y también para la UE, sigue siendo mayúsculo y aunque los primeros indicadores no muestran una grave sacudida, los expertos coinciden en que la incertidumbre terminará por hacer mella.

La caída en picado de la libra es el efecto más evidente del brexit. La divisa británica se desploma el 11,5% desde el 23 de junio, cuando cayó a niveles de 1,367 dólares, mínimos en más de 30 años. Su derrumbe continuo después y llegó incluso a mediados de agosto a los 1,288 dólares. La depreciación de la libra, ahora en 1,31 dólares, promete tener un impacto inflacionista y el Banco de Inglaterra ya ha avanzado que los precios subirán por encima del 2% del objetivo de estabilidad de precios, hasta niveles del 2,4%. Pero ese efecto por el momento no se nota. El primer dato de inflación tras el brexit muestra que los precios subieron en Reino Unido el 0,6%, una décima por encima del 0,5% y el nivel más alto desde noviembre de 2014. Aun así, el repunte continúa siendo “relativamente lento” con respecto a la serie histórica, según señala la Oficina de Estadística británica. Para Andbank, “de momento no se observa impacto de la apreciación de la libra tras el referéndum”.

El impacto que se prevé tenga el brexit sobre la economía británica es incontestable. El Banco de Inglaterra ha rebajado de forma drástica su previsión de crecimiento para 2017 al 0,8%, desde el 2,3% anterior al referéndum. Para 2018 el alza de PIB prevista es del 1,8%, desde el 2,3% anterior. La institución augura también un alza del desempleo y ese impacto económico global le ha llevado a lanzar un potente programa de estímulos, con rebaja de tipos al 0,25%, reactivación de las compras de deuda, incluyendo por primera vez la corporativa, y líneas de liquidez para la banca.

Los indicadores más recientes muestran ya algunos síntomas de ese impacto. La actividad industrial, de servicios y la construcción ha sufrido fuertes descensos en julio. El PMI del sector servicios, responsable del 80% del PIB de Reino Unido, cayó en julio a 47,7 puntos, desde los 52,3 puntos, en lo que supone el deterioro más rápido en los últimos siete años. El indicador del sector industrial descendió en julio a 48,2 puntos, desde los 52,4 de junio, con lo que muestra también señales de contracción, al quedar por debajo de 50 puntos.

La tasa de desempleo de los meses de abril a junio se ha mantenido en cambio estable en el 4,9%, la más baja desde septiembre de 2005 y el nivel de ocupación está en máximos históricos. Así, el número de empleados subió a 31,8 millones de personas,172.000 más que en el primer trimestre del año. Además, las peticiones de desempleo se redujeron en julio en 8.600 solicitudes, frente al alza de 9.000 previsto.

Pese a lo halagüeño de este último dato, Deustche Bank señala que la incertidumbe que supone que Reino Unido no haya iniciado aún las negociaciones para su separación de la UE pesará sobre el crecimiento y llevará a inversores y consumidores a gastar menos. Prevé que el PIB británico se desacelere el año próximo al 0,8% y que el PIB de la zona euro se debilite también a causa del brexit al 1,2% en 2017.

El Gobierno británico reiteró la semana pasada que no tiene intención de invocar hasta finales de año o principios de 2017 el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que establece un período de dos años para negociar con Bruselas los términos de la separación. Así, consumidores e inversores probablemente no conocerán los términos de la nueva relación comercial de Reino Unido con la UE hasta 2019, un largo período de incertidumbre que fue el gran detonante para las ventas en los mercados tras el referéndum.

Dos meses después, no hay ningún tipo de avance político y las negociaciones ni siquiera han comenzado, pero las Bolsas se han sacudido esos temores, en especial la británica. El Ftse londinense sube el 8,4% desde el brexit, alentado por compañías mineras y la apreciación del oro y por el impulso que la caída de la libra da a las exportadoras. El Dax recupera el 3% en dos meses y el Cac está a solo el 1% de recuperar el nivel previo al referéndum. El Euro Stoxx sube otro 3% % y el Ibex aún cae el 3,5% desde el 23 de junio, después de que se desinflara tras su intento de hace unos días por recuperar los 8.800 puntos. El selectivo español encajó el brexit con la mayor caída diaria de su historia, del 12,35%. La caída para la Bolsa de Milán desde entonces es aún mayor, del 7%.

En Deutsche Bank recuerdan que el referéndum británico es un ejemplo de cómo el mercado infravalora un evento político, causando grandes destrozos. “Aunque los índices se recuperan rápido, las reacciones de los precios a nivel sectorial son más divergentes y persistentes. Prevemos que los riesgos políticos aumentarán y potencialmente tendrán un impacto en los mercados de capitales”, señala Stefan Kreuzkamp, jefe de inversiones de Deutsche Asset Management.

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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