El sector agroalimentario, el más atractivo para invertir en Cuba
La isla importa el 70% de los alimentos que consume
Tras el levantamiento del embargo comercial de Cuba por parte de Estados Unidos, la isla ha comenzado una nueva hoja de ruta en el terreno económico. Las necesidades de la república caribeña ponen de manifiesto las oportunidades de inversión existentes, en un país que quiere sumarse a la cola del desarrollo y el progreso.
“Cuba se encuentra en ebullición”, sostiene Pau Solanilla, director general de Llorente & Cuenca. Pese a que la consultora de comunicación aterrizó en Cuba hace apenas unos meses, le han sido suficientes para detectar en el sector agroalimentario la puerta de embarque hacia la isla.
Según los últimos datos difundidos por la Oficina Económica y Comercial de España en La Habana, Cuba importa aproximadamente el 70% de los alimentos que consume.
En este contexto, el país caribeño ofrece a multitud de empresas dedicadas a este sector y, en concreto, para España, una llave para desarrollar su actividad y expandirse en la isla. “Cuba desea convertirse en un país transformador de materias primas”, asevera el director internacional de la Cámara de Comercio en España, Alfredo Bonet. Y es que las importaciones de alimentos tuvieron un coste para en este país de casi 2.000 millones de euros en 2015.
Bonet cree que la industria agroalimentaria española puede jugar un papel fundamental en sectores como la transformación de harina, los lácteos, la confitería o los frutos secos o tropicales.
“Existe un mercado potencial muy importante para los productos agroalimentarios en Cuba”, remarca, a la par que asegura que ya existen dos centros de investigación alimentaria cubanos interesados en colaborar con centros españoles.
Paralelamente a este hecho, en el momento actual existen más de 200 empresas españolas establecidas en Cuba que se dedican a la importación de productos españoles. Comercial D´Argoni o Vima Wordl, ambas dedicadas al mercado del pescado y del marisco o Euricom, especializada en los cereales, son algunas de ellas.
“El mercado cubano está despertando mayor interés en paralelo a las expectativas de liberalización”, apostilla Bonet. En 2015 las exportaciones españolas de alimentos a este país batieron una cifra récord con un incremento del 35% con respecto a 2014. Las especias, el vino y las salsas son los principales productos que reclama la isla a la industria española.
“España es el segundo socio comercial de Cuba”, asegura Pau Solanilla, quien cree que las empresas españolas están actuando con mucha prudencia, ya que reconoce que el mercado cubano es muy hermético.
Por su parte, la industria azucarera figura como otro segmento clave a explotar dentro de la economía cubana. Durante las dos últimas ediciones de la Feria Internacional de la Habana, el azúcar figuró como uno de los principales productos con potencial de inversión. No ocurre lo mismo con el mercado de los cítricos.
La naranja y el pomelo, que son los principales cultivos del país, experimentaron una bajada de la producción de un 42% en 2015 con respecto a 2014, hasta los 96 millones de toneladas. Desde 2009 la producción de cítricos en Cuba encadena un descenso acumulado del 77%.
“El sector agroalimentario precisa de una puesta al día importante desde el punto de vista de la gestión y la tecnificación”, argumenta Bonet. En el momento actual, de la superficie agrícola disponible en el país, solamente se encuentra cultivada el 42,5%.
Del porcentaje restante, el 15,3% son tierras ociosas y el resto son terrenos asignados pero que no se aprovechan según los datos facilitados por la Oficina Económica y Comercial de España en La Habana, en un sector que emplea a la cuarta parte de la población activa y representa el 3,8% del PIB. “El objetivo se centra en mejorar la productividad e incorporar valor añadido a través de la transformación industrial”, recalca el director internacional.
En cualquier caso, durante el último Comité bilateral hispano cubano, convocado en mayo, se detectó la existencia de un mercado potencial para la industria de la alimentación en Cuba de cara a los próximos años tanto por el proceso de apertura como por el crecimiento esperado de la población cubana.
La producción privada, llave del éxito en Cuba
Guillermo Klesser Saiz, consejero económico y comercial de la Embajada de España en la Habana cree que la llave para que el sector agroalimentario prospere en Cuba reside en el estímulo de la producción privada.
“El Estado juega un papel importante pero no debe limitar los potenciales productivos del país”, argumenta. Pese a ello, sostiene que este país está avanzando en la reconducción de su economía hacia “una más libre”.
Precisamente el sector agroalimentario es uno de los sectores en los que mayor oportunidad de inversión se ha contemplado en la última edición de la cartera de oportunidades que la isla analiza y revisa anualmente. Las condiciones climatológicas de la isla, así como la necesidad de tener que importar el 70% de los alimentos que se consumen y el auge del turismo son las causas a las que Saiz atribuye el interés que ha despertado esta industria en la isla. Demanda interna a la que hay que sumarle la apuesta por el país de aumentar la exportación de productos agroalimentarios.
Pese a que aún no es factible la explotación de tierras cubanas por parte de empresas extranjeras, ya que no se encuentra dentro de los proyectos de reforma económica que ha anunciado Cuba, el consejero menciona la carne, los lácteos, cítricos o el azúcar como los principales productos en los que se quiere mejorar y aumentar la producción en el país.
Las industrias auxiliares del este mercado como el envasado, la refrigeración o el embotellamiento de dichos productos, también se engloban dentro del portfolio de inversiones que proporciona la economía cubana para las compañías extranjeras.
“La cuota de mercado de los productos españoles en el sector de la alimentación es cercana al 5%”, asegura Saiz, quien que matiza que las principales exportaciones a Cuba que se realizan desde España son bienes de equipo, maquinaria o plásticos.
De los casi mil millones de euros que supusieron la demanda de productos nacionales en Cuba, las bebidas y los alimentos representan “poco más del 9%”. Pese a ello, Saiz reconoce que los productos españoles se encuentran muy bien posicionados en este mercado.