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Renta fija

Vodafone, BT y Glaxo, nuevas vetas de rentabilidad en deuda

Sede del Banco de Inglaterra
Sede del Banco de InglaterraANDY RAIN (EFE)
Nuria Salobral

Los inversores en renta fija van a encontrar una nueva veta de rentabilidad en la deuda británica corporativa. El Banco de Inglaterra anunció la semana pasada un plan de compras de bonos privados británicos por 10.000 millones de libras (11.800 millones de euros) que se sumarán a los 60.000 millones de libras de adquisiciones en bonos soberanos. Estas compras van a alimentar por tanto el rally de precios de la deuda de Reino Unido en los próximos meses, como ya sucede con la deuda de la zona euro gracias al BCE.

El programa de compra de bonos privados es una de las balas con las que la institución que dirige Marck Carney intentará combatir el gran impacto del brexit en la economía británica y una de las medidas más inesperadas, frente a la unanimidad de los inversores en su apuesta por un recorte de tipos al 0,25%, como así fue. El Banco de Inglaterra reconoce en un comunicado que el propósito de estas compras es abaratar el coste de financiación de las compañías, favorecer el equilibrio de sus balances y estimular las nuevas emisiones de bonos corporativos. ¿Qué compañías van a ser entonces las que adquiera? El Banco de Inglaterra no lo ha precisado aún.

Publicará una lista a principios de septiembre y comenzará las compras a mediados de ese mes. Pero sí ha dado indicaciones de qué requisitos deben cumplir las emisiones de deuda privada para pasar al balance de la institución, pistas que han bastado para poner ya a un puñado de compañías en el disparadero de los inversores. Las compañías candidatas a que el Banco de Inglaterra compre sus bonos son Vodafone, British Telecom, Glaxo, Shell, Sky, BA Tobacco o Rolls Royce. Son las que tienen el perfil de lo que busca el Banco de Inglaterra: calificación crediticia de grado de inversión, con emisiones sénior –no subordinada ni deuda perpetua-, con un volumen mínimo de 100 millones de libras, que venzan como pronto en el plazo de doce meses, se hayan emitido al menos hace un mes y que estén listadas en algún mercado cotizado de la Unión Europea.

Las compras excluyen al sector bancario y asegurador y se centrarán en compañías que “hagan una contribución material a la actividad económica de Reino Unido”, preferiblemente con un negocio generado principalmente en el país, según explica el Banco de Inglaterra, que evitará concentrar sus compras en un sector o una compañía concretos y que irá actualizando la lista de bonos adquiribles.

Con este punto de partida, la cotización de los bonos de Vodafone ya han anticipado que serán objetivo del Banco de Inglaterra. La emisión por 800 millones de libras con vencimiento en agosto de 2049 y cupón anual del 3,375% disparó su precio casi el 10% el pasado jueves, día del anuncio de las medidas del Banco de Inglaterra. Fue uno de los repuntes más significativos, al que siguió el de otra emisión de British Telecom. Su emisión de bonos por 600 millones de libras con vencimiento en diciembre de 2028 elevó su precio ese día el 3,3%, en un activo que ya cotiza un 40% sobre su valor nominal. Una subida similar registró el bono de Glaxo SmithKline con vencimiento en diciembre de 2027.

Todas ellas son compañías con grado de inversión, con un rating como mínimo de BBB-. “Son todos ellos son bonos muy líquidos, con un volumen muy por encima de los 100 millones de libras”, explica Sofía Antón, analista de Auriga Bonos, plataforma en la que la deuda corporativa, también la británica, está al acceso del pequeño inversor.

El Banco de Inglaterra calcula que el universo de bonos corporativos que puede adquirir en el mercado es de 150.000 millones de libras (176.700 millones de euros), correspondiente a alrededor de 150 emisores. Citi rebaja en su análisis considerablemente la cifra, ajustándolo al máximo a los criterios de selección conocidos ahora, a alrededor de 55.000 millones de libras.

Un impacto más limitado que el del BCE

Citi prevé que el plan de compras de deuda corporativa del Banco de Inglaterra rebaje en entre 10 y 15 puntos básicos los diferenciales (la rentabilidad) de la deuda corporativa británica, un efecto muy inferior al recorte de 65 puntos básicos que ha provocado el BCE con su anuncio del pasado 10 de marzo, añade la entidad. El banco estadounidense argumenta el menor impacto que tendrán las compras del Banco de Inglaterra en que el punto de partida para los diferenciales ya está más ajustado, el telón de fondo es diferente y en que las adquisiciones pueden llegar a ser inferiores a los 10.000 millones de libras del plan. Aun así, el impacto final de la medida sí puede ser más amplio que el inicial y que el balance de los 18 meses de compras resulte en una caída de los diferenciales de entre 25 y 30 puntos básicos, añaden en Citi.

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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