¿Qué sucederá en la banca europea tras el examen?
Los test de estrés de este año no serán tan determinantes como los de 2014. Para empezar, solo hay un suspenso, un banco –el italiano Monte dei Paschi di Siena- cuyo ratio de capital de máxima calidad ha quedado en el escenario adverso por debajo del umbral del 5,5%, que fue la nota de corte para medir los aprobados y suspensos del examen de hace dos años y que es la exigencia mínima en solvencia que el BCE espera de una entidad.
Esta vez el aprobado es por tanto generalizado, aunque el BCE ya había insistido en que este ejercicio no pretendía medir la solvencia de la banca europea en términos de aprobados o suspensos sino servir de guía para el regulador, a sabiendas de que el sector está ya mucho más capitalizado que años atrás. Pero el hecho de que el ratio de capital quede de forma casi unánime por encima del citado 5,5% no va a librar a un puñado de entidades de reforzar su capital. Y aunque no sea el BCE, supervisor de la gran banca europea, quien se lo reclame de forma inmediata, los inversores sí van a intensificar su presión sobre estas entidades más vulnerables, una vez que sus debilidades han quedado al descubierto.
Tal y como reconoció ayer el presidente de la Autoridad Bancaria Europea, Andrea Enria, el test de estrés revela que se han hecho sustanciales mejoras en la resistencia de la banca europea ante una situación adversa, aunque “queda trabajo por hacer”. Los bancos ahora continuarán con el proceso de evaluación al que les somete el BCE, que cuenta ahora con una guía fundamental gracias al test. Para la consultora Alvarez & Marsal, el test muestra, con la excepción de Monte dei Paschi, que los bancos europeos no tienen necesidad inmediata de levantar capital si bien aparecen desafíos importantes. Primero, en términos de rentabilidad, puesto que solo dos bancos arrojan un ROE superior al 10% en el escenario base y ninguno en el adverso. Y segundo en términos de morosidad, con países donde la tasa se dispara al 17% como Irlanda o Italia.
El test de estrés promete dejar resaca en Commerzbank, Deustche Bank, Unicredit, Allied Irish Bank, Bank of Ireland y Barclays. Son las entidades cuyo ratio de capital de máxima calidad CET1 queda por debajo del 8%. Han aprobado y su solvencia no se pone en duda pero sí sale mal parada en la comparativa europea, revelando una situación más frágil. Otros gigantes como Royal Bank of Scotland, Société Générale o BBVA quedan ligeramente por encima del 8%.
El ejemplo más reciente de esa presión para reforzar capital está en Banco Popular, que realizó este año una ampliación por 2.500 millones de euros, supuestamente sin el requerimiento directo del BCE. Su capital en el test de estrés, que considera solo el balance a cierre de 2015, es del 7% en el escenario más adverso, con lo que se sumaría al grupo de entidades más vulnerables de no ser por esa ampliación de capital, que permite elevar su nota al 10,34% bajo el escenario de máxima presión.
Popular ya tiene por tanto un camino andado que ahora deberán transitar otras entidades europeas. La presión es mayor para los bancos considerados como sistémicos, como es el caso de Deutsche Bank, considerado por el FMI como el banco con mayor potencial de riesgo sistémico del mundo. La exigencia de capital mínima generalizada entre los inversores es de un colchón de al menos 200 puntos básicos sobre ese 5,5%, en especial si se trata de grandes entidades, con lo que una nota inferior al 7,5% despierta las sospechas y puede llegar a activar los temores acerca del pago de dividendo y, especialmente, del cupón de las obligaciones convertibles contingentes (cocos). Deustche Bank ya sufrió esta desconfianza a comienzos de año cuando presentó pérdidas millonarias.
El gigante alemán arroja un capital de máxima calidad del 7,8% en el escenario más adverso, por encima ligeramente del citado 7,5%. “Llegamos al test de estrés de 2016 más fuertes que en 2014, aunque el ejercicio de este año es más exigente”, ha reconocido el consejero delegado de Deustche bank, John Cryan, que ha avanzado que el banco se concentrará en reforzar su capital. Commerzbank, otro gigante de la banca alemana, presenta un capital del 7,4% en el escenario adverso.
Además del suspenso rotundo de Monte dei Paschi, con un -2,2% de capital en el peor escenario, Unicredit aparece como el otro gran banco más vulnerable del sistema financiero italiano, con un capital del 7,1%. Según apunta JP Morgan, la presión sobre la banca italiana no cederá hasta que se concrete la recapitalización de Monte dei Paschi, que pocas horas antes de conocerse el resultado del test anunció que tenía luz verde del BCE para su plan: una ampliación de capital por 5.000 millones de euros y la venta de activos dudosos por más de 9.000 millones.
Barclays tiene un capital CET1 en el escenario adverso del 7,3%. La entidad británica ha señalado que tiene una situación de capital confortable con un colchón de capital de entre 100 y 150 puntos básicos sobre los requerimientos del regulador y ha recordado que el test es una referencia para las exigencias de solvencia de este año, que en su caso marca el Banco de Inglaterra y no el BCE.
El irlandés Allied Irish Bank tiene un capital del 7,4% en el escenario adverso, que cae al 4,31% si se aplican en su totalidad las exigencias de solvencia que entrarán en vigor en 2019 y a las que el banco aún no se habría anticipado. La entidad defiende su solvencia y las medidas de reestructuración emprendidas.