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Tribuna
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Un sector financiero sólido

El objetivo de los nuevos test de resistencia de la banca europea es mostrar si los principales bancos europeos tienen un nivel de capital más que suficiente para soportar un escenario adverso, económico y financiero, en los próximos tres años. En eso consisten los test de estrés: en proponer un escenario límite y ver si la banca tiene capital suficiente para soportarlo. De hecho, un nivel de capital que evite que las entidades tengan que salir al mercado para complementarlo.

Aunque en sus inicios este tipo de pruebas tenían un objetivo adicional, quizás más relevante que el anterior. Se trataba de dar confianza al mercado sobre la situación del sector y por entidades. Por un lado, combatir una crisis de confianza que se nutre de riesgos sistémicos y contagios entre entidades. Por otra, realmente dar a conocer la viabilidad a futuro o solvencia de estas. Solvencia y resistencia: estas son las dos claves de los análisis que realizó el viernes la EBA. Aunque, es cierto, a diferencia de los mismos análisis llevados a cabo en 2014, en este caso no era tanto un ejercicio para valorar la existencia de entidades con niveles bajos de capital como un instrumento que ayude a la tarea de supervisión del BCE. Recuerden como hace dos años el resultado de las pruebas fue un factor adicional de inestabilidad financiera que llevó a las entidades a pagar un sobrecoste sobre la valoración fundamental a la hora de buscar capital. Para que valoren algunas cifras, si las pruebas de 2014 detectaron una necesidad de capital de hasta 25.000 millones en los siguientes nueve meses, la banca europea buscó nuevo capital por 54.000 millones y emitió cocos por otros 39.000.

Si alguna entidad europea tiene necesidades adicionales de capital, no debería ser complicado de solventar a corto plazo partiendo de la flexibilidad en términos de ayudas públicas que en los últimos días han demandado algunos miembros del BCE. Incluido su presidente. Pero, ¿podemos considerar entonces que los resultados son positivos? En términos de los mercados financieros, serían un no event. Esto les debería llamar la atención, mostrando el sesgo negativo que muestran muchos inversores financieros hacia la banca. Unas entidades, la mayoría, con balances sólidos y en continuo ajuste en busca de mayor rentabilidad. Entonces, ¿por qué no se lo reconocen con mayores precios en Bolsa? La infravaloración del sector tiene en mi opinión tres posibles explicaciones, aunque dos de ellas quedan fuera del margen de maniobra de las entidades financieras. Me refiero a la anomalía y distorsión de tipos de interés negativos oficiales al mismo tiempo que la elevada incertidumbre regulatoria. Por lo que respecta al tercer factor, la competencia y el desarrollo digital, creo que a la larga puede ser más bien una oportunidad que un problema.

Así debemos considerar en general los resultados de las pruebas de resistencia: la banca europea ha superado la crisis. Y me refiero a su origen, en términos de debilidad de balance. Pero, ¿qué pasa con la rentabilidad? El BCE ha pedido a la banca que acelere la reducción de activos improductivos al mismo tiempo que reduce gastos y busca nuevas alternativas de ingresos frente a los márgenes de tipos de interés. ¿Lo ven fácil? No lo es. Y también la propia autoridad monetaria admite la existencia de dificultades jurídicas y administrativas para ajustar de forma más rápida el balance, considera que en muchos países los ajustes de gastos han sido ya enormes (sería el caso español) al mismo tiempo que reconoce que la elevada competencia marca la política comercial. ¿Lo ven? La normalización de la banca debería comenzar entonces con la normalización de la política monetaria y de las medidas prudenciales. Mejor entonces que estas medidas se enfoquen ahora en la rentabilidad. Esto, de hecho, debería ser el objetivo a futuro: una banca bien capitalizada y rentable.

¿Echan en falta que no les haya hablado de la situación de la banca española? Simplemente es que creo que ya lo saben todo. Además de ajustes y refuerzo en capital, lo que más destacaría del sector financiero español es precisamente el esfuerzo realizado en términos de transparencia. Así superó la crisis sistémica de 2012. Recuerden que en el caso de los bancos no hubo rescates y sí una fuerte recapitalización privada. Algo que debería ser valorado de forma muy positiva en un momento tan complejo como el actual.

José Luis Martínez Campuzano es Portavoz de la Asociación Española de Banca

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