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Tribuna
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Tras el ‘brexit’…¿qué esperar de los mercados?

Es improbable que las ramificaciones del resultado del referéndum británico arrastren a la economía hacia la recesión, pero es un escenario que no puede descartarse

El resultado del referéndum de salida de la UE celebrado en el Reino Unido ha provocado unos elevados niveles de volatilidad que, no obstante, no ocultan las dinámicas a largo plazo que lastran la economía mundial. Algunos de estos factores son los perfiles demográficos desfavorables, la dinámica negativa de la población activa, la baja productividad y los elevados niveles de deuda. Las estimaciones sobre el crecimiento real del PIB mundial se han recortado durante el primer semestre del año, desde algo más del 3 % hasta cerca de un 2,5 % actualmente.

Durante la segunda parte del año probablemente veamos más de esta misma atonía, mientras que el voto contrario a la permanencia en la UE en el Reino Unido añade otra capa de incertidumbre económica a este entorno ya caracterizado por un crecimiento lento. Es improbable que las ramificaciones del resultado del referéndum británico arrastren a la economía mundial hacia la recesión, pero ciertamente es un escenario de riesgo que no puede descartarse. Esperamos que la volatilidad del mercado aumente en otoño debido a la confusión de los bancos centrales y a las elecciones presidenciales en EE UU. Después de haber desplazado las expectativas de subida de tipos en EE UU hasta 2017-2018, los inversores podrían sufrir una desagradable sorpresa si la economía mundial mejora, incluso moderadamente.

Por el contrario, si los pesimistas están en lo cierto, los tipos bajos ad eternum podrían indicar que la política monetaria ha perdido toda la eficacia que le quedaba. Con el Parlamento y el Senado de EE UU en juego, es demasiado pronto para empezar a dilucidar las implicaciones políticas del enfrentamiento entre Donald Trump y Hillary Clinton. Sin embargo, dado que es el candidato contestatario, la volatilidad del mercado se moverá al son del éxito del señor Trump en los comicios de este otoño.

En las Bolsas desarrolladas, esperamos que las rentabilidades sean positivas, pero bajas, ya que los avances de las cotizaciones se verán limitados por el tenue crecimiento de los beneficios y las elevadas valoraciones. Aunque EE UU presenta unos mejores fundamentales, Europa y Japón se caracterizan por unas valoraciones algo más atractivas. Aunque las rentabilidades en el conjunto del mercado son escasas, las oportunidades de conseguir alfa son más interesantes.

"Si los pesimistas están en lo cierto, los tipos bajos ‘ad eternum’ podrían indicar que la política monetaria ha perdido toda la eficacia que le quedaba”

Por ejemplo, el sector financiero (especialmente la banca) y la tecnología están baratos. Por su parte, los sectores defensivos, como los servicios públicos y el consumo básico, están muy caros. Creemos que los inversores han descontado completamente las malas noticias en los mercados emergentes. Los niveles de actividad en estos han tocado fondo junto con las materias primas, mientras que la demanda china está estabilizándose.

El riesgo de que la revalorización del dólar provoque una crisis de financiación en los emergentes se ha reducido, por lo que esta clase de activos es atractiva para los inversores con un horizonte más largo.

En el mercado de bonos, los primeros seis meses del año se limitaron a seguir las tendencias en marcha. Las políticas monetarias expansivas en todo el mundo, sumadas a la ralentización del crecimiento y los temores en torno al brexit, tiraron a la baja los rendimientos hasta niveles sin precedentes. Expresado en términos simples, los títulos de deuda pública y los bonos corporativos de alta calidad, que ya estaban caros, se encarecieron aún más. Los sectores corporativos del mercado arrancaron el año con mal pie hasta los mínimos bursátiles del 11 de febrero, pero desde entonces se han recuperado. Las valoraciones en los bonos de alto rendimiento, los préstamos bancarios y los títulos convertibles parecen razonables en términos absolutos, pero están ciertamente baratas frente a los rendimientos negativos que ofrecen más de 10 billones de dólares en títulos de deuda pública.

A pesar del crecimiento lento pero positivo, los inversores han descontado un escenario catastrofista, expresado en unos rendimientos en mínimos históricos, los niveles excesivos de efectivo, la fijación por los sectores bursátiles defensivos y las apuestas por el dólar, el yen y el oro. Si la economía no descarrila en 2016, estar sobreponderados en seguridad podría ser el mayor riesgo para sus carteras.

David F. Lafferty es estratega jefe de mercados de Natixis Global Asset Management.

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