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El futuro del comercio mundial

El pacto comercial con Canadá pasará por los 28 países de la UE

La comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström,
La comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, Efe

La decisión, que contradice lo marcado por el Tratado de Lisboa, reintroduce de facto la unanimidad en un área que había pasado a decidirse por mayoría cualificada. Y siembra la incertidumbre sobre la aplicación del futuro acuerdo porque un tropiezo en cualquier país podría bloquearlo indefinidamente.

La comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, ha reconocido hoy que “desde un punto de vista estrictamente legal, la CE considera que el acuerdo con Canadá es una competencia exclusiva de la UE. Sin embargo, la situación política es clara y entendemos que es mejor plantearlo como una acuerdo mixto [con ratificación nacional y europea] para permitir acelerar su firma”.

El presidente de la CE, Jean-Claude Juncker, intentó en vano convencer a los líderes europeos en la última cumbre (28 y 29 de junio) sobre la conveniencia de ratificar sólo a nivel europeo el acuerdo con Canadá. Pero la canciller alemana, Angela Merkel, fue tajante: “sea cual sea el análisis jurídico, el Bundestag [parlamento alemán] tendrá que pronunciarse”.

Merkel se enfrenta a una opinión pública muy contraria a los acuerdos comerciales como el de Canadá y el futuro con EE UU (TTIP, según sus siglas en inglés). La canciller intenta demostrar que esos acuerdos, en todo, nunca podrán entrar en vigor sin el consentimiento expreso de Alemania.

La imposición de Merkel supone un paso atrás en la política comercial común, que se tardó décadas en comunitarizar. Hasta el Tratado de Lisboa, prácticamente todos los acuerdos comerciales era competencia mixta y requerían la unanimidad de todos los socios. Eso permitía, por ejemplo, que países como Francia bloqueasen ciertos pactos mientras no se blindase su llamada “excepción cultural”.

El Tratado actual fija como regla general la mayoría cualificada lo que impide el veto de un solo país y el único parlamento que debe pronunciarse es el europeo.

El acuerdo con Canadá, sin embargo, seguirá la antigua vía. Y marca el paso, con toda probabilidad, al de EE UU, lo que hace aún más improbable que el TTIP llegue alguna vez a entrar en vigor.

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