Los frentes abiertos en el sistema financiero
Elevar la rentabilidad, la necesidad más urgente
Con una reconversión desde lo que se podría denominar los reinos de taifas, compuestos por 53 dominios o entidades, hasta un ambiente comparable con el de Juego de tronos, donde solo 16 grupos bancarios han sobrevivido, actualmente el sector se presenta saneado, pero con grandes frentes abiertos que marcarán su futuro. Entre ellos, la baja rentabilidad, que les obligará a modificar parte de su negocio para conseguir elevar los ratios de rentabilidad sobre recursos propios (ROE); los retos derivados de la regulación bancaria, que afecta a todo, desde el diseño de los productos hasta la relación con los clientes como consecuencia de la directiva financiera Mifid; la adaptación a un mecanismo único de regulación para todas las entidades europeas o la digitalización del servicio. Sin olvidarse de la protección al pequeño inversor y al cliente.
El cooperativismo avanza
La banca cooperativa está ganando terreno en Europa; un ejemplo es la unión de todas las entidades de Holanda, bajo el nombre de Rabobank, o la fusión de DZ Bank y WGZ Bank en Alemania, convirtiéndolas en el tercer banco por tamaño del país. En España, Grupo Cajamar, tras liderar la integración de 26 cajas rurales, cuenta con 1.250 oficinas en 41 provincias, en las que gestiona 65.000 millones de euros con una cuota de mercado nacional del 2,5%, aunque en algunas provincias, como Almería, la cuota llega al 50%.
“El principal reto al que se enfrenta el sector bancario es alcanzar un nivel de rentabilidad superior al coste del capital exigido por sus accionistas. Actualmente, la mayoría de bancos de la zona euro no lo consigue por varias razones: los bajos tipos de interés, unos volúmenes de negocio estancados, la reducción de los márgenes, la necesidad de seguir dotando provisiones por el crédito dudoso y activos adjudicados y los costes derivados de cumplir con la nueva regulación. Será imprescindible ofrecer la mejor experiencia posible a un cliente y, en este sentido, el proceso de digitalización es absolutamente clave”, explican desde CaixaBank.
Con el entorno de tipos cero al que hace alusión CaixaBank, las comisiones se han convertido en una parte fundamental de cara a la consecución de ingresos para las entidades y, a su vez, en uno de los temas que más tensiones está trayendo al sector. Algunos bancos, como ING Direct, han apostado claramente por ofrecer cero comisiones a sus clientes. Sin embargo, el presidente de la Asociación Española de Banca (AEB), José María Roldán, ha argüido en varias ocasiones que los clientes deben acostumbrarse a pagar por los servicios bancarios prestados y que ningún banco puede ofrecer comisiones cero durante toda la vida.
“No cabe duda de que las comisiones bancarias han sido, son y serán una fuente de ingresos para la banca. Forman parte de nuestra actividad y creemos que deben existir, al igual que existen en otro tipo de sectores. Pero también consideramos que estas deben ir relacionadas, entre otras variables, con el canal por el que se realiza la transacción. No creemos que se deba cobrar lo mismo, por ejemplo, por una transferencia o una operación bursátil que hace el propio cliente vía internet o por el móvil, que si se realiza en una oficina bancaria a petición del cliente”, declaran desde Bankinter.
Precisamente, las oficinas también son un tema candente en el sector. Tras la reestructuración del sistema y la reconversión digital, miles de sucursales han echado el cierre a lo largo y ancho del territorio español. Pese a esto, su desaparición parece no haber terminado y muchos expertos creen que la mitad de las existentes se extinguirán. Desde Bankia recuerdan que, con el proceso de reestructuración al que se vieron sometidos en 2013, 1.000 de sus oficinas desaparecieron. Popular, por su parte, se remonta a la integración de Pastor en 2011 para aludir a la reducción de un 23,5% de ellas.
Para evitar su cierre, muchas entidades están remodelándolas e incorporando servicios digitales. Es el caso de Banco Santander y de sus Smart Red, donde las nuevas tecnologías están integradas en la operativa de las sucursales, convirtiéndose en centros de atención y asesoramiento al cliente. Pese a los cierres previstos, desde la entidad afirman que no van a dejar ninguna de las 2.214 localidades donde están presentes.
Amazon, Google y otros nuevos competidores
Las empresas tecnológicas como Google, Amazon, Apple o Alibaba, junto a las compañías fintech, pueden arrebatar a la banca tradicional hasta más del 30% de sus ingresos en 2020, refleja un estudio de la consultora Neovantas. Desde ING afirman que la tendencia entre los consumidores es incrementar el control total de sus finanzas en tiempo real, y que para conseguirlo la gestión del entorno digital es imprescindible, siendo norma la dinamización con nuevos jugadores fuera del ámbito bancario.
- Renovarse o morir
La digitalización es uno de los frentes que más proyección tiene dentro del sector. Por eso, las entidades dirigen sus esfuerzos a innovar en este ámbito. CaixaBank lanzó en enero ImaginBank, el primer banco mobile only de España; en ING, el 50% de los clientes realizan la operativa desde el celular, y BBVA ha cambiado ya su manera de conectar con la clientela.
“Dependiendo de sus preferencias o conveniencia en cada caso, un cliente puede contratar un producto o servicio por el móvil, cajero, ordenador o acudiendo a las oficinas. Además, puede empezar un proceso en un canal y finalizarlo en otro. El teléfono móvil es una pieza fundamental en este engranaje y a través de las aplicaciones, como BBVA Wallet, el cliente accede a una gran parte de los servicios del banco desde la palma de su mano”, explican desde el banco.
Y es que el dicho de renovarse o morir adquiere mayor relevancia en el proceso de digitalización. La aparición de la banca en la sombra y de un gran número de startups financieras obliga a las entidades a cambiar drásticamente de modelo de negocio.
Algunos bancos han decidido caminar de la mano de estos nuevos competidores. Es el caso de BBVA. “La clave es trabajar muy de cerca con la comunidad de startups para transformar la industria de servicios financieros y ofrecer a los clientes mejores experiencias”, dicen en el grupo. Esta decisión se ve reflejada en su área de nuevos negocios digitales o en sus competiciones de innovación internacional Open Talent, que se realizan en todo el mundo y que están dedicadas a las fintech.
Desde Sabadell muestran su preocupación: “El quid de la cuestión está en que la aparición de los nuevos competidores en el ámbito financiero signifique que estos jueguen con las mismas reglas con las que jugamos los bancos de siempre. Y hoy eso es una tarea pendiente. La banca se fundamenta en la confianza y es un sector muy regulado y con unas exigencias muy rigurosas que cumplir. No jugar con las mismas reglas sería injusto”