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Empleo verde, mucho potencial poco aprovechado

Solo cerca del 3% de la población ocupada tiene trabajos relacionados con el medio ambiente.

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Marta Yoldi

El camino que sigue el mundo hacia economías sostenibles es de una sola dirección. El respeto a la naturaleza es ya una idea convertida en básica, lo que significa que el mundo laboral también se está transformando.

En este contexto, desde hace dos décadas circula una terminología profesional, el llamado empleo verde. Su definición concreta es aún motivo de discusión, pero en general se consideran así aquellas actividades relacionadas directamente con el medio ambiente. Existe una gama muy amplia de cualificaciones y perfiles ocupacionales. Sin embargo, la referencia más frecuente es la tabla publicada en 1999 por la OCDE y Eurostat. Es la que sirve de guía en España.

La tabla es utilizada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente y comprende actividades tales como tratamiento y depuración de aguas residuales, gestión y tratamiento de residuos, producción de energías renovables, gestión de áreas forestales, educación y formación ambiental, agricultura y ganadería ecológica, gestión de espacios protegidos, control y prevención de contaminaciones, gestión del agua o ecoturismo, por citar solo las más importantes.

La crisis económica ha reducido casi a la mitad los puestos especializados en energías renovables

Según los datos recogidos por el propio ministerio siguiendo una metodología similar a la de la encuesta de población activa (EPA), en España el conjunto de las actividades verdes empleaba en 2009 (último año con datos homogéneos y contrastados) a 530.947 personas, el 2,81% del empleo total creado ese año.

Si es mucho, poco o regular, las opiniones varían. Pero si volvemos a la frialdad de los datos, el panorama no es halagüeño. Agricultura considera que en 2020 el total de estos empleos llegará a 1.153.000, lejos de los dos millones que la iniciativa Empleos Verdes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) prevé para España.

Desde Agricultura confirman que existen numerosas campañas de formación y sensibilización y apoyos a través del Programa Empleaverde y de la Red Emprendeverde, aunque los empleos directos creados de 2007 a 2015 por mediación oficial son 3.500.

Dos caras de la moneda

La paradoja es que España tiene en esta materia un gran potencial, pero las circunstancias están retrasando el despegue de unas actividades que son tendencia mundial. La crisis económica es una de ellas, pero no la única.

Un ejemplo es el sector de energías renovables, uno de los mayores en cuanto a empleabilidad verde. De acuerdo con la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA), la pérdida de empleos en este nicho del mercado laboral ha sido constante hasta llegar a los 70.150 puestos en 2014, menos de la mitad de los 136.000 que llegó a tener en 2008. José María González Moya, director general de APPA, explica que “desde 2012, con la reforma energética que aprobó este Gobierno y que descarga en parte en las renovables el problema del déficit de tarifa, el sector está paralizado”.

La esperanza no se pierde “porque hemos llegado a ser líderes mundiales y el potencial es enorme, tenemos recursos y experiencia, pero… hay que cambiar de política”. Añade con sorna que “el empleo se recuperará porque a peor ya no podemos ir”.

Las previsiones indican que en España se crearán más de un millón de trabajos verdes.

Otro sector de alta proyección es el del suministro y cuidado del agua, cuyas empresas consideran que todos sus empleos son verdes por la propia naturaleza de la actividad. En total, el agua ocupa a más de 5.000 personas.

Aquí las perspectivas son más optimistas. Jose Susaeta, director de Organización y Recursos Humanos de Suez Water Spain declara que “el sector del agua está siendo una fuente de creación de empleo verde y, en el futuro, será un yacimiento importante que no solamente incrementará el número de trabajadores, sino que dotará a estos de puestos de trabajo de calidad y estabilidad”.

Sin embargo, Susaeta no duda en señalar retos y en pedir también implicación pública: “Empresas y Administración han de apostar. Las primeras han de invertir en innovación y formación y, la segunda, en mejorar las infraestructuras y en dotar al sector de un marco regulatorio estable”.

De cómo se está imponiendo el cuidado del entorno da idea el hecho de que una de las grandes energéticas españolas, Repsol, dedique parte de su plantilla al medio ambiente. Según la compañía, “ahora mismo contamos en España con medio millar de trabajadores con cometidos directos en seguridad y medio ambiente y más de 11.600 tienen estos conceptos como objetivos”.

Atractiva agroecología

Si hay ahora mismo un nicho para el empleo verde y que también ha empezado a sumar en vez de restar, ese es el de la agricultura y la ganadería ecológicas, aquellas que prescinden del uso de sustancias químicas. En 2009, según el ministerio del ramo, este subsector empleaba a casi 50.000 personas.

La agricultura ecológica goza de las mejores expectativas. Duplica en empleo a la agricultura convencional

La tendencia es prometedora, pues la agroecología ofrece un ratio fenomenal: “Por cada empleo que se crea en la agricultura tradicional, nuestra actividad creará a medio plazo 1,5 o 2”, señala Víctor Gonzálvez, director técnico de la Sociedad Española de Agroecología. En la Unión Europea, no hay un país que tenga más superficie dedicada a la agricultura ecológica que España.

Sin embargo, “no hay apoyo suficiente, todavía nos movemos casi con experiencias aisladas”, se queja. La clave está en que las ayudas que el Gobierno da a los agricultores “se extiendan a toda la cadena de la producción para que nazca una verdadera industria y se aumente el consumo”.

Todavía hay más campos que pueden impulsar el empleo verde. La construcción, por ejemplo. Este sector cuenta con un factor: las legislaciones local y nacional son cada vez más exigentes en calidad medioambiental y respeto al entorno. Y no hay que perder de vista a los servicios de consultoría medioambiental, muy demandados.

Un último apunte paradójico: hay empleos verdes, hoy en boga, que tenderán a desaparecer o a transformarse, como son la gestión y eliminación de residuos. Según la Fundación Biodiversidad, “en el largo plazo, tecnología y productos más limpios rebajarán la necesidad de las tecnologías de reducción de impactos”.

Ecoturismo, cada vez más de moda

El gusto por el contacto con la naturaleza ha dado lugar a un nuevo concepto de viajes: el ecoturismo. Recorrer espacios naturales, aprender técnicas rurales, convivir con animales o, simplemente, descansar en un entorno saludable son actividades cada vez más practicadas. Una vez más, España presenta unas perspectivas inmejorables en este campo, pues de los 89 espacios naturales protegidos que existen en Europa, 36 están en suelo español. Sin contar con que el turismo tradicional es la primera industria nacional.

Sin embargo, a la hora de fijar el potencial laboral del ecoturismo, la realidad es dura. No existen datos homogéneos sobre la empleabilidad del ecoturismo por la confusión que rodea a su definición. Es muy frecuente encontrar englobados en este sector a los ocupados en las casas rurales, en las bodegas de vino más prestigiosas, en los balnearios y hasta a los guardias forestales, que evidentemente no cumplen labores turísticas.

Lo cierto es que, al día de hoy, el significado de ecoturismo está aún poco depurado, lo cual no impide que sea por derecho propio uno de los nichos con mayor proyección para el empleo verde. De hecho, la Fundación Biodiversidad sitúa al ecoturismo como uno de los sectores de la economía sostenible en alza.

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