Teresa Ribera: “Europa se ha quedado atrás contra el cambio climático”
La directora del Instituto de Desarrollo Sostenible opima que este reto ha dejado de ser un asunto solo ambiental. Lo demuestra, comenta, la transición energética en marcha en todo el mundo
Es una de las mayores expertas en cambio climático y en el desafío que este fenómeno está planteando a las economías de los países ricos y pobres. Desde el Instituto de Desarrollo Sostenible y Relaciones Internacionales (Iddri) que dirige en París, Teresa Ribera maneja como pocos observadores las claves del enrevesado puzzle de las negociaciones climáticas. Ayer participó en Madrid en la presentación del informe sobre energía del Observatorio de Energía y Sostenibilidad de la cátedra BP.
Pregunta. Hoy se firma en Nueva York el Acuerdo de París contra el cambio climático. Es la primera vez que 160 Gobiernos apoyan un pacto internacional de este tipo. ¿Esta vez es la buena?
China, ejemplo de reconversión verde
Llama mucho la atención que Teresa Ribera ponga a China como ejemplo de lo que debe hacerse para afrontar el cambio climático. Al fin y al cabo, el país asiático ya es el primer emisor de CO2 del mundo, desbancando a Estados Unidos. Y es notoria la creciente salida de Pekín y de otras ciudades de miles de personas por la pésima calidad del aire que deja la quema de combustibles fósiles.
Sin embargo, en su último plan quinquenal, explica Ribera tras su visita a este país la semana pasada, el Gobierno ha incluido algo “de lo que podríamos aprender aquí”. A saber, “una dotación presupuestaria notable para facilitar la transición de los trabajadores que se vean afectados por la reestructuración energética e industrial”. Esta observadora se refiere al impacto que tendrá en el empleo el hecho de que China esté reduciendo sus importaciones de carbón e incluso vaya más allá:“Plantear como eje central para su actividad económica una reestructuración importantísima de su economía en la que la variable más relevante es ambiental”.
El ejemplo chino, comenta, es una de las claves que tendrán que poner en marcha muchos países a medida que la transición energética de un modelo basado en la quema de energías fósiles a otro que prescinda cada vez más del carbón, el petróleo y el gas, se vaya extendiendo. Y en este punto, se muestra crítica con la forma en la que aquí se sigue apoyando la subvención al carbón nacional: “Es importante pensar en las estrategias de salida que acompañen a los colectivos más vulnerables, pero hay que centrar el foco, no en la industria, sino en las personas. En Europa, el pico del carbón tuvo lugar hace 30 años, y hay países emergentes como China o India que siguen teniendo reservas muy importantes. Es poco serio que se resuelva así, pone de manifiesto que aún estamos en una situación muy inmadura”.
respuesta. Pone de manifiesto algo que cada vez es más obvio, el coste político creciente de no actuar en clima, y eso es tan importante como para que todo el mundo quiera estar en esa foto. A partir de aquí, lo que debemos conseguir es una entrada en vigor lo antes posible, antes de final de año. Y aquí nos podemos encontrar una situación muy paradójica: que Estados Unidos o Canadá, que ya han anunciado su intención de ratificar lo antes posible, junto con algunas economías medias y muchos países pequeños, cubran el 55% de las emisiones y un mínimo de 55 países antes de que la Unión Europea esté en condiciones de depositar el instrumento de ratificación.
P. Es decir, que Estados Unidos, el país que bloqueó el Protocolo de Kioto, firme antes que Europa, que siempre ha tenido objetivos más ambiciosos.
r. Eso va a ocurrir seguro, pero además puede ser que el acuerdo entre en vigor y la UE no pueda participar en el proceso de toma de decisión.
P. Pero el Tribunal Supremo ha bloqueado el Plan de Energía Limpia de Obama. ¿Eso es una amenaza para ratificar lo acordado en París?
r. Cabe preguntarse en efecto si, como han hecho en otras ocasiones, puede haber algunos integrantes del Partido Republicano o congresistas que recurran el decreto de ratificación de Obama ante el Tribunal Supremo, pero creo que la delegación americana ha sido especialmente cuidadosa para garantizar la seguridad jurídica de la firma por parte del presidente. Soy razonablemente optimista con esto. En segundo lugar, la presión para mantenerse es cada vez más vista como un imperativo económico. No hay ninguna posibilidad de prosperidad económica a medio y largo plazo si no se integra convenientemente el factor ambiental.
P. En diciembre, en París, se reconoció que los compromisos de los países no son suficientes para limitar el aumento de temperatura del planeta en dos grados. ¿Debe dejarse al mercado?
r. Se han producido algunos movimientos muy relevantes en el ámbito financiero y energético. Hemos visto cómo se han sucedido los anuncios de desinversión en combustibles fósiles de fondos de inversión de medio y largo plazo, una tendencia que continúa; los anuncios del sector financiero para exigir transparencia respecto a las inversiones fósiles sigue en aumento, ahí tenemos el caso del ministerio fiscal en Estados Unidos contra Exxon por ocultar el riesgo a sus inversores. O la bancarrota de la mayor empresa de carbón del mundo, atribuible no solo a la bajada de la demanda de carbón, también al notabilísimo descenso de las importaciones por parte de China.
P. Vuelve el debate sobre si establecer un precio al CO2 que marque el coste ambiental de la industria fósil. ¿Cuál es su opinión?
r. Poner precio al carbono es algo que debemos ir generalizando al determinar el precio de cualquier bien o servicio, pero debe ser progresivo. Tendrá que combinar sistemas de mercado, al igual que hacemos con las divisas, marcar precios altos y precios bajos, pero con una fiscalidad bien integrada en otros tipos de consumos donde el mercado no funciona igual de bien. En este sentido, la Unión Europea tiene que plantearse muy seriamente si las herramientas de las que se ha dotado están preparadas para los retos que tiene por delante. Y mi respuesta es no. Tiene un mercado de derechos de emisión que fue diseñado cuando no existía nada con lo que comparar.
P. ¿Europa se ha quedado atrás?
r. Sí, se ha creído tanto que era el líder de este asunto que se ha relajado y corre el riesgo de quedarse atrás.
P. Está demostrado que los países industrializados pueden crecer sin aumentar sus emisiones. No es el caso de España.
r. De 2004 a 2009, las emisiones del sector eléctrico en España se redujeron a la mitad cuando todavía se estaba en un escenario de crecimiento económico. Fue la entrada masiva de renovables la que desplazó al carbón y eso permitió un cambio de matriz importante. Pero en un escenario todavía de depresión económica, las emisiones aumentan como consecuencia de la entrada del carbón, es decir que un cambio que se había empezado a producir no es suficiente porque en lugar de completar la estrategia de salida de aquello que no necesitamos, simplemente se añade al sistema.