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La gestión del cambio generacional

Cómo adaptarse a un jefe ‘millennial’

La convivencia entre líderes más jóvenes que sus empleados puede acarrear problemas si no se afronta desde la comprensión mutua

Thinkstock
Javier García Ropero

La generación millennial, la que engloba a aquellas personas nacidas entre 1980 y el año 2000, supondrá en el año 2020 la mitad del personal laboral del planeta. Y como han reflejado diversas encuestas y estudios, sus prioridades y formas de encarar el trabajo son diferentes a las de generaciones anteriores. Deloitte, en su informe El trabajo ideal de un millennial, refleja cómo estos priorizan, por ejemplo, el sentido ético y social de las organizaciones sobre la simple consecución de beneficios. Además, se les suele presentar como una generación ambiciosa y convencida de sus capacidades. Una encuesta de la Universidad de Harvard expone que los millennials de Europa y Norteamérica quieren ser jefes no por la retribución, sino por la oportunidad de influir en las decisiones de una organización.Se saben, en definitiva, la generación más preparada.

Profesionales, sobre todo los que ya superan la treintena, que empiezan a llegar a los puestos de mando de las organizaciones. El encuentro con subordinados de mayor edad, con un recorrido en la empresa más largo, puede suponer un proceso complicado si no se encara de una forma frontal. El director de Deusto Business School en Madrid, Iñaki Ortega, cree que las empresas están ante un cambio disruptivo: “Está pasando todos los días en las compañías españolas, y está generando conflictos. Son los nuevos, tienen culturas de trabajo dinámicas y hasta hablan en un idioma diferente. Fichar insurgentes nunca fue fácil”.

Renovar la cultura empresarial

Iñaki Ortega, director de Deusto Business School de Madrid, cree que las empresas no han sabido adaptar sus estructuras a la llegada de nuevos profesionales con habilidades inéditas hasta ahora:“Basar la jerarquía según la edad es un modelo anticuado. Se está avanzando hacia un esquema basado en el mérito y la capacidad, algo que, creo, es bueno. Las habilidades son nuevas y por eso surgen nuevos líderes y nuevos perfiles”.

Para Elena Méndez, de IE Business School, en la cultura empresarial española todavía existen importantes barreras de comunicación, “muchos prejuicios y una tendencia a encajar a la gente en determinados modelos”. Defiende una mayor predisposición a un diálogo abierto, aunque en las compañías del país, en general, “todavía se es demasiado pasional”.

Para Elena Méndez, profesora del área de recursos humanos de IE Business School, la convivencia entre generaciones ya es una realidad que se debe gestionar:“El gran reto es tener buenas conversaciones. El jefe millennial tiene que entender qué le puede preocupar a sus empleados. Si son mayores, estos pueden pensar que no se les reconoce, o que se les ha colocado un joven que les tapa su trayectoria. A este se le habrá designado para cambiar cosas, por eso es imprescindible conectar, indagar. Para ellos es muy importante sentirse escuchados”, afirma.

Un entendimiento y una comunicación que deben ser mutuas. Y es que los empleados de mayor edad también tienen la tarea de ponerse en la piel de su nuevo, y joven, superior. “Deben entender las prioridades y la agenda de su jefe, su lenguaje, su manera de lanzar los mensajes. Labrar una relación, dentro del contexto laboral, y sobre todo, no prejuzgar. Si está en ese puesto es porque tiene una buena formación, y está pegado a la actualidad y a las nuevas tendencias digitales. Que la relación funcione depende más del subordinado que del superior”, opina Guido Stein, profesor de dirección de personas del IESE. En esta línea, Elena Méndez cree que la plantilla tiene que “abrir la mente”, y, tanto esta como el superior, “reconocerse mutuamente sus méritos y experiencias”.

Stein recomienda, en el caso de tener un nuevo jefe mucho más joven, “no acudir siempre con problemas. Es un ejercicio de comprensión, porque lo que para ti puede ser un problema, puede no serlo para él”. Y además, “no insistirle en cómo funcionaban las cosas antes de su llegada. Es algo que nunca gusta”. En la forma de ejercer el cargo por parte del millennial, Stein apuesta por “asegurarse de que la autoridad queda bien asentada. No cometer errores de bulto al principio, porque la lupa en su caso será mayor; no preguntar de más, y no olvidar que es un jefe, y por tanto, tiene una responsabilidad y una autoridad”.

Elena Méndez, de IE Business School, se inclina más por una relación de constante colaboración. “Cuando preguntas a un subordinado, y por tanto, le reconoces, no es algo que vaya contra su autoridad. Al contrario: es un signo de fortaleza. No puedes llegar como alguien que lo sabe todo”. Además, prosigue Méndez, “la generación joven es más social, gracias a internet y las redes sociales. Esa habilidad se puede aprovechar para impulsar el trabajo en equipo”.

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Sobre la firma

Javier García Ropero
Redactor de la sección de empresas, especializado en distribución, gran consumo y economía del deporte. Licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Especialista en información económica de la UIMP. Desarrolla su carrera en CincoDías desde 2011 tras haber pasado por El Mundo y Vocento.

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