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Cree que es mejor referencia la deuda pública que el euríbor

La queja de la banca hacia el mercado hipotecario

Reloj en la fachada de la sede del Banco de España, en la Plaza de Cibeles en Madrid. EFE/Archivo
Reloj en la fachada de la sede del Banco de España, en la Plaza de Cibeles en Madrid. EFE/ArchivoEFE

La estructura del mercado hipotecario español parece que no gusta a los banqueros españoles, pese a que han sido ellos, o sus antecesores, los que han diseñado su composición. Las voces críticas ya se han oído en alguna que otra ocasión, pero no de una forma tan explícita, o por lo menos que recuerde. Tanto el consejero delegado de Bankia, José Sevilla, como su homólogo de Sabadell, Jaume Guardiola, aprovecharon el jueves en el IESE para reivindicar un cambio del mercado hipotecario, aunque ya sabían de antemano, como también explicaron en sus intervenciones, que era predicar en el desierto.

La reivindicación tiene ahora una mayor relevancia si se tiene en cuenta que los bancos están operando con tipos bajo mínimos históricos, casi al 0% y la rentabilidad de las hipotecas, y del crédito en general –principal fuente de negocio de la banca– es muy pequeña para el sector. Eso sí, lo que para la banca es una zancadilla para el cliente es un aliciente para financiarse.

Sevilla como Guardiola lamenta la “oportunidad perdida”, según palabras del ejecutivo de Bankia, de la banca española de desvincular el crédito hipotecario del euríbor y vincularlo a otro índice que pueda explicar mejor la evolución de la economía española, según ambos directivos. Ambos se decantan por la deuda pública. Sevilla opta por una referencia del crédito a la deuda pública a uno, dos o tres años, ya que las entidades financieras compiten con el Estado para captar dinero en los mercados. Como comparación, más del 90% de la cartera crediticia en España se vincula a tipo variable, frente al tipo fijo que utilizan los países anglosajones.

Guardiola fue más radical en su exposición. Tildó de “absurdo” el mercado hipotecario español también en comparación con el anglosajón, mercado en el que Sabadell ha comenzado a operar tras la compra de TSB, aunque ya conocía desde hace años Estados Unidos, donde tiene otra pequeña filial.

“Tenemos un mercado hipotecario absurdo. Y estamos condenados a convivir con él durante toda la vida”, sentenció el jueves Guardiola en un alarde de sinceridad y casi confesión. Pero esta no fue la única perlita que el directivo dedicó en su espontánea sinceridad. “No tiene sentido que todas las amas de casa de este país sepan lo que es el euríbor y estén cada día preocupadas de la televisión para ver si la cuota le va a bajar tanto porque el euríbor ha bajado tanto”, declaró. Y fue más lejos. Admitió “el error de los banqueros” y de los supervisores al diseñar este modelo hipotecario.

El problema de fondo es que Bankia, Sabadell como el resto del sector, no consiguen mejorar su rentabilidad, aunque el crédito comience a mostrar síntomas de recuperación, como apunta el Banco de España. Los años en barrena parece que han dado a su fin y ya en 2016 el crédito se estabilizará, según apuntó el jueves Luis María Linde.

Sevilla lo ilustra así: el interés de las hipotecas en España rendirá más cerca del 1% que del 1,5% el próximo año. Para apostillar, “las familias españolas pagan el promedio más bajo por sus hipotecas respecto a cualquier país con un número razonable de habitantes”.

Según datos del BCE de octubre, el tipo de interés medio del saldo vivo de las hipotecas en España es del 1,57%, un 1,10 puntos porcentuales menos que en Italia, y muy por debajo de Francia, cuyo crédito para vivienda está en el 3,05%, o en Alemania, que está en el 3,35%. El tipo medio de interés de las grandes empresas también se va estrechando en España, para situarse en el 1,74%, y ya está muy cerca del de países como Francia (1,59%), Alemania (1,46%), o Italia (1,34%). Lo mismo sucede con el precio del nuevo crédito para las pymes, cuyo margen o spread con Alemania en puntos porcentuales se sitúa en el 0,62%, al situarse en España en el 3,23%, frente al 2,61% en el país germano. La diferencia llegó a superar con creces los 200 puntos básicos.

Ante la caída de la rentabilidad del crédito en particular y del negocio bancario en general, los banqueros han comenzado a buscar fórmulas para compensar la caída de la rentabilidad que preocupa no solo a los propios bancos y a sus inversores, sino también a los supervisores.

Los bancos de inversión, de hecho, consideran que el sector financiero no es un negocio ahora para invertir. Los bajos tipos de interés, la atonía de la actividad bancaria, sus aún elevados costes, y la excesiva regulación, con las exigencias cada vez mayores de capital, “están ahogando a un sector fundamental para la economía de un país. Es el financiador de una nación”, explica un banquero.

El problema es que esto es como la pescadilla que se muerde la cola. Si los accionistas no invierten en banca, la banca no obtendrá el capital necesario no solo para su subsistencia, que se la presupone, sino para crecer y mejorar su rentabilidad. Otro de los síntomas de la caída del atractivo para invertir de lo que fue un imperio, el sector financiero, se detecta en su cotización. El viernes las acciones de algunos valores marcaron mínimos de los últimos años, como es el caso de BBVA y de Popular, que cerraron a precios del verano de 2013. Aunque todos, menos Bankinter, que avanza un 0,42% en el año, sufren caídas, lo que significa que los inversores reducen sus posiciones en un sector que sufre desde hace años una avalancha regulatoria.

La vía para incrementar sus ingresos, sencilla y la de toda la vida. Reducir costes y fusionarse. Son las recetas históricas del Banco de España, y ahora también del BCE. Hay otra que también se aplica cuando los ingresos bajan, subir comisiones. Y es que lo que es bueno para la rentabilidad de la banca es malo para el bolsillo del cliente.

El consejero delegado de Santander, José Antonio Álvarez, ya lo apuntó el jueves en el IESE. “Este sistema es insostenible para la banca y no es rentable (...). Nos vamos a ver forzados a cargar el coste de forma más fina que lo que hacemos ahora sobre el cliente (...). Esto no es fácil y hay cosas que siempre han sido gratis o había la percepción de que lo eran y eso va a costar”, sentenció. Sobre la rentabilidad de la banca subrayó que el “problema” en el medio plazo puede superarse, pero en el largo plazo “lo hace inviable”.

Y hablando de comisiones. Tras la ampliación en más de un mes de los plazos para formar y comunicar los acuerdos bilaterales o multilaterales y las tasas a cobrar entre unos bancos a otros por sacar efectivo de los cajeros ajenos al cliente, la banca ya tiene diseñada su estrategia. El plazo se amplió para que el Gobierno no se apuntase las medallas a costa del sector, eso cuentan por lo menos.

Parece que lo que hace un mes iba a romperse, el acuerdo entre Euro 6000, Bankia y Sabadell para no repercutirse entre ellos el coste por que un cliente de una de estas entidades sacase dinero de sus cajeros, se ha encarrilado. Las entidades de Euro 6000, Bankia y Sabadell tienen previsto reforzar su pacto. BBVA y Santander hablan de un acuerdo bilateral, lo mismo que CaixaBank, aunque los implicados lo matizan.

Popular también habla con ellos, pero a dos bandas. Eso sí, la comisión será cercana a los dos euros, aunque la pagará el banco emisor de la tarjeta, y podrán o no repercutirla al cliente. Pero lo cierto es que, en confesión aseguran que por una vía y otra al final se lo cobrarán al cliente.

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