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Paul Collard, director ejecutivo de Creativity Culture and Education

“Las escuelas deberían enseñar a crear puestos de trabajo”

"Es urgente cambiar la forma de enseñar. El problema de la educación es que se ha diseñado para formar a los alumnos en las profesiones existentes"

Juan Lázaro
Manuel G. Pascual

El sistema educativo debe transformarse para potenciar la creatividad de los alumnos. Esta es la idea en la que se basa el trabajo de Paul Collard (Weston-super-Mare, Reino Unido, 1952), director ejecutivo de la fundación británica Creativity Culture and Education. Ha asesorado a varios Gobiernos, incluido el de su país, y ahora trabaja con la OCDE, responsable de los informes PISA, para desarrollar la manera de medir el desempeño creativo de los estudiantes. Atendió a CincoDías, tras participar esta semana en una jornada sobre el valor educativo del arte, organizada en Madrid por la Fundación Botín.

“Se puede enseñar álgebra en un supermercado”

Algunos expertos, como Richard Gerver, opinan que sería más sencillo cambiar las cosas sustituyendo las asignaturas por proyectos multidisciplinares.

Puede ser, pero no es necesario. Aprender consiste en traducir conceptos a un idioma conocido, y eso se puede hacer estudiando un libro o representando una obra de teatro sobre el sistema de riego sanguíneo.

Pero este último sistema parece más lento.

Todo lo contrario. Siguiendo con el ejemplo del riego sanguíneo, el maestro al que se le ocurrió hacer la obra me dijo que su clase sacó buenas notas en el examen. Y que lograr esos resultados le hubiese llevado al menos cuatro semanas de trabajo convencional. Aunque para el profesor es más sencillo seguir el libro, claro. Hay que cambiar el chip. Todos los profesores son creativos, solo hay que potenciar esa dimensión. El método para enseñar Pitágoras a chicas tímidas debería ser distinto al usado con chicos ruidosos.

¿Se puede ser creativo enseñando álgebra?

Tengo un compañero que encargó a sus estudiantes que fueran al mercado y vieran cuál era la mejor pizza, teniendo en cuenta la masa, los ingredientes, el tamaño, el precio, el sabor... Para ello usaron fórmulas complejas. Lo interesante es que todo el mundo llegó hasta el final.

¿Qué relación deben mantener los profesores con los estudiantes?

Es fundamental que sea de confianza. Un maestro sueco de matemáticas se ha hecho famoso en su país, al aceptar tutelar una clase con alumnos especialmente conflictivos durante un curso y mostrar su progreso en un reality show. Logró que sacaran buenos resultados. Si le preguntas cómo lo hizo, te dirá que solo les escuchó y les habló de tú a tú. Es tan sencillo de decir como difícil de realizar.

¿Qué significa exactamente ser creativo?

Para definir la creatividad nos centramos en cinco hábitos mentales: hay que ser inquisitivo o curioso, persistente y resiliente, imaginativo, disciplinado y colaborativo. Vemos la creatividad como una habilidad metacognitiva: lo importante es saber cuándo usar cada uno de estos componentes. Se trata no solo de tener buenas ideas, sino de llevarlas a cabo. Y de ser bueno en algo: hay excelentes futbolistas que no son creativos, pero no hay futbolistas creativos que no sean excelentes.

¿Por qué es tan importante fomentar la creatividad?

Por varios motivos. El 25% de las compañías europeas dicen que tienen problemas para encontrar talento, pese al gran número de parados que tenemos. Eso es porque no encuentran perfiles con las habilidades necesarias para el puesto. Y si les preguntas qué les falta a los candidatos, no ven carencias en formación matemática o financiera: te responden que falta creatividad. Al final se trata de que los estudiantes logren tener el control de sus propias vidas. Un joven creativo que salga de la universidad no buscará trabajo, sino que lo creará y luego lo tratará de vender a posibles empleadores. Microsoft no pone anuncios pidiendo determinados perfiles: contrata a los mejores y luego les pregunta qué quieren hacer.

¿Tan ausente está la creatividad en las aulas?

El problema de la educación es que se ha diseñado para formar a los alumnos en las profesiones existentes, y ahora ya no sabemos cuáles habrá en diez años. El Gobierno australiano acaba de publicar un informe sobre su sistema educativo, en el que concluye que el 65% de lo que se enseña en las escuelas es totalmente inútil para la vida profesional de los alumnos. Las habilidades necesarias en el siglo XXI son distintas a las que se requerían en el XX, así que el sistema debe reorientarse.

¿Para dar el salto hacia una enseñanza más creativa hay que cambiar el sistema en su conjunto?

Juan Lázaro

Se debe cambiar la manera en que los profesores enseñan. No importa qué expliques, sino cómo. Hemos comprobado que los alumnos de los maestros que hemos formado en la estimulación de la creatividad tienen mejores resultados que el resto. Por ejemplo, en una clase en Noruega enseñamos a unos niños de quinto de primaria matemáticas, pero aplicadas a la construcción de una cabaña en el bosque. Si no hacían bien los cálculos pertinentes, la estructura se venía abajo. Para cuando construyeron algo que se sostenía ya habían adquirido los conocimientos, y lo demostraron en el examen. Ese componente práctico, que enganche al niño, se puede aplicar a casi todo.

¿Por qué no se hace?

Todos sabemos en qué dirección hay que cambiar la enseñanza, pero eso no ocurre. Para empezar, los propios maestros deben afrontar riesgos: los inspectores y supervisores aprueban su trabajo tal como es o incluso les ponen problemas si tratan de hacer cosas distintas. Sin voluntad política no llegaremos a ningún lado. Hace 15 años que vengo diciendo cómo debería ser la educación, pero los cambios no suceden. Espero que no, pero me temo que si nos volvemos a encontrar dentro de otros 15 años estaremos hablando de lo mismo.

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Sobre la firma

Manuel G. Pascual
Es redactor de la sección de Tecnología. Sigue la actualidad de las grandes tecnológicas y las repercusiones de la era digital en la privacidad de los ciudadanos. Antes de incorporarse a EL PAÍS trabajó en Cinco Días y Retina.

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