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Schengen amenazado

El libre movimiento de personas (no de trabajadores) es un hito que 26 países europeos con una población conjunta de 419 millones de personas han alcanzado desde que se firmara el acuerdo de Schengen en 1995. En esencia, la zona Schengen actúa como un solo país a efectos de la circulación de personas. Los turistas, estudiantes, solicitantes de asilo político de países no pertenecientes a Schengen deben cumplir ciertos requisitos. Pero si los reunen, pueden ejercer dicha actividad en cualquier país del área Schengen.

Por ejemplo, un ciudadano ruso que quiere visitar Alemania debe solicitar un visado de turista, que en el caso de serle concedido es válido para los otros 25 países del área. Manejar las solicitudes de turistas, estudiantes o empresarios de países no integrantes de Schengen no es un problema. El Reino Unido, Irlanda, Rumanía, Bulgaria y Croacia son los únicos miembros de la UE que no lo son de Schengen.

La ola de refugiados de Síria y Libia ha puesto en evidencia que en materia de inmigración de refugiados y personas de países en vías de desarrollo en búsqueda de una vida mejor Schengen no funciona. Aunque los requisitos estén armonizados, los inmigrantes quieren establecerse en un número pequeño de países --Alemania, Austria, Países Bajos, Suecia. Países más pobres del sur de Europa -- Italia, Grecia, Croacia -- se han convertido en los países de tránsito de cientos de miles de refugiados políticos sirios. Hungría debería avergonzarse de haber construído un muro en su frontera con Serbia y de planear levantar otros en sus fronteras con Croacia y Rumanía. El trato que han recibido los refugiados a manos de las autoridades y policiía húngaras es lamentable -- precisamente 25 años después de que Hungría celebrara sus primeras elecciones democráticas y 26 de haber contribuido a la caída del muro de Berlín al dejar entrar en Austria precisamente a alemanes, pero en este caso de la ex RDA.

Los países con menos paro y mayor envejecimiento de su población deben acoger a un mayor número de refugiados. Inicialmente la hospitalidad, acogida y ayuda de la población de la mayoría de los estados de la UE fue esperanzadora. Pero la magnitud del desafío es grande. 800.000 personas supone que Alemania tendría que construir una ciudad del tamaño de Frankfurt para acogerlos.

Los estados miembros no se han puesto de acuerdo sobre un sistema de cuotas para repartirse a un número que no alcanza los 200.000. Los miembros de Europa del Este no aceptan la idea de una cuota obligatoria. La Comisión Europea y otros estados sopesan la posibilidad de recortar fondos europeos a dichos países díscolos -- especialmente Hungría y Eslovaquia.

El Reino Unido se escuda en la envergadura de la financiación que aporta a los refugiados que se han desplazado a Turquía, Jordania y Líbano. Obama quiere acoger a 15000 pero los Republicanos se oponen, argumentando que el coste de investigar los posibles lazos que puedan tener con grupos terroristas islámicos es alto. Asimismo afirman que EEUU es el primer donante de fondos para los refugiados en el mundo.

Los países del Golfo deben acoger asimismo a un contigente importante. Realmente el reparto no es tan complicado. No hay líder que no alardee que está dispuesto a acoger a un refugiado. Pero es muchos casos se trata de una operación de relaciones públicas. Mucho hablar y poca acción. Estamos haciendo el ridículo.

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