Fuga de cerebros por falta de conciliación
Los trabajadores no están cómodos en sus puestos de trabajo. La falta de conciliación entre vida laboral y familiar y el alto nivel de estrés los anima a plantearse la renuncia.
Es una realidad que los trabajadores españoles se encuentran preocupados por la falta de conciliación entre su vida laboral y familiar. Así lo demuestra el informe elaborado por Edenred e Ipsos Bienestar y motivación de los empleados en Europa 2015. Este afirma que el 41% de los encuestados se encuentra insatisfecho por esa falta de equilibrio y que el 40% piensa en abandonar su empresa.
Otro estudio, La Prevención de los riesgos psicosociales en España, Europa y Latinoamérica de la Universidad Internacional de Valencia (VIU), coincide en que uno de cada cuatro españoles (casi el 23%) tiene dificultades para compaginar su horario de trabajo con sus relaciones familiares y sociales.
Por otro lado, y en relación con esta problemática, el informe de la universidad valenciana revela que el 30% de los trabajadores de la Unión Europea sufre estrés en el trabajo. Como resultado, esta patología es el cuarto problema de salud laboral más acusado por los trabajadores europeos. En este sentido, Edenred e Ipsos revelan que un 37% de los 13.600 trabajadores encuestados, 800 de ellos en nuestro país, se ve sometido a elevados niveles de presión en su trabajo.
Pero uno de los problemas derivados de la falta de conciliación no solo reside en la salud del trabajador. El informe Impacto socioeconómico de la conciliación laboral del IESE demuestra que cuando se tiene hijos éstos también salen perjudicados. Las horas de atención y cuidado de los hijos tienen un efecto directo en su salud, bienestar y rendimiento académico.
Datos recabados de este informe demuestran que los padres que dedican más tiempo a sus hijos obtienen de ellos mejores datos académicos. Cuando los empleados tienen hijos menores de 14 años y trabajan en entornos enriquecedores, que les permite conciliar la vida laboral y personal, leen cuatro o más días a la semana con sus hijos, lo que se traduce en un mejor rendimiento escolar.
Lo cierto, es que todo este cúmulo de situaciones lleva a plantearse a cada vez más trabajadores la permanencia en sus empresas. "Las compañías deben hacerse cargo de esta realidad, si no quieren que sus empleados se marchen. Más ahora cuando una nueva generación de trabajadores están incorporándose al mercado de trabajo y tras vivir en sus casas la falta de sus padres tienen claro sus prioridades y no están dispuestos a que sus hijos vivan su misma experiencia”, afirma Esther Jiménez, gerente e investigadora del centro internacional trabajo y familia del IESE.
Por su parte, la directora de recursos humanos de Edenred, Patricia Melfo, reconoce que “la mayoría de empleados que piensan en abandonar su empresa son los que menos interesa a las empresas perder, ya que son los más cualificados. En este sentido, desde recursos humanos debemos hacer un esfuerzo por hacerles abandonar esa idea y que no la lleguen a ejecutar”.
Por otro lado, y poniendo en relevancia el esfuerzo que cada vez más compañías realizan, el informe de la universidad valenciana revela que cada vez son más las empresas que promueven la flexibilidad laboral y fomentan el empleo parcial. Aun así, el 35% de las organizaciones no ofrece horarios flexibles y el 30% no cuenta con trabajadores a tiempo parcial.
Ejemplo de este buen hacer es la decisión que tomó Iberdrola en 2008. La compañía resolvió instaurar un horario laboral de 8 de la mañana a 3 de la tarde. Otro caso en el que se ha apostado por la conciliación es el de Gaes, fabricante de audífonos, que tomó la determinación de cerrar todos sus centros los sábados. O el de la empresa ISS, dedicada a la limpieza, que acerca el puesto de trabajo a sus empleados adjudicándoles locales cercanos a sus hogares.