Toda la ‘Ruta de la Plata’ es ya una autovía
Los tiempos de recorrido entre Benavente y Zamora se reducirán unos 15 minutos Unos 8.000 vehículos diarios evitarán cruzar las travesías urbanas de varios municipios de la zona
En época de recortes en la inversión como no había habido nunca antes en la historia reciente de España, el día de ayer será recordado por muchos como una fiesta. Fomento puso ayer en servicio el último tramo de la autovía Ruta de la Plata (A-66), el comprendido entre Benavente y Zamora, con el se completa esta vía que vertebra de Norte a Sur la Península. Este último tramo, de 49 kilómetros de longitud, ha supuesto una inversión de 179 millones de euros y se ha ejecutado a través de un contrato de concesión.
Después de muchos avatares y reproches entre unas administraciones y otras, la para algunos falsa Ruta de la Plata ve por fin a partir de hoy concluida su esperada autovía, la auténtica, eso sí.
¿Por qué ese cariñoso apelativo de falsa? Primero y fundamental porque, a pesar de su nombre, no existen pruebas de que a través de su recorrido circulara el preciado metal argénteo. Segundo, porque por más que ayer el Ministerio de Fomento acote su trazado como la ruta que conecta por el oeste las ciudades de Gijón y Sevilla, la originaria Vía de la Plata siempre fijó el comienzo y final de la misma en otras localidades.
De hecho, las evidencias históricas que se conservan, tanto literarias, como arqueológicas, definen su recorrido entre Augusta Emerita (Mérida) y Asturica Augusta (Astorga). Es más, capitaneada por el primer edil de Astorga, surgió en 2006 la Asociación de Pueblos de la Vía de la Plata en protesta por la extensión artificial de este corredor. Es decir, que existen dudas razonables sobre el origen de su denominación y sobre cuál era su extensión verdadera. Algunos estudios explican su nombre por una evolución popular de lo que podría catalogarse como una confusión fonética. Así, en época andalusí, parece que a esta ruta se la denominó al-Balat (cuya traducción significaría camino empredado). Es posible que esa pronunciación desencadenara finalmente en Vía de la Plata, hasta que se documenta por primera vez con Cristóbal Colón antes de 1504.
Otra hipótesis sobre su nombre es que pudiera proceder de un tardío Vía Delapidata, aunque otros estudiosos lo descartan puesto que las calzadas romanas no solían contar con empedrados en sus recorridos no urbanos.
Camino de peregrinación
Lo que sí parece contrastado es que durante la época romana se mantuvo como conexión fundamental del norte y el sur peninsular por el oeste. Su evolución posterior también es más clara y conforme avanzaba la conquista cristiana, este itinerario se consolidó como eje principal y comenzó a servir también como camino de peregrinación hacia Santiago de Compostela desde el sur, uso que todavía se mantiene y ahora se quiere potenciar con la apertura al tráfico del tramo Zamora-Benavente.
Solo con la instauración del sistema de comunicaciones radiales a partir del siglo XVIII (donde todos los grandes ejes atravesaban Madrid) fue reduciendo su importancia hasta que en la segunda mitad del siglo XX se volviera a impulsar su recuperación como gran eje vertebrador por un trazado que culminó ayer en la nueva autovía, ajena, eso sí en muchos casos a la antigua calzada romana. Fuentes cercanas al proyecto reconocieron ayer que con esta nueva infraestructura, la autovía revalorizará toda la zona para uso turístico y cultural. De hecho, la labor de las distintas administraciones implicadas se centrará a partir de ahora en poner en valor este itinerario que atraviesa núcleos de gran valor histórico, artístico, etnográfico, cultural y natural y algunas localidades declaradas Patrimonio de la Humanidad, como Mérida, Cáceres o Salamanca.
Más tangibles e inmediatos serán los efectos que empezarán a notar todos los usuarios de la carretera. El tramo ahora abierto supondrá una conducción más segura y una disminución en los tiempos de recorrido entre Benavente y Zamora de unos 15 minutos. Unos 8.000 vehículos diarios evitarán cruzar las travesías de localidades como Barcial del Barco, Villaveza del Agua o Santovenia, entre otras. Una obra fruto de la ingeniería más avanzada para un corredor de más de 800 kilómetros que ya abrieron los romanos hace más de 2.000 años.