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Afirma que la recuperación española es "incuestionable"

Draghi pide a España nuevas medidas de reforma laboral

El presidente del BCE, obligado a interrumpir la rueda de prensa durante unos minutos por una protesta Ve "incuestionable" la recuperación española y pide ahondar en las reformas para reforzar la mejoría

Nuria Salobral

Los grandes titulares que ha dejado la rueda de prensa de Mario Draghi no tienen que ver esta vez con el programa de compras masivas de deuda, la decisión sin precedentes con la que el BCE pretende consolidar la recuperación de la economía de la zona euro y alejan el fantasma de la deflación. Para empezar, la comparecencia del presidente del BCE ha estado marcada por la irrupción de una activista que se ha arrojado sobre el estrado desde el que hablaba Draghi al grito de “terminad la dictadura del BCE”. La joven, que no agredió al presidente de la institución, fue desalojada inmediatamente, tras lo que la rueda de prensa quedó suspendida aunque solo por breves instantes.

Tras el susto inicial, Draghi reapareció con absoluta calma para reanudar un discurso en el que ha reiterado el compromiso del BCE con la implementación del programa de compra de deuda iniciado el pasado 9 de marzo y en el que ha insistido en la necesidad de una reforma profunda del mercado laboral, en alusión directa hacia España. El presidente del BCE ha destacado la gravedad de la situación en aquellos países donde, como es el caso de España, la tasa de desempleo supera el 20%, y ha querido destacar que el desempleo en ciertos países “ya era elevado incluso antes de la crisis financiera”, lo que en su opinión no deja lugar a dudas  "que hay que hacer reformas”.

En respuesta a una pregunta directa sobre España, alabó la recuperación de la economía, que ha registrado “incuestionables progresos” gracias a las reformas desde 2012, como por ejemplo la creación de medio millón de empleos desde finales de 2013, según explicó Draghi. Sin embargo, el máximo mandatario del BCE abogó por nuevas medidas de reforma del mercado de trabajo, en especial, aquellas dirigidas a reducir la dualidad entre el empleo temporal y el indefinido.

En un momento en que los mensajes de Draghi bien pueden entrar en el clima de precampaña electoral que se vive en España, el presidente del BCE también justificó la lentitud con que se recupera el crédito. “Es cuestión de tiempo, nuestras políticas están llegando a la economía”, defendió. Y aseguró que las dudas de Bruselas sobre el aval del Estado a los créditos fiscales a la banca española no van a provocar “una crisis bancaria”, aunque en el ánimo del BCE está unificar los criterios para la consideración de capital del conjunto de la banca del euro.

Mario Draghi insistió en que tanto las reformas estructurales, que insiste siempre en reclamar a los gobiernos de la zona euro, como las medidas extraordinarias de política monetaria que ha activado la institución deben servir para consolidar una recuperación económica de forma estructural, sin que sea un fenómeno pasajero. Y en este sentido, reiteró el compromiso de la institución por desarrollar en su totalidad en programa de compra de deuda o expansión cuantitativa. “la recuperación está condicionada a la plena implementación de nuestra política monetaria”, afirmó.

Draghi quiso dejar claro también que no está previsto modificar el diseño del plan de compras de deuda, que se prolongará al menos hasta septiembre de 2016, hasta cumplir el objetivo de estabilización de precios a una tasa de inflación cercana al 2%, con compras mensuales por 60.000 millones de euros. Afirmó que las compras de deuda se están desarrollando sin problema, negando que haya escasez de activos disponibles para su compra en el mercado, al tiempo que señaló que el programa es "flexible" y podrá ser ajustado si las circunstancias cambian. Una hipótesis que, en todo caso, resulta prematuro contemplar según Draghi.

A la espera de novedades de Tsipras

El presidente del BCE volvió a mostrarse inflexible en su posición respecto a Grecia. Nada ha cambiado en su postura desde que a principios de febrero dejó de aceptar como colateral deuda soberana griega en las peticiones de liquidez de los bancos del país. El BCE continúa a la espera de ver señales claras del compromiso del gobierno de Alexis Tsipras con las exigencias que reclaman sus socios europeos a cambio del desembolso de partidas aún pendientes del segundo rescate. Grecia depende de ello en este mes para afrontar el pago de pensiones y de las nóminas de funcionarios y evitar así la bancarrota. “La respuesta está en manos del gobierno griego”, señaló Draghi, que avanzó que se volvería aceptar deuda pública helena como colateral en el momento en que haya “garantías suficientes”. 

Aun así, y pese a que el calendario avanza sin que todavía haya acuerdo con Grecia, Draghi rechazó la idea de que Atenas vaya a suspender pagos. “Ni siquiera hemos contemplado esa posibilidad, como tampoco el gobierno griego”, aclaró el presidente del BCE. Mientars tanto, la institución sigue concediendo liquidez de emergencia a la banca helena. El martes elevó en otros 800 millones el límite a estas líneas de crédito, hasta un total de 74.000 millones de euros.

La banca griega ha sufrido una fuga de depósitos de diciembre a febrero por 24.000 millones de euros, lo que está provocando renovados recortes de rating. Standard & Poor’s recortó hoy en un escalón el rating de Grecia, desde ‘B-’ a ‘CCC+’ con perspectiva negativa, ya que considera que sus compromisos financieros son “insostenibles” si no se llevan a cabo “profundas reformas económicas” o un “alivio adicional”.

Sobre la firma

Nuria Salobral
Es jefa de la sección de Inversión en el fin de semana y redactora especializada en temas financieros y política monetaria. Trabaja en Cinco Días desde 2006, donde ha cubierto la quiebra de Lehman Brothers, el rescate a la banca española o las decisiones del BCE. Nacida en Madrid, es licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense.

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