Otro acelerón en las ventas de automóviles
El sector del automóvil sigue batiendo récords mes tras mes, trimestre tras trimestre. Los datos conocidos ayer ratifican y consolidan esa tendencia creciente, que no para de derribar barreras. A lo largo del pasado mes de marzo, las ventas de turismos y todoterrenos en España suman 112.299 unidades. Ello significa un incremento del 40,5% respecto a las cifras registradas en el tercer mes del año precedente. Esa cifra es especialmente significativa y representativa, dado que es la primera vez en cuatro años y medio que el mercado rebasa la marca de las 100.000 unidades vendidas en un mes. El cálculo trimestral también ofrece un resultado claramente esperanzador, pues arroja un crecimiento del 32,2% comparado con el mismo periodo de 2014.
Si el foco se fija en las operaciones efectuadas por particulares, ascienden a 136.874 unidades entre enero y marzo, con un incremento interanual del 30,2%, que sube al 36,1% cuando la comparación se efectúa solo con el mes de marzo. Por su parte, las ventas a empresas aumentan un 27,3% en el trimestre y 34,2% en marzo. En cuanto a la tipología, en lo que va de año, el 64,8% de las matriculaciones en España corresponden a coches de diésel, el 33,5% a modelos de gasolina y el 1,6% a automóviles eléctricos o híbridos. Respecto a los segmentos de mercado, todos marcan crecimientos, excepción hecha de los vehículos de ejecutivos, con un descenso del 3%. Destaca, por contra, el tirón de los todoterrenos pequeños, con una mejora del 76,6%.
Las razones de estos espectaculares y recurrentes crecimientos son variadas. El plan PIVE, que ya va por su séptima versión, es una de ellas. Todos los actores del negocio del automóvil así lo reconocen y ya se han dirigido al Gobierno para que se vuelva a prorrogar. Sin embargo, también son conscientes de que este tipo de ayudas no pueden ser eternas y que puede que, de alguna manera, estén maquillando al alza el ritmo de crecimiento del sector. En cualquier caso, también la producción de vehículos en España lleva una clara tendencia al alza. Es evidente, no obstante, que este nivel de ventas no se podría alcanzar sin una mejora económica general. Los síntomas de recuperación en el mercado laboral, la leve apertura del crédito y la sensación general de estabilización económica han comenzado a desactivar el temor a volver a consumir con cierta normalidad. Y de ello se ha beneficiado la compraventa de automóviles, como también lo ha hecho, por ejemplo, el ritmo de ventas del comercio minorista. Aunque más allá de estos factores hay uno adicional, que es de carácter estructural. El sector de la automoción ha sido, sin lugar a a dudas, el que mejor se ha adaptado a los rigores de la crisis. En todos los estamentos: desde los sindicatos a los directivos, pasando por los proveedores y por las Administraciones. Un buen ejemplo a seguir.