15 profesiones con futuro
Entre los 18 y los 34 años es la franja de edad propicia para montar un negocio Consultores informáticos, nanomédicos, especialistas en 3D, entre lo que más se demandará
La falta de trabajo está generando desilusión sobre todo en los jóvenes, pero esta situación, avanzan los expertos, es excepcional y transitoria, ya que la nueva generación, denominada Y o también millennial, está llamada a liderar los rápidos cambios que se están produciendo en la economía y en las empresas. Porque, al contrario de lo que se viene escuchando ya como una vieja letanía, de que los jóvenes de entre 25 y 35 años son frívolos, insolidarios y faltos de ambición, se trata, apunta el director de programas de Deusto Business School, Iñaki Ortega, de un colectivo altamente cualificado para afrontar los retos del futuro.
“Esta nueva fuerza laboral son nativos globales, y eso es muy importante. Tienen amigos en todo el mundo, ven normal trabajar en cualquier parte, han empezado a trabajar en crisis y a inventarse su propio trabajo. Son freelances”, señala.
Solo es cuestión de tiempo, tal y como afirma un estudio elaborado por el think tank estadounidense Pew Research Center, que el mercado laboral vaya absorbiendo a la nueva generación de trabajadores a medida que avance la recuperación económica. De hecho, su incorporación al mundo laboral hará que las empresas modifiquen sus estructuras y procesos para adecuarse a las exigencias del mercado, tal y como señala en su libro Millennials Iñaki Ortega.
De hecho, un informe de Deloitte destaca el gran reto que tienen las empresas para adaptar sus estructuras y su cultura a las expectativas de una generación que supondrá el 75% del capital humano en 2025. En el citado análisis sobresale que la mayoría de los jóvenes trabajadores con título universitario quieren trabajar en organizaciones que cultiven la creatividad: el 78% tiene en cuenta el carácter innovador de la empresa a la hora de decidirse a trabajar en ella. Este dato contrasta con la realidad, ya que, según la misma encuesta, la mayoría de quienes están actualmente empleados afirma no encontrar alicientes a su espíritu creativo en el entorno laboral. Para los millennials, la noción del éxito empresarial no debe medirse exclusivamente a través de la cuenta de resultados, sino también por el impacto que el conjunto de la organización tiene en la sociedad.
Otro estudio de PwC, realizado mediante una encuesta a graduados de 75 países sobre su situación laboral y expectativas, asegura que el 54% de los jóvenes espera tener entre dos y cinco empleadores diferentes a lo largo de su carrera profesional; el 43% está abierto a ofertas, y solo el 18% espera permanecer en la empresa a largo plazo. Y lo prioritario es la formación y el desarrollo profesional, así como la flexibilidad horaria, por encima de incentivos económicos. O lo que es lo mismo, es más importante la posibilidad de promoción profesional que un salario competitivo. Además, el 50% busca incorporarse a organizaciones cuya responsabilidad social corporativa sea coherente con sus valores, y más del 70% espera y desea trabajar en el extranjero a lo largo de su carrera profesional.
El atractivo de emprender
Una de las dificultades que tienen las empresas hoy día, según alerta Deloitte, es la de retener a los jóvenes con una nómina, y no porque se puedan ir a la competencia, sino porque emprender es una opción muy atractiva para la mayoría de ellos. De hecho, el 70% se ve a sí mismo trabajando por cuenta propia en algún momento de su vida laboral. Según el informe sobre juventud elaborado por Global Entrepreneurship Monitor (GEM), entre los 18 y los 34 años es la franja de edad más favorable para montar un negocio propio.
Sin embargo, la Unión Europea es la región con menor número de emprendedores. Y España, junto al resto de países mediterráneos, cuenta con la proporción más baja: el 8%, frente al 25% de Estados Unidos. Las razones de este bajo nivel de emprendimiento se deben al miedo al fracaso, a las escasas oportunidades percibidas por la población y a la falta de preparación.
Lo cierto es que de aquí a pocos años, apunta el profesor Ortega, se demandarán profesiones y empleos hasta ahora desconocidos e inimaginables. Por ejemplo, de entre todas ellas destacan las relacionadas con especialistas en 3D y nanotecnología, disciplinas de las cuales ya se están impartiendo cursos de formación específicos. La consultora británica Fast Future Research elaboró un informe sobre las nuevas carreras que emergerán de los avances en ciencia y tecnología, donde se reflejaba que esta coyuntura reducirá la demanda de empleos de débil valor añadido y baja capacitación profesional.
De hecho, la consultora McKinsey avanza que el mundo se enfrenta a una escasez de 40 millones de trabajadores con educación superior en el año 2020 y a un posible superávit cercano a los 100 millones de trabajadores poco cualificados. De lo que se deduce que los requerimientos educativos para una población creciente van a aumentar en los próximos años. Aquí cabe destacar, agrega el autor de Millennials, el desajuste de las cualificaciones como consecuencia de la crisis, ya que solo uno de cada cinco inscritos en las ofertas laborales de los principales portales de empleo se ajusta al nivel de estudios requeridos. Pero también anota el incesante número creciente de plazas para trabajar en el extranjero.
Sin embargo, el 60% de las profesiones requeridas en los próximos años no gozan de un programa regulado de formación académica. Aunque, según el experto de Deusto Business School, utilizarán las startups para inventarse su propio empleo y contratar a otros. “Tendrán que aprovecharse de la sharing economy o economía colaborativa para intentar tratar de solucionar los problemas sociales que existen en el mundo. Y sobre todo, tendrán que estar dispuestos a cambiar continuamente de profesión, de industria, sector o país”.
Las destacadas
1. Consultor 'big data'. Es necesario saber gestionar toda la información que se genera en la actualidad. Iñaki Ortega advierte de que en 48 horas se produce más información que toda la que se ha originado desde la Prehistoria al año 2000. “Existe tanta información que alguien tiene que organizarla, alguien tiene que decirle a un banco cómo se están utilizando las tarjetas, a las televisiones dónde se interactúa más, en qué programas”.
2. Programador de aplicaciones móviles. Es innegable el auge de este tipo de herramientas informáticas diseñadas para teléfonos, tabletas y dispositivos móviles. Para todo ello, se deberá tener una sólida formación en STEM (science, technology, engineering, mathematics), o lo que es lo mismo, ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.
3. Oficiales de seguridad informática. Porque, se pregunta Ortega, ¿quién protege la web de Moncloa, por ejemplo? El responsable de seguridad online será una nueva profesión al alza, ya que las empresas, organizaciones e instituciones precisan este tipo de profesional que salvaguarde su intimidad en el ciberespacio. “Esto también requiere de profesionales, además de ser experto en tecnología, con conocimientos en temas legales, ya que debe estar al tanto de los nuevos delitos”.
4. Experto en ‘learning analitics’. Está relacionado con los cambios que se van a desarrollar en el ámbito de la enseñanza, por ejemplo, con la irrupción de los MOOC (massive online open courses), cursos online masivos y abiertos. De la misma manera que en otras épocas se modificaron los modelos universitarios, ahora mismo con internet se está migrando el modelo de negocio, la relación de los alumnos con el profesorado. Por tanto, hacen falta profesionales que sean capaces de trasladar los contenidos a la web, esto es, con un perfil más de tecnólogo que de investigador o docente. “Antes se requería en cada facultad de buenos catedráticos, ahora se puede compartir uno para toda Europa”, afirma el experto de la citada escuela de negocios, quien aconseja para este profesional tener formación en tecnología, psicología o antropología, dado que es importante saber las necesidades del alumno, que se convierte en cliente.
5. Gestores ‘cloud’. Todo está en la nube, ya no está en el disco duro. Quien se dedique a ello debe velar por que toda esa información esté actualizada, protegida. Solo en España generará, según las previsiones, 135.000 empleos (14 millones en todo el mundo).
6. Arquitectos informáticos. Cada vez más se solicitan perfiles con una determinada formación a la que hay que añadir el componente tecnológico. Es el caso de los arquitectos, que no solamente deberán ser expertos en planos o bocetos, sino que también tendrán que tener conocimientos de informática.
7. Abogados matemáticos. “La economía es digital, todas las disciplinas lo son; un abogado no puede enfrentarse a conflictos legales si no sabe aritmética”, asegura Iñaki Ortega.
8. Ciberabogado. Una profesión con futuro será el experto en delitos informáticos relacionados con distintos ámbitos, como las estafas a través de la web, los delitos en las redes sociales, la protección de datos, la pornografía, el espionaje...
9. Investigador educativo. La mayoría de los 300.000 nuevos empleos que va a generar la economía digital en los próximos años estarán ligados a la educación, sobre todo los maestros digitales. La formación de posgrado también va a estar en sintonía con lo que demanda el mercado, alineándose con los avances científicos del conocimiento del cerebro y su relación con el aprendizaje, lo que permitirá la formación de futuros profesionales en áreas emergentes, como orientador especializado en la mejora del rendimiento escolar, especialista en la atención a la diversidad de los alumnos, investigador educativo o asesor y orientador de directivos y profesores.
10. Neuropsicólogo empresarial. Atenderá posibles casos de acoso, de obsesiones, de estajanovismo, afirma el docente de Deusto, debido a que las tecnologías hacen que el trabajador no desconecte de sus quehaceres profesionales. “Siempre se está conectado, siempre hay algo que hacer, y eso va a ocasionar desórdenes y estrés”.
11. Médico personal. Está comprobado que la educación así como la mejora de los conocimientos para vivir una vida más saludable influyen en la percepción social de la salud. Es esta área profesional una de las más valorada. En los últimos años ha existido una demanda sostenida de profesionales del sector sanitario. Según datos del Observatorio Europeo de Ofertas de Empleo, la ocupación de este colectivo se ha mantenido, aún en los terribles años de la crisis, por encima del 2%. Por tanto, y especialmente debido a la preocupación que existe entre la población por tener un estilo de vida saludable, la figura del médico o asistente personal cobra cada vez más importancia. “Mi padre no necesitaba un fisioterapeuta, pero yo, si corro un maratón, necesito tener a un profesional que me ayude a prepararlo y sobre todo a recuperarme de la carrera”, explica Ortega. Lo cierto es que cada vez se realiza más deporte y se requiere de profesionales que atiendan este tipo de demanda. Es una vuelta al tradicional médico de familia.
12. Técnico sociosanitario. Dedicado a la atención domiciliaria, así como a cubrir las necesidades básicas de la vida diaria de una serie de colectivos como mayores, enfermos crónicos o convalecientes, personas con alguna minusvalía, o de organización de actividades ocupacionales y de ocio. En este colectivo entran masajistas, enfermeras o asistentes a partos a domicilio.
13. Nanomédico o médico ingeniero. La tecnología y la medicina van de la mano en la búsqueda de soluciones a enfermedades. Describe a aquellos profesionales que conjugan una alta capacitación tecnológica con conocimientos médicos expertos a través del uso de medios cada vez menos invasivos. Un ejemplo: el traumatólogo Pedro Guillén realizó en la Clínica Cemtro de Madrid la primera intervención del mundo retransmitida en directo con las gafas de realidad aumentada de Google Glass. En los equipos de médicos también habrá ingenieros.
14. Artista digital. El arte también mira a la tecnología y hace uso de ella como fuente de inspiración. Las nuevas herramientas audiovisuales llevan bastante tiempo empleándose en todas las disciplinas artísticas. Por ejemplo, los pintores tampoco son ajenos a esta tendencia y ya muchos utilizan los iPad para crear obras.
15. Experto en 3D para restauración y arqueología. El futuro cada vez más cercano para profesiones como la restauración artística pasa por utilizar la tecnología 3D para limpiar obras de arte, así como la arqueología, que ya incorpora los avances científicos más relevantes en simulación tridimensional. Todo ello, y a pesar del dominio de la tecnología en todas las áreas del conocimiento y de la actividad económica, lleva a una vuelta a la artesanía, ya que hemos pasado de los “thinkers a los makers”, de los pensadores a los artesanos, que tienen trato directo con el cliente, “el que vende un servicio, el que vende cercanía”, señala Iñaki Ortega.