La oportunidad del crecimiento verde
La lucha contra el cambio climático es necesaria para un futuro mejor. No solo es una necesidad, es también una ambición: lo que queremos llegar a ser, el legado que dejaremos a las generaciones futuras. Se trata de un reto que concierne a todos los países, sin distinción de tamaños, regiones o recursos. La política de cambio climático solo será eficaz si es global. La negociación internacional es el instrumento imprescindible para alcanzar un equilibrio, en el que las estrategias de cada uno de los países converjan en un acuerdo común y beneficioso para todos. Los distintos intereses de cada país no deben impedir que se llegue a un acuerdo internacional sobre la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El horizonte es la Cumbre del Clima de París de 2015, donde se negociará el tratado que sustituya al Protocolo de Kioto. Allí, tendremos que ser capaces de establecer un nuevo marco jurídicamente vinculante, al que se incorporen los principales países emisores. No tenemos tiempo que perder; por ello, será crucial la Conferencia de las Partes que se inicia la próxima semana en Perú. Será el momento en que los Estados mostremos nuestra predisposición; y tratemos de acotar al máximo el ámbito de la negociación con vistas a París. Lo haremos teniendo presente la mejor información científica. Nunca antes hemos conocido con tanta precisión las consecuencias que, en el medio y largo plazo, tendrán las decisiones que adoptemos en el presente.
La Unión Europea ya ha dado un importante paso adelante al aprobar el Marco Energía y Clima, en el que se compromete, en el horizonte 2030, a reducir las emisiones en un 40%, a llegar a un 27% de uso de energías renovables y a aumentar, en el mismo porcentaje, nuestra eficiencia energética. El Gobierno español ha tenido un papel activo en esta negociación.
También resulta alentador, para el éxito de París 2015, el acuerdo alcanzado por Estados Unidos y China para reducir sus emisiones. Solo ambos países representan más de una tercera parte de las emisiones mundiales, mientras que la Unión Europea emite el 10% del total. La lucha contra el cambio climático no solo es un compromiso de los Estados, sino que alcanza a toda la sociedad, y muy especialmente a las empresas. Para lograr una economía baja en carbono, es preciso que las empresas asuman este objetivo y lo incorporen en sus estrategias. Este es el único camino posible; y quienes antes comiencen a recorrerlo, serán más competitivos. En un periodo de transición como el actual, la anticipación empresarial es clave. Sufrirán aquellas compañías que no sepan adaptarse y que no logren incorporar a su estrategia de negocio el factor del cambio climático.
"Este primer foro debe enviar el mensaje de que la lucha contra el cambio climáticoes un objetivo de España"
Los objetivos los fijan los Estados, pero repercuten, en gran medida, en las empresas. Por ello, resulta indispensable mantener un diálogo estable entre gobiernos y empresas; solo así podrán alcanzarse acuerdos realistas, que sean beneficiosos para todos.
Conscientes de esta oportunidad, un conjunto de empresas ha promovido la constitución del Grupo Español para el Crecimiento Verde, con el fin de colaborar estrechamente con la Administración. El Gobierno valora muy positivamente esta iniciativa, y confiamos en que se sumen nuevas empresas. Conviene subrayar que, de acuerdo con el propio texto de la declaración, las empresas firmantes “reconocen la importancia de considerar los riesgos y oportunidades ligados al cambio climático como parte de su estrategia de negocio, evaluar en este contexto su propia huella de carbono, así como establecer objetivos para reducir las emisiones e informar públicamente respecto de sus logros”.
"Se trata de un reto que concierne a todos los países, sin distinción de tamaño, regiones o recursos"
Estos objetivos son promovidos por el Gobierno, y en buena medida, han inspirado las políticas de cambio climático de esta legislatura, orientadas a la reducción efectiva de las emisiones en nuestro país. A diferencia de la política del periodo anterior, que se limitó a la compra de derechos de emisión por valor de 770 millones de euros; un gasto que no conllevó ninguna reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero en nuestro país ni fomentó la economía verde. Hemos puesto en marcha los Proyectos Clima a través de los que la Administración adquiere las reducciones de emisiones, y los Planes de Impulso al Medio Ambiente (PIMA), que fomentan esas reducciones; se ha elaborado una Hoja de Ruta para disminuir las emisiones en los sectores difusos (transporte, agricultura, sector servicios, residencial…); y se ha creado el Registro de Huella de Carbono, en el que voluntariamente cada organización podrá inscribir la suya, y compensarla, en sumideros nacionales.
Para profundizar en esta colaboración público-privada en materia de cambio climático, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha convocado hoy a este grupo de empresas a la primera reunión del Foro del Grupo Español para el Crecimiento Verde. En este foro, se abordará el contexto de la negociación internacional, la perspectiva de los acuerdos europeos, y las oportunidades y retos que plantea el cambio climático en términos de empleo y competitividad, energía y economía circular. En cada uno de los paneles de debate, habrá un representante de la Administración, una empresa y un miembro de la comunidad científica. Estamos convencidos de que este diálogo a tres bandas será muy enriquecedor.
Este primer foro debe enviar, con claridad, el mensaje de que la lucha contra el cambio climático es un objetivo de nuestro país: del conjunto de sus ciudadanos, de sus empresas y de su Gobierno, partiendo siempre de los mejores conocimientos científicos de que disponemos. En los próximos años tendremos que combinar las políticas de mitigación con las de adaptación al cambio climático, y aprovechar las oportunidades sociales y económicas que, sin duda, se abrirán a nuestro paso. Estamos persuadidos de que, ante nosotros, tenemos un horizonte de retos y oportunidades que no podemos dejar pasar. Sabemos que una adecuada política de cambio climático mejora nuestro bienestar, y nos hace menos vulnerables frente a los fenómenos extremos, como las inundaciones y sequías. Además, contribuye al desarrollo de los países e incluso salvaguarda a aquellos cuya misma existencia pone en peligro el cambio climático (los pequeños estados insulares). El éxito en esta ambiciosa misión radica en la capacidad que tengamos para movilizar todos los recursos públicos y privados, en beneficio de una economía baja en carbono sobre la que se fundamente el desarrollo inteligente, sostenible e integrador, que todos queremos y por el que estamos trabajando.
Isabel García Tejerina es Ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente