Ecuador, frío y calor a la carta
Un recorrido desde los imponentes nevados y volcanes del Cinturón de Fuego hasta las cálidas playas del Pacífico
El paralelo cero atraviesa Ecuador de este a oeste, mientras que la imponente cordillera de los Andes lo cruza de norte a sur. Esta característica geográfica, única en el mundo, hace que en este país suramericano se puedan encontrar diversos pisos climáticos durante todo el año.
Sea en invierno o en verano, el turista tiene a su disposición sitios paradisiacos donde el frío o el calor pueden ser los protagonistas.
Cabalgar por las gélidas tierras que rodean los volcanes y nevados del Cinturón de Fuego del Pacífico, atravesar las místicas lagunas color turquesa enclavadas en medio de las montañas o relajarse en las amplias playas de arena dorada son algunas de las actividades que el turista puede realizar.
Contemple glaciares milenarios, báñese en aguas termales y disfrute de la exquisita gastronomía andina
Desde Europa existen dos opciones para arribar al país. Los aeropuertos internacionales de Quito y Guayaquil reciben vuelos de las principales aerolíneas y el billete cuesta unos 1.000 euros, mientras que la duración del vuelo bordea las 12 horas.
Si el destino es Quito, la capital, arribará a la ciudad más importante de la sierra. Ahí podrá observar la herencia de la conquista española y el sincretismo con lo ancestral.
La fusión de la religión, la cultura andina y la influencia europea que conforman el estilo conocido como el barroco quiteño. Iglesias como la de la Compañía de Jesús o el convento de San Francisco de Quito son las obras más significativas y más bellas de esta corriente estética en Suramérica.
Ubicado a 2.850 metros sobre el nivel del mar, es un lugar ideal para recorrer los parajes andinos. Varias compañías especializadas en turismo vip ofrecen paquetes completos con el sistema todo incluido.
Una de las rutas favoritas de los turistas es la avenida de los Volcanes. Se trata de un recorrido por la cordillera de los Andes, que en Ecuador tiene una extensión aproximada de 600 kilómetros y presenta elevaciones que van desde los 1.500 metros hasta las que sobrepasan los 5.000, en las cumbres de los volcanes más altos.
Para los amantes de los deportes de montaña será una oportunidad para ascender hasta una de las cumbres y observar el Callejón Interandino, que en esta época del año muestra un cielo despejado.
En la sierra, las temperaturas varían entre los 5 y 24 grados por lo que es necesario llevar ropa de abrigo. En Ecuador, el sol cae de forma perpendicular y los dermatólogos recomiendan el uso de protector solar, gafas de sol con protección ultravioleta y un sombrero, incluso si el lugar donde se encuentra es frío o si el sol está oculto tras las nubes.
Con las medidas adecuadas, esta región ofrece diversión para todos los gustos. Si lo suyo no es el riesgo y prefiere relajarse, podrá observar los glaciares de hielos milenarios como el Cotopaxi o el Chimborazo, disfrutar de un baño en aguas termales, recorrer lagunas mientras el sol se oculta, realizar deportes extremos en los ríos que nacen en las cumbres de los nevados o disfrutar de la exquisita gastronomía andina en uno de los hoteles-hacienda de moda.
Casonas de estilo colonial incrustadas en medio de las montañas fueron adaptadas y ofrecen a los turistas todas las comodidades de un hotel de cinco estrellas.
En cuanto a gastronomía, una de las tendencias es que los productos que se utilizan en la elaboración de los platos provienen de huertos y granjas orgánicas.
Haciendas como estas las podrá encontrar cerca de la laguna del Quilotoa, la caldera de un volcán activo rellena de agua que por su color verde esmeralda enamora a primera vista. Ubicado a tres horas de Quito, en este sitio se pueden realizar deportes como el senderismo alrededor del volcán, paseo en bote o kayak; además se pueden observar mamíferos como venados, lobos de páramo, conejos y zorros, entre otros.
Entre la costa y la sierra ecuatoriana no existe mucha distancia. La playa más cercana a la capital queda a cuatro horas en coche. Del mismo modo, aerolíneas locales ofrecen vuelos permanentes a las principales ciudades del litoral, donde el turista podrá encontrar cadenas de resorts y hoteles de cinco estrellas. Aquí, sin importar el mes del año, el calor húmedo es el protagonista, así que deberá cargar ropa de verano.
El norte del litoral es un punto ideal para iniciar una aventura. Esmeraldas, la provincia verde, ofrece a los turistas amplias playas que se mantienen cálidas durante todo el año. Los exquisitos platos tienen como base coco, plátano verde, arroz, pescados, mariscos y crustáceos.
En este lugar, la población es de raza negra, por lo cual el visitante vivirá una fiesta étnica que ratifica el carácter multicultural del país. Desde aquí se puede tomar la Ruta del Sol, que con una extensión de 748 km recorre el perfil costanero de tres provincias.
Si viaja en junio, los amantes de los animales podrán observar uno de los espectáculos más sorprendentes de la naturaleza: la danza de las ballenas jorobadas.
En Puerto López, un pueblo de pescadores que se quedó congelado en el tiempo, los habitantes ofrecen sus lanchas para transportar a los curiosos mar adentro y así poder presenciar el ritual de apareamiento. Estos mamíferos, de 16 metros de longitud, llegan una vez al año desde la Antártida hasta las cálidas costas de Ecuador, lugar ideal para su apareamiento y reproducción.
La costa ofrece entretenimiento de todo tipo. Los aventureros que buscan juerga y playa tienen Montañita. Este místico lugar debe su nombre a su ubicación en una ensenada rodeada de cerros y con vegetación al pie del mar. Sus olas, su arena dorada y su vegetación tropical la convierten en un paraíso playero. Sol, mar, nieve, frío, verano e invierno, todo en un solo país al mismo tiempo.
De la sierra a la costa en tren
El ferrocarril más difícil del mundo. Así se conoce al sistema que conecta los Andes con la costa a través de una línea férrea de 456 km. Quito y Guayaquil se unen en un recorrido de cuatro días, en el cual los cinco sentidos se deleitarán con paisajes de nieve y mar, gastronomía de primer nivel y hospedaje en las mejores haciendas y hoteles del país.
Tomar el desayuno observando los imponentes nevados y al día siguiente disfrutar de un clima subtropical es posible.
Los cuatro coches del tren transportan a 54 huéspedes, dos de ellos cuentan con mesas y sillas en donde los viajeros podrán disfrutar de un ligero aperitivo, leer un libro o simplemente disfrutar del paisaje a través de las ventanas panorámicas.