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Columna
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El mayor problema de la zona euro

Supongamos que la economía de la zona euro fuera exactamente como es ahora, con la excepción de que la ratio entre deuda y PIB fuera del 9% en lugar del 92%. En esa realidad alternativa, los datos económicos recientes serían deprimentes, pero no preocupantes.

Sí, Italia tiene problemas estructurales, ejemplificados por el 0,2% de caída trimestral del PIB y el descenso del 9% desde el máximo de 2008. Sí, la recuperación alemana parece haberse estancado, con un descenso del 1,5% en la producción industrial entre el primer y el segundo trimestre. Y apenas es una muestra de fuerza que el PIB del conjunto de la zona euro siga estando un 3% por debajo del máximo.

La combinación actual de baja inflación, crecimiento lento y gobiernos endeudados es tóxica

Los inversores están molestos por el lento crecimiento, pero para sus residentes, la mayor parte de la zona euro sigue siendo un lugar próspero y seguro para vivir. El estancamiento del PIB está lejos de ser desastroso, sobre todo teniendo en cuenta el lento aumento de la población. Deberían estar mucho más molestos por la tasa de desempleo del 11,5%.

En un mundo alternativo con un nivel de deuda más bajo, los gobiernos de la zona euro podrían financiarse para poner en marcha programas de creación de empleo. En ese lugar feliz, al Banco Central Europeo y a los inversores de bonos no les importaría, ya que el endeudamiento adicional no pondría en peligro la solvencia, incluso si los programas no dieran lugar a una mayor recaudación tributaria.

Las autoridades y los mercados se mantendrían igualmente imperturbables por la infación del 0,5%. La estabilidad de precios no es necesariamente algo malo si hay pocas deudas por las que preocuparse.

Pero hay más, por lo que la combinación actual de baja inflación, crecimiento lento y gobiernos endeudados es financieramente tóxica. Después de todo lo que se ha hablado sobre austeridad de la zona euro, la carga de deuda pública ha aumentado de manera constante, en 7 puntos porcentuales del PIB entre 2010 y 2013.

La presión de la deuda podría llevar fácilmente a la zona euro a una nueva crisis. Los tipos de interés son bajos y el BCE hace lo que puede para ayudar, pero una región con menos problemas podría asfixiarse por las deudas de sus gobiernos.

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