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Alfonso Erhardt, socio de Oquendo Capital

“España corre el riesgo de ser complaciente y no reformar”

Asegura que las empresas recurrirán cada vez menos a la financiación bancaria Su empresa ofrece créditos a largo plazo a compañías sanas El golf se ha convertido en un negocio cada vez más popular, apunta

Juán Lázaro
Alfonso Simón Ruiz

Toda su familia es de Bilbao, pero Alfonso Erhardt nació accidentalmente en Málaga en 1972. Su apellido es de origen alemán, de un tatarabuelo ingeniero que llegó al País Vasco a explotar la minería. Su segundo apellido es Ybarra, emparentado lejanamente con los banqueros del Banco Bilbao. Licenciado en Administración y Dirección de Empresas por Cunef, en 2008 cofundó Oquendo Capital, una novedosa fórmula de financiación para empresas, llamada mezzanine, a largo plazo y sin entrar en el capital. En el Bilbao donde creció, junto al campo de golf de Neguri, aprendió a jugar a este deporte que toda su familia practica. Su afición le ha llevado a escribir el libro Los campos de golf de Javier Arana, el más afamado diseñador patrio, que creó los de Neguri, Club de Campo o El Saler.

Pregunta. ¿Qué debe tener un buen campo de golf?

Respuesta. No es tan importante la parte técnica, la prueba es si perdura en el tiempo y que no sea solo divertido para los profesionales.

P. ¿Hay relación entre golf y personas adineradas?

R. Ya hay 300.000 federados en España. El golf está totalmente democratizado. Hoy en día el coste de jugar no es superior al de otros deportes. Desde luego es más barato ir a correr al Retiro. Pero por 200 euros te puedes comprar unos palos, existen ofertas para jugar por 20 euros y hay campos públicos. El concepto elitista ya desapareció.

P. ¿Entre los directivos es un deporte popular?

R. Sí, pero yo te diría que hoy el problema que tiene el golf es que es complicado y requiere mucho tiempo para aprender. Hay gente que juega, pero está mucho más de moda correr. Si haces una lista de deportes favoritos, todo el mundo corre maratones o triatlones. Lo que es un cliché es que el golf sirve para hacer negocios. Yo no lo uso.

"Que el golf sirve para hacer negocios es un cliché. Yo no lo uso. Entre los directivos está más de moda correr"

P. ¿Qué aporta Oquendo?

R. Ahora a menudo se habla de la no intermediación bancaria, de que los bancos no prestan y tienen que venir otro tipo de instituciones a dar crédito. Nosotros hacemos algo que se hace en Europa y en lo que hemos sido pioneros: agrupamos inversores institucionales (aseguradoras, fondos de pensiones, familias), en el formato de un fondo, que proporciona financiación a pymes.

P. ¿Qué le diferencia de la banca?

R. Venimos a ser un híbrido entre lo que ofrece un banco y lo que ofrece un capital riesgo. Ofrecemos más flexibilidad; por ejemplo, una compañía puede querer plazos más largos de financiación.

P. ¿Y cuál es el tipo de interés?

R. Más alto que el del banco, entre el 9% y el 10%. Financiamos compañías sanas, que tienen planes de crecimiento y que por la escasez de crédito no pueden financiar. Y estas empresas tampoco quieren meter un accionista de fuera. Hemos invertido ya 200 millones de euros en 10 firmas. El año pasado comenzamos a levantar el segundo fondo. Si todo va bien, los cerraremos en breve, con 150 millones.

P. ¿Ha mejorado la financiación bancaria?

R. Hay un poco más de dinero. Los bancos están haciendo un esfuerzo por poner dinero en el sistema, pero en España hay un problema estructural sin remedio. Hemos pasado de 50 entidades a menos de 10, así que por mucho crédito que den, no van a poder dar la misma cantidad.

P. Pero la economía va a seguir necesitando el crédito.

Juan Lázaro

R. Por eso se observa una tendencia a la desbancarización. Las compañías van a seguir usando a los bancos para el circulante, pero a largo plazo cada vez más emitirán bonos, se plantearán financiadores alternativos como nosotros. Se va a producir un trasvase de un mundo donde el 100% de la financiación es bancaria a otro, como en EE UU, donde hay solo un 20%.

P. Pero no existen aún esos agentes.

R. Se está empezando. Hay una tendencia. Aseguradoras y fondos de pensiones hace cinco años no se hubieran planteado invertir directamente en empresas. Para las compañías también es positivo. En esta crisis se ha visto que hay buenas compañías que han sufrido por culpa de los bancos.

P. ¿Cómo ve la salida de la crisis?

R. Veo un cambio limitado, no sé si los signos son alentadores. Hemos dejado de caer, pero para salir vamos a tardar, quedan muchas cosas por hacer. Debemos concluir las reformas.

P. ¿Qué reformas?

R. Hay muchas cosas a medias. La reforma de las Administraciones públicas, del mercado laboral o la fiscal. Se corre el riesgo de que España salga de la crisis y entonces seamos complacientes y pensemos que no hace falta reformar nada, mientras cuando teníamos la soga al cuello estábamos dispuestos a hacer cualquier cosa. Algunos de esos cambios serán dolorosos, pero hay que poner el horizonte a 25 años y no a tres.

“En Saint Andrews te pones nervioso”

P. ¿Qué le llamó la atención de Javier Arana como para escribir un libro sobre él?

R. Es un señor que en los años cincuenta hizo unos campos de golf absolutamente fantásticos cuando en España se jugaba muy poco al golf, y la pregunta que subyace es cómo los hizo. ¿Por qué los mejores son suyos? ¿Quién era? Por eso empecé a bucear en su documentación privada.

P. ¿Qué tienen en particular esos campos?

R. Una fantástica integración con la naturaleza, porque en esa época no había medios para grandes infraestructuras. Cuando él hizo su último campo, en España había 40, hoy hay 400, y si preguntas a los golfistas, entre sus diez favoritos siete siguen siendo de Arana.

P. ¿Qué campo destaca de Arana?

R. El Saler, porque el sitio es maravilloso, con ondulaciones naturales, greens alucinantes y siempre hay viento, que lo hace más divertido. Allí tuvo una ventaja: no lidió con la opinión de un club, porque fue un encargo para el Parador y tuvo un cliente que no interfirió en nada. Además no se ha modificado nada desde entonces.

P. Y de todo el mundo, ¿cuál es su campo favorito?

R. Royal Dornoch, que está en el norte de Escocia, en las Highlands, porque se ubica en un sitio precioso y el campo es una maravilla, pegado al mar. En París me gusta uno que se llama Mofontaine, en un bosque a media hora de la ciudad, y está junto a una casita francesa. Tiene una variedad increíble. Es muy divertido e integrado con la naturaleza. Un campo mítico es Saint Andrews, es la historia del golf. Allí estás nervioso incluso jugando con amigos. En España, algo parecido sería Valderrama, porque se jugó la Ryder Cup, pero no tenemos la tradición de esos países.

Sobre la firma

Alfonso Simón Ruiz
Graduado en Economía y máster de Periodismo UAM / EL País. En Cinco Días desde 2007. Redactor especializado en información empresarial, especialmente sobre el mercado inmobiliario, operaciones urbanísticas y, también, sobre la industria farmacéutica y compañías sanitarias.

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