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Fin a la investigación por supuesta venta por debajo de coste

La UE gana la batalla a China y evita los aranceles a la exportación de vino

España es el cuarto mayor suministrador de vino a China en valor Es el segundo mayor exportador en volumen, tan solo detrás de Francia.

Trabajadores recogiendo uva en un viñedo en Galicia.
Trabajadores recogiendo uva en un viñedo en Galicia.Andrés Fraga

En plena burbuja de las energías renovables, los productores chinos inundaron de placas fotovoltaicas el mercado europeo. Algunos países, como España, se vieron fuertemente beneficiados ante la falta de industria local y la necesidad de suministrar con rapidez a las empresas cuyo negocio crecía a tasas muy elevadas. Otros, como Alemania, mostraron sus quejas frente a lo que consideraban una mala práctica comercial por parte de China al vender sus productos por debajo del precio de coste para ganar cuota de mercado, conocida como dumping, lo que estaba castigando a sus productores. La presión de la primera economía europea provocó que la UE impusiera provisionalmente un arancel del 11,8% a los paneles chinos en junio de 2013.

La respuesta del Gobierno chino fue inmediata: abrir una investigación por supuestas prácticas irregulares (vender por debajo del precio del coste y beneficiarse indebidamente de subsidios para entrar en China) de los productores europeos de vino. La decisión, adoptada por las quejas de algunos fabricantes chinos, según el argumento de Pekín, provocó la apertura de una investigación que podía cerrar las puertas del quinto mayor consumidor del mundo y el único país de entre los grandes que seguía aumentando su consumo de vino. Una decisión que puso contra las cuerdas a los productores de Francia, España e Italia y que obligó a esos países a desarrollar todas sus estrategias diplomáticas para tratar de frenar el bloqueo del mercado chino.

Y para ello se constituyó a partir del 18 de noviembre de 2013 una plataforma en la que estaban representadas las patronales del sector: el Comité Europeo de Empresas de Vino (CEEV) y la Asociación Industrial de Bebidas Alcohólicas de China (CADA por sus siglas en inglés). La importancia del mercado chino hizo que más de 5.000 empresas europeas se registraran como parte interesada en los procedimientos, fundamentalmente francesas, españolas e italianas. Las estadísticas que maneja el ICEX así lo avalan. De las importaciones de vino embotellado que realiza China cada año, dos terceras partes corresponden a esos tres países. Entre enero y septiembre, Francia se situó en primer lugar, con 101,8 millones de litros embotellados, seguida por España en tercera posición, con 24,4 millones, e Italia, en quinto lugar, con 16,2 millones.

Francia, España e Italia suponen el 66% de las ventas mundiales de vino embotellado a China

Ese grupo de trabajo optó por realizar un estudio detallado de las prácticas comerciales de las empresas europeas en sus ventas a China. Dado el excesivo número de partes registradas, se hizo un complejo proceso de selección en el que fueron escogidos seis productores (dos de ellos españoles, Félix Solís Avantis y Cherubino Valsangia)para la investigación de la existencia de dumping y subvenciones y 10 empresas para la investigación del daño a la industria local china, (cuatro españolas, Domecq Wines España, Abadía Retuerta, Finca Loranque y Vinícola de Tomelloso).

Fuentes de la Secretaría de Estado de Comercio resaltan la implicación de las empresas y de las administraciones europeas en el proceso. “La participación de la Comisión Europea y los Gobiernos de Francia y España ha sido determinante, en particular en lo referente al procedimiento antisubvención”, subrayan. Todo el proceso ha desembocado en el acuerdo rubricado entre ambas partes, mediante el que se fija que la delegación china retira las quejas y la europea asume compromisos de asistencia técnica a los productores chinos.

Buenas perspectivas

Este acuerdo elimina todas las incertidumbres sobre las ventas europeas y abre oportunidades para los productores españoles después de un año 2013 marcado por tres acontecimientos: la desaceleración del crecimiento en China, la reducción presupuestaria aprobada por Pekín en gastos para celebraciones públicas, en los que se consumía una gran cantidad de vino y la investigación por supuestas prácticas irregulares.

Despejadas esas incógnitas, las perspectivas son francamente buenas. Un estudio elaborado por el ICEX augura que las ventas crecerán desde este año hasta 2017 a un ritmo anual del 17%. Las de espumosos lo harán al 20% en ese mismo período. El informe resalta las oportunidades que van a surgir en el ámbito de la distribución, con la apertura de espacios para vinos importados en un gran número de nuevos centros comerciales.

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