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El cambio de sentimiento puede tener forma de “V”

Es importante describir el entorno macroeconómico al que se enfrenta el inversor. En este sentido entramos en un ciclo de crecimiento sincronizado de países desarrollados, al que el mercado no le ha prestado mucha atención debido al ruido a corto plazo de las cuestiones monetarias, países emergentes, crisis y volatilidad. De hecho los mercados emergentes se pueden beneficiar de crecimiento de países desarrollados más rápido de lo que se piensa, hasta el punto de que el cambio de sentimiento puede tener forma de “V” en 2014. De todas formas es previsible que haya volatilidad. El inversor debe preguntar a sus asesores donde están las oportunidades.

Para rentabilidades del 4% hay que fijarse en activos de riesgo

En cualquier caso el inversor español, que sigue 80 o 90% en renta fija, se enfrenta a un ciclo de tipos de interés sin riesgo a corto plazo prácticamente sin rentabilidad. Antes, los últimos tres años, han dominado las campañas de depósitos, pero han llegado a su fin. Se ha acabado la rentabilidad del 3% sin riesgo. De manera que debe ser mucho más activo y selectivo. La rentabilidad de la deuda ha bajado mucho, la española a diez años por debajo de 3,5%. Además la deuda del tesoro de EEUU y Alemania puede ser positiva en determinados momentos por su componente de activos refugio, pero en realidad en el último año su rentabilidad real ha sido negativa.

Ahora hay que planificar las inversiones a medio plazo. Para conseguir tres o cuatro por ciento en la parte conservadora de su cartera el inversor puede optar por fondos de renta o rentabilidad a vencimiento con riesgo más o menos conocido o controlado. De manera que el inversor tiene que ser más innovador y creativo y mirar otras oportunidades. Para rentabilidades por encima del 4% tiene que fijarse en activos de riesgo, incluyendo deuda empresarial de alta rentabilidad, que incluye bonos de empresas que anteriormente tenían calificación crediticia grado de inversión. En concreto interesan vencimientos a corto plazo, menos expuestos a variaciones de tipos de interés. De hecho el riesgo de crédito es preferible al riesgo de tipos de interés, actualmente complicado de gestionar. El riesgo de crédito puede dar más oportunidades, habiendo más valor en deuda empresarial de alta rentabilidad que en deuda empresarial de alta calificación crediticia.

Japón está llamando la atención de forma estructural

A ello se añade que en renta variable estamos viendo entradas. Por primera vez Japón está llamando la atención de los inversores de forma estructural, no puntual. Además entre los mercados desarrollados es el más barato.

Sin embargo el mercado renta variable de EEUU puede estar sobrecomprado. Llama la atención que desde mínimos de 2010 el mercado alcista en EEUU haya llegado a sumar 56 semanas con 170% de rentabilidad acumulada. Históricamente estas recuperaciones duran 70 meses, con subida media acumulada de 150%. De manera que ya estamos en precio. Por otra parte en Europa estamos neutrales.

En emergentes hay que ser selectivos

Además conviene empezar a mirar en mercados emergentes, donde hay poca convicción y sentimiento muy negativo, como se puede comprobar por los flujos de salida, con activos sobrevendidos. Hay que ser selectivos por países pero puede ser una alternativa interesante, pues hay mercados baratos. En este sentido el inversor tiene que tener en cuenta la situación macroeconómica. Si puede soportar volatilidad y su horizonte de inversión es como mínimo de dos años, puede ser un momento interesante para ir construyendo su exposición a mercados emergentes.

Hay que tener en cuenta que el máximo de las valoraciones de estas acciones tuvo lugar en 2010, con prima del 15% respecto a mercados desarrollados y 2,2 veces valor contable. Desde entonces han bajado hasta 45% y cotizan a cerca de una vez valor contable, frente a 1,7 de mercados desarrollados. Ello ha venido acompañado de desaceleración del crecimiento del PIB desde niveles de 5% hasta 3,5%, mientras los tres principales mercados desarrollados han ido saliendo de la recesión. Pero la mayoría de emergentes ha tocado suelo en su nivel de crecimiento y es previsible que los próximos dos años retomen la aceleración. En concreto nos gustan las acciones de China, Rusia –mercado barato-, México -más caro-, Corea y Filipinas. Estos países no tienen doble déficit por cuenta corriente. Nos gusta menos Brasil, mercado de acciones barato, pero cuya economía muestra inflación por encima de 6% con crecimiento de sólo 2%. También nos gusta menos India, Indonesia, Turquía y Sudáfrica. Además una alternativa conservadora para obtener exposición a mercados emergentes es mediante acciones de alta rentabilidad por dividendo, que actualmente pagan por encima de 5%.

Grado de inversión en deuda emergente

Dada la crisis de divisas en países emergentes no necesariamente es el momento de invertir en esta clase de activos, pero hay que tener en cuenta que los próximos años la deuda de estos países es grado de inversión y probablemente baje la rentabilidad y con ello aumente el precio. El cupón medio de la deuda emergente a cinco años está en 7%, habiendo aumentado desde 5% tras el anuncio de la reducción de estímulos monetarios de la Reserva Federal en mayo de 2013.

De hecho el índice de deuda de mercados emergentes en moneda local muestra calificaciones crediticias BBB+, con tendencia a mejorar. México acaba de obtener la calificación crediticia A, con deuda soberana que proporciona una rentabilidad de 6,4% a diez años, en un momento en que el peso mexicano ha llegado a perder 12% en tres meses. Es mejor calificación crediticia que la deuda de España a diez años, que está por debajo de 3,5%. Así que el inversor tiene que plantearse que le interesa más.

El inversor tiene que plantearse que existen otras posibilidades además de la deuda local. Su asesor puede indicarle lo que mejor puede venir a su cartera. Seguro que es hora de empezar a diversificar.

Gonzalo Rengifo, director general de Pictet AM en Iberia y Latinoamérica.

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