Populismo y paro agitan el riesgo de proteccionismo comercial en la UE
Guindos fija como prioridades la reducción del déficit y de la deuda privada en España Letta advierte que en las elecciones habrá que elegir entre los pro y los anti europeístas
¿Debe temer Europa el renacimiento de los partidos y movimientos populistas ante las próximas elecciones del 25 de mayo? Dos destacados europeístas: el ex presidente socialista del Gobierno español, Felipe González y el ex primer ministro italiano, Mario Monti, aseguraron hoy que sí. Que es una amenaza muy real.
Ambos, que participaron en la tercera edición de la conferencia internacional El Consejo para el futuro de Europa organizada por el Instituto Berggruen, coincidieron en el peligro que supone para la integración europea que este tipo de movimientos nacionalistas ganen terreno electoral. Para González, la dificultad de frenar el populismo radica en que “lo atractivo de sus críticas a la eficiencia en las soluciones que da Europa a los ciudadanos, porque lamentablemente, son ciertas”.
El ex presidente respondió a una pregunta concreta sobre si movimientos soberanistas como los de Cataluña y Escocia tienen cabida en Europa. “Me preocupa mucho esta aventura, que se produce cuando alguien se siente insatisfecho y busca una épica de acabar con todo sin pararse a pensar que hay una alternativa que es mejor para todos”. Y añadió que “luego vamos a encontrarnos que nadie responde a ese calentón épico que no conduce a nada”.
González fue más allá al recordar una anécdota vivida durante una conversación con Margaret Thatcher hace años, en la que hablaron de que si el Reino Unido quisiera salirse de la Unión Europea “tendría una puerta para irse, pero no para echarle”. Por lo que consideró la necesidad de “repensar” el desequilibrio que esto supone “para no tener la sensación de que una amenaza de referéndum sea un chantaje para el resto de los países” del club europeo.
Por su parte, Monti consideró que los expertos que participan en esta conferencia internacional “pueden ser muy útiles para fijar las mejores respuestas para frenar el populismo”. Así, especificó que dichas respuestas deberían estar orientadas en torno a tres acciones: acortar las distancias que existen entre los ciudadanos europeos y su visión de Europa; aminorar las tensiones entre los países del norte y del sur y reforzar las relaciones entre el Reino Unido y el resto.
En su primera intervención tras dejar de ser primer ministro de Italia, Enrico Letta alertó también del ascenso del populismo. “En las próximas elecciones europeas ya no habrá que decidir entre derecha e izquierda; habrá que optar entre pro o anti europeos”, apuntó. Si las encuestas previas a los comicios se cumplen, más de una quinta parte del Parlamento Europeo formará parte de la corriente antieuropea.
“Es necesario construir una mayoría por Europa. El populismo va a provocar un aumento del proteccionismo comercial”, dijo. Un problema que puede devolver a la UE, muy dependiente de sus intercambios comerciales con el exterior, a la recesión, ante la compleja senda de consolidación fiscal a la que se enfrentan sus gobiernos y ciudadanos.
Por otra parte, González ironizó en torno a la visión optimista del Gobierno respecto a que España haya superado ya la crisis. “Si hubiésemos pasado el Cabo de Hornos, veo el barco lejísimos de la costa y dudo de si está en el buen rumbo”. Es más, aseguró que le gustaría poder decir a los españoles: “han hecho sacrificios y ahora lo van a notar, pero no en el Ibex 35, sino en el empleo y en la reanudación del crédito para las empresas, pero no me atrevo a decirlo porque no me lo creo”.
Unos argumentos que trató de rebatir el ministro de Economía, Luis de Guindos, quién apuntó que la visión sobre Europa y sobre España ha cambiado radicalmente desde el inicio de la crisis hasta ahora gracias a los ajustes y a las reformas estructurales puestas en marcha. Pese a ello, Guindos consideró que todavía quedan muchos desequilibrios por corregir y enumeró los tres más importantes: el endeudamiento privado, el déficit público y la deuda exterior. En el primero de ellos, el titular de Economía resaltó que el nivel de deuda de familias y empresas se sitúa en el 200% del PIB y que es necesario reducirlo.
“Ello no debe ensombrecer la reducción de 30 puntos del PIB que se ha realizado en plena crisis. Es imprescindible que ese proceso de desapalancamiento continúe”, apuntó. Guindos también resaltó la necesidad de seguir rebajando el déficit público (Economía confía en que se cerró el año pasado con un desfase del 6,5%, mientras que Bruselas amplía esa cifra dos décimas). “Es imprescindible cumplir con los compromisos de llevar el déficit por debajo del 3% del PIB en 2016”. El titular de Economía también resaltó que España debe reducir su nivel de endeudamiento con el exterior, en torno al 90% del PIB.
Guindos advirtió que la aplicación de esas tres prioridades económicas puede generar efectos contractivos y que para ello el Ejecutivo va a tocar “las palancas necesarias” para minimizarlos. Entre ellas, destacó las facilidades para reducir la deuda privada y un mejor trato fiscal al ahorro, a la inversión y a la contratación.
En el primer punto, Guindos avanzó que los principales cambios se van a realizar en los “largos y dolorosos” procesos de refinanciación empresarial. “El Gobierno va a facilitar el proceso de refinanciación de empresas que son viables. Vamos a simplificar los acuerdos de quitas con los acreedores para actuar en los momentos preconcursales y permitir que esas empresas lleven procesos de reestructuración”, señaló.
En materia fiscal, Guindos señaló que la reforma fiscal que prepara el Gobierno para presentarla en marzo mejorará “el trato del ahorro, de la inversión y del empleo”.
El debate sobre el mercado laboral
Asmussen tilda de “positiva” la inmigración
Frente al rechazo que la inmigración ha provocado en una gran parte de la población alemana, el secretario de Estado de Empleo de Alemania, Jorg Asmussen, valoró de forma positiva la inmigración. “Los flujos migratorios son buenos para la economía europea y alemana”, subrayó. Asmussen consideró que es imprescindible una coordinación entre los países miembros de la UE, “ya que los problemas no son particulares de cada país. Compartimos una gobernanza y una moneda”. A su juicio, es necesario crear instituciones fuera de la Troika y del BCE para dar respuesta al desempleo.
Toxo alerta del paro entre 30 y 45 años
El secretario general de CC OO, Ignacio Fernández Toxo, advirtió ayer que la reducción de la tasa de paro en España llevará un tiempo muy largo. “Reducirla hasta el 15%, a 3,5 millones de parados no se podrá hacer sin movilidad geográfica”, subrayó. En su opinión, la inmigración, lejos de ser negativa para la UE, es “imprescindible” para sostener la actividad y el sistema público de pensiones. “Solo con inmigración se conseguirá una relación correcta entre pasivos y activos”, dijo. Para España reclamó un plan de apoyo para los parados entre 30 y 45 años que proceden del mercado de la construcción.
El error británico con búlgaros y rumanos
Otro de los retos expuestos en la jornada de ayer fue cómo afrontar el veto del Reino Unido a la libre circulación de ciudadanos búlgaros y rumanos en su territorio. El secretario general de la ONU para la migración internacional, Peter Sutherland, criticó esta medida y la consideró un error que va contra la propia esencia de la Unión Europea. “Puedo entender los argumentos incorrectos del Gobierno británico, pero creo que hay que garantizar el derecho de los ciudadanos europeos a la libre circulación”, apuntó. Sutherland apuntó que una de las prioridades de la ONU será evitar vulneraciones futuras.